Por Claudia Mónica García

La serie “Feminismos que humanizan” es una secuencia de entrevistas, en las que personas aplicadas a diferentes vertientes de la construcción de una salud integral, cuentan cómo el feminismo cambió su mirada, su forma de actuar y de concebir las prácticas en salud. Esta serie pretende traer reflexiones sobre género, feminismos y salud además de ser un espacio de reflexión y empoderamiento.

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Sara es licenciada en Psicología Social y maestra en Enseñanza Superior, ambas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Desde hace casi tres décadas labora como académica en la institución a la que ingresó desde los 15 años a estudiar el bachillerato.

Se enteró desde muy temprano que sus padres emigraron a la capital de México con la aspiración de que sus hijos estudiaran. Esto marcó en ella un valor muy importante hacia la escuela y el estudio. Desde pequeña disfrutó su experiencia escolar, era curiosa y le encantaba narrar historias. Quizá por esta razón estudió psicología; además cree profundamente en la amistad, cuenta con amigos y amigas de diferentes momentos de su vida.

Está casada y es madre de una hija y un hijo, su familia es un pilar muy importante en su vida.

REHUNO: ¿Qué es para ti el feminismo?

Sara Cruz: Para mí es un movimiento personal que inicié desde muy joven, al principio lo asumí como una rebeldía hacia lo establecido socialmente, y más tarde comprendí que era una lucha permanente por mis derechos como mujer; en la actualidad lo concibo como un movimiento internacional que exige la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, eliminar la violencia hacia las mujeres y por la erradicación del patriarcado.

REHUNO: En tu formación académica, ¿tuviste alguna asignatura vinculada a la temática feminista?

Sara Cruz: Sí, durante mis estudios de Maestría cursé una materia de Filosofía de la Educación, la impartía una académica feminista muy reconocida y tuve oportunidad de leer textos acerca del feminismo y participar en un interesante seminario.

REHUNO: ¿A partir de qué hecho te hiciste feminista o cómo conociste acerca del feminismo?

Sara Cruz: Esto nunca me lo había preguntado, quizá fue cuando terminé la Secundaria y opté por hacer estudios universitarios y mantenerme firme en esa decisión, ya que mi madre sugería que hiciera una carrera corta pues pensaba que mi destino sería como el de las jóvenes de mi generación: ellas se casaban a muy temprana edad, por consecuencia dejaban de estudiar y se dedicaban a atender de tiempo completo a su familia. Así que oponerme y argumentar que yo quería ingresar a la universidad y hacer algo diferente con mi futuro, fue quizá mi primer acto feminista.

Para mi fortuna, soy de una generación que hizo cambios feministas en muchos sentidos (por ejemplo: uso de métodos anticonceptivos, trabajar fuera de casa, estudiar, divorciarse), además tuve la oportunidad de estudiar en un bachillerato con un modelo educativo crítico y participativo. Así que desde muy joven me inicié en la participación política y entendí que yo no era débil y que mi voz tenía el mismo valor que la de mis compañeros.

Conocí el feminismo organizado durante la licenciatura, era el momento histórico de finales de los setentas, las mujeres estábamos haciendo presencia en las universidades; ello dio pauta para que surgieran varias agrupaciones universitarias de mujeres, yo acudí a eventos diversos del movimiento feminista. Luego, en la maestría tuve una profesora feminista y a través de ella comprendí más al movimiento desde una perspectiva teórica

REHUNO: ¿Cómo transforma tu vida el ser feministas?

Sara Cruz: En realidad creo que mi práctica social como estudiante, esposa, madre, trabajadora, compañera, hermana y profesionista me ha ido configurando como una mujer con una ideología feminista.

Actualmente tengo 65 años y soy una feminista de mi generación; veo expresiones feministas muy diferentes, incluso las conmemoraciones del 8 de marzo son distintas; ahora observo posturas interesantes y más radicales. En mi práctica femenina he tratado de ser congruente ya que no se puede ser feminista en la universidad y sumisa en casa, llevar una relación de pareja de dominio, o reproducir las prácticas patriarcales en la educación de mis hijos.

Por tanto, considero que no he logrado alcanzar una transformación total en mi vida, más bien considero estoy en un desaprender permanente. Por supuesto que me identifico con el movimiento feminista en la lucha por la igualdad de género, y, como mexicana, este es un desafío constante. En mi país existen lastres como la discriminación por género, la misoginia, y el femicidio; que son una dolorosa realidad desde hace varias décadas. Falta muchísimo por hacer y a veces me invade el miedo, pero algo importante es que no me siento sola, estamos viviendo un momento en que un sector de mujeres se han unido para romper el silencio y para exigir y denunciar.

REHUNO: ¿Conoces el termino Sororidad?

Sara Cruz: Claro que lo conozco y lo practico. Mi vida personal y laboral se caracteriza por la hermandad femenina. Disfruto, me nutro y alimento esta práctica.

REHUNO: ¿Cuáles crees que podrían ser las vías de difusión de la mirada feminista?

Sara Cruz: Considero que la mirada feminista debe promover una práctica el feminismo inclusivo, una auténtica sororidad, también combatir las prácticas patriarcales, así como denunciar todo tipo de violencia de género.

REHUNO: ¿Consideras que el feminismo es cosa de mujeres?

Sara Cruz: Es erróneo considerarlo así, yo opino lo contrario. Estoy convencida por mi existencia femenina que en ella han estado presentes hombres que han sido muy importantes: mi padre, mi pareja, mi hijo, mis amigos, mis hermanos; de ellos he aprendido y ellos han aprendido de mí, nos hemos apoyado y reconocido.

Así como el machismo es una ideología que debemos combatir, me parece contradictorio un feminismo que excluye a los hombres. Ambas son ideologías excluyentes.

REHUNO: Sara, muchas gracias por esta entrevista

Sara Cruz: Ha sido muy grato compartir mi experiencia femenina con ustedes, sobre todo por llevarme a reflexiones que no tenía presentes. Gracias por considerarme en este colectivo de entrevistas.