POEMA

 

 

 

 

 

Cuando acabes tu llanto te contaré una historia propia de días de tormenta.

El vendaval rompió todo lo que estabas observando, blanco y negro recortado en una herida abierta.

Se apagaron las luces, los días del verano, los trinos y las siestas. El cielo se hizo azul.

Se irá mucho de lo que recuerdas y tú vas a llegar a dejar que así sea.

Pero ven aquí, acércate a mi lado. Déjame que te vea…

Lo que quiero decirte me ha llevado la vida. Esa de la que fuimos parte.

Me ha llevado el silencio de todos los momentos en que soplé en tu oído despertares de sueños.

Yo te tejí los hilos, doradas aperturas al mundo de los cielos.

Me has venido buscando.

¡Cómo caen a lo lejos las palabras, volando!

Me he quedado a tu lado.

Puedes llorar todas las golondrinas, las hojas del otoño y los aires templados.

Luego haremos un árbol.

Un laurel encendido en la tarde primera, sólido como las rocas de las anchas columnas y los arcos.