La aprobación en diciembre de 1948 de la Carta de Derechos Humanos constituye uno de los mayores logros del Homo Sapiens en toda su evolución.

La constante transformación social que hemos vivido ha otorgado al ámbito del derecho una gran calidad. La era jerárquica ha terminado. Los derechos innatos del ser humano recuperan su importancia. (Rousseau: “Todo hombre nace libre”).

A raíz de las tragedias humanas sucedidas en la Segunda Guerra Mundial, que dejaron 55 millones de fallecidos de origen ruso, polaco y alemán, entre muchos otros, así como el Holocausto, el cual afectó principalmente a judíos, se planteó la creación de unos derechos humanos vinculantes y universales. La Sociedad de Naciones pudo desarrollarse y convertirse en la ONU, una organización mundial más eficaz, que además cuenta con un Consejo de Seguridad mundial. La comunidad internacional acordó impedir en lo sucesivo este tipo de catástrofes. La guerra no sería nunca más motivo de unión del pueblo ni consigna de la época. La creación de un Tribunal de Justicia Internacional otorgó una gran importancia al derecho. El lado fascista de las grandes empresas y la política imperialista fueron los causantes de dichas catástrofes. En la actualidad, la guerra está en “modo de espera” de forma casi imperceptible.

En 1966, tomaron la decisión de precisar los derechos humanos en el “Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales” y, en el año 2008, en el “Protocolo Facultativo del Pacto Internacional”. En este mismo año, el preámbulo del Protocolo, con la potestad de la ONU, reitera de nuevo que “todos los derechos humanos y libertades fundamentales son universales, indivisibles, dependientes recíprocamente y están vinculadas entre sí”.

El cumplimiento y la ampliación de los derechos humanos en los dos órdenes sociales vigentes son aspectos positivos siempre y cuando estén enfocados a la mejora de los derechos humanos. En cambio, la manera en la que se está llevando a cabo el procedimiento no es la adecuada. Lo ideal sería plantear una investigación conjunta sobre las causas del aplazamiento. Dichas discusiones no llevan a ninguna parte cuando se recurre a sanciones que enfrentan a ambas posturas, ya que, además, ninguna de las partes suele admitir sus propios errores.

Actualmente, a los nativos americanos se les sigue privando el pleno derecho al uso de su propia tierra. Los descendientes de los esclavos viven en condiciones de injusticia en el que, económicamente hablando, es el país más poderoso del mundo. Esto queda demostrado en cómo está divido el país en el ámbito de la justicia, el empleo y la vivienda, entre otros. El sueño de Martin Luther King queda todavía muy alejado de la realidad. La manera de cambiar las condiciones de vida de los uigures hacia un entorno de mayor bienestar se lleva a cabo mediante métodos que la cultura occidental no considera apropiados.

El hecho de que se manipulen los derechos humanos y las carencias existentes en la actualidad cuando las diferentes partes se enfrentan es inapropiado. Resulta intolerable imponer de forma mutua y constante sanciones a nivel mundial, discusiones mediáticas y la proyección del concepto de enemigo de forma unilateral. En cambio, todos los esfuerzos que se realizan para que los derechos humanos que se formulen se hagan realidad poco a poco son muy necesarios.

Los derechos humanos se recogen en los 31 artículos de la Carta. Para poder llevar a cabo algunos de estos derechos es necesario pasar por un período de desarrollo. Se necesita un fuerte compromiso para proceder a la aplicación de los artículos. Echando un vistazo al estado actual del “derecho a la vida y a la paz” se evidencia lo complicadas que pueden llegar a ser las aplicaciones prácticas de los artículos, al igual que la aplicación del “derecho al trabajo, la igualdad salarial por el mismo puesto de trabajo o la seguridad laboral”. El “derecho a la salud, a la educación y a la vivienda” pierde fuerza debido a su vinculación con sistemas económicos privados en los que se considera a las personas un gasto financiero. A lo largo de la historia, a nivel nacional, el bienestar de las comunidades se ha recogido legalmente en los códigos de legislación de diversas formas. A priori, no se puede comparar las tradiciones históricas de Europa, Asia, América Latina y África, las cuales se han ido desarrollando en el ámbito del derecho a lo largo de los años.

El gobierno alemán apoyó la aparición del Pacto Internacional de Derechos Humanos, Económicos, Sociales y Culturales, así como el Protocolo Facultativo. No obstante, tardaron muchos años en ratificar el documento del Pacto, así como en cumplir el deber de proporcionar información sobre los avances en la mejora del cumplimiento de los derechos humanos (artículo 16 del Pacto).

En 2018, la Fundación Eberhard-Schultz para los Derechos Humanos Sociales y la Participación, junto con la Liga Internacional de Derechos Humanos, la Unión Humanista (Humanistischen Union) y la Solidaridad del Pueblo (Volkssolidarität) entre otros, se sintieron en la obligación de redactar un informe paralelo para los órganos previstos de la ONU.

La costumbre de los pleitos internacionales de elegir, entre los 31 artículos de la Carta o el Pacto, solo aquellos artículos en los que la otra persona siga teniendo déficits, es criticable. En las acusaciones estadounidenses el derecho a la libertad es un punto esencial.

La palabra libertad tiene un trasfondo relacionado con la experiencia de vida de los hombres blancos europeos, los cuales, en la época colonial, reclamaban libertad en todos sus actos por lo que respecta a los pueblos de las colonias. En la Edad Media, lo único que dotaba a los siervos de un poco de libertad, fuera de la sumisión al señor, era el aire de la ciudad.

Los defensores de la libertad del G7 occidental subestiman que los derechos humanos solo otorgan libertad si esta no perjudica a terceros, incluyendo a la comunidad. Por ejemplo, imponiendo sanciones que afectan a las poblaciones, interviniendo en los asuntos internos de otros, fabricando armas para asesinar, no otorgando igualdad salarial por el mismo puesto de trabajo, etc.

La Comisión de Derechos Humanos de la ONU registra cada año alrededor de 100.000 denuncias sobre violaciones de derechos humanos en todo el mundo. Esta cifra tan alta deja patente que todos los países siguen teniendo déficits. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania, el carácter vinculante de los derechos es de vital importancia para la paz mundial. Los gobiernos están en la obligación de establecer unas condiciones que faciliten su cumplimiento (véase el ABC de las Naciones Unidas, diciembre del 2000).

Solo tenemos un ÚNICO MUNDO, que, para que los países puedan convivir, necesita aún más sensatez y tolerancia, además de unas normas legislativas adecuadas para que la población lleve una vida digna.

Carl Friedrich von Weizsäcker, activista alemán por la paz, afirma lo siguiente:

“La mente sirve para percibir los propios intereses, la razón es la percepción del interés general”.


Traducción del alemán por Patricia Limiñana