La Red contra la Violencia Antisindical presentó su quinto informe 2020 “Nuestros derechos no están en cuarentena”. A pesar del contexto de encierro y restricción de ciertos derechos constitucionales por la pandemia de Covid-19, las trabajadoras y trabajadores hondureños siguen sufriendo una creciente violencia antisindical.

Durante 2020, la Red contra la Violencia Antisindical registró 16 casos de ataques contra personas organizadas sindicalmente, tipificados principalmente como actos de hostigamiento, campañas de odio y estigmatización y agresiones contra la libertad de expresión.

También registró el asesinato de Oscar Turcios Funes, miembro del Sitraunah[1], un caso de extorsión, y el despido antisindical de Carlos Castillo, del Sitrasoacon[2].

El 55 por ciento de las víctimas fueron hombres y el 45 por ciento mujeres. Cada año va subiendo la cantidad de mujeres que son víctimas de violencia antisindical (en 2015 representaban menos del 30 por ciento del total de casos).

Ante esta situación, la Red contra la Violencia Antisindical propone la ratificación por parte de Honduras del Convenio 190 de la OIT sobre violencia y acoso en el trabajo.

Más asesinatos

En la última década en Honduras fueron asesinados 37 sindicalistas, la mayoría durante la resistencia contra el golpe de Estado de 2009.

Los sectores más afectados siguen siendo los de la agroindustria y la maquila, mientras que los principales perpetradores son funcionarios públicos (policía militar), de empresas privadas (agroindustria y maquila) y desconocidos.

Festagro[3], Stas[4] y Sitrajasper[5] fueron los principales blancos de los ataques. La compañía transnacional Fyffes/Sumitomo, propietaria de plantaciones de melones en el sur de Honduras, fue la principal responsable de actos de violencia antisindical.

Si bien se trata de una cantidad menor respecto a los años anteriores (38 en 2018 y 54 en 2019), para la Red esto no significa que en Honduras haya habido una caída real de la violencia contra quienes deciden organizarse sindicalmente.

“La reducción de casos se debe principalmente a la menor capacidad de manifestación, movilización y protesta de los trabajadores durante la pandemia, así como a la necesidad de privilegiar la defensa de la estabilidad laboral sobre la organización de nuevos sindicatos y la negociación de nuevos convenios colectivos”, dijo Jorge Hernández, de la Red contra la Violencia Antisindical.

Es importante también recordar que estos datos se refieren sólo a actos de violencia detectados y denunciados por la Red contra la Violencia Antisindical. Es muy probable entonces que exista un subregistro importante de casos.

En 2019, la Organización Internacional de Trabajo (OIT), en su 108° conferencia, incluyó por segunda ocasión consecutiva a Honduras en la lista de países que no respetan convenios y libertades laborales.

Autoridades cómplices

El informe evidencia también el nivel de colusión de las autoridades de Trabajo con los perpetradores.

“La Secretaría del Trabajo se ha caracterizado por entregar personerías jurídicas a sindicatos blancos (propatronales) y negarlas a sindicatos de clase. También ha sido muy eficiente cuando se trata de autorizar suspensiones y despidos masivos y exasperadamente lenta cuando se trata de defender los derechos de las y los trabajadores”, explicó Hernández.

“Honduras sigue sufriendo los embates de la violencia contra sindicalistas y de la impunidad. De los más de 180 casos de violencia que hemos documentado en los últimos seis años la inmensa mayoría han quedado en la impunidad”, concluyó.

Notas
1 Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Sitraunah)
2 Sindicato de los Trabajadores de la Empresa “Southern Apparel Contractors” (Sitrasoacon)
3 http://www.rel-uita.org/honduras/donde-esta-el-dinero/
4 http://www.rel-uita.org/honduras/cese-la-campana-odio-stas/
5 Federación de Sindicatos de Trabajadores de la Agroindustria (Festagro), Sindicato de Trabajadores de la Agroindustria y Similares (Stas), Sindicato de Trabajadores de maquila Jasper (Sitrajasper)