El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó la muerte de dos miembros de la Misión de Naciones Unidas en República Centroafricana (Minusca) en un ataque en la prefectura de Mbomou.

Según detalló hoy su portavoz, Stéphane Dujarric, Guterres, además, manifestó grave preocupación por el incremento de la violencia en ese país y demandó el cese cese inmediato de las hostilidades.

Durante el período electoral las tensiones escalaron en República Centroafricana, país que por muchos años estuvo afectado por la violencia en todas sus esferas y aún no se desmarcó de ese lastre, que ahora arrastra el Gobierno del reelecto presidente, Faustin-Archange Toudéra.

El asalto –en el que perecieron los dos miembros de la Misión de Paz- lo perpetraron efectivos de la rebelde Coalición Patriotas por el Cambio (CPC) y ocurrió a unos 17 kilómetros de Bangassou, la capital distrital, recuperada el viernes por los cascos azules, tras dos semanas bajo la ocupación de ese grupo armado.

También el secretario general solicitó el inicio de un diálogo para hacer avanzar el proceso político, preservar los frágiles avances y cumplir las aspiraciones del país a una paz duradera, añadió el vocero, y dijo que los ataques contra integrantes de la Misión de la ONU pueden constituir un crimen de guerra y ser juzgados como tal.

Guterres pidió a las autoridades de República Centroafricana que investiguen esos incidentes, tras la muerte de siete miembros de la Minusca en agresiones similares desde diciembre pasado, cuando se agravó la crisis política en el ámbito de las elecciones presidenciales.

El portavoz Dujarric manifestó que esa es una cifra extremadamente elevada e hizo énfasis en que esto muestra la necesidad de que los implicados en conversaciones políticas logren progresos para garantizar que hay paz y que, cuando los acuerdos se firman, se respetan.

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