Tim Davie, director de la BBC, con su intrusiva visión de la imparcialidad prohíbe a sus periodistas opinar en redes sociales

Un puño de acero le dio de lleno a la anciana señora (98 años), la BBC. Fundada en 1922, va a sufrir profundos cambios de la mano de su nuevo director, Tim Davie, nombrado a principios de septiembre.

En sus primeras declaraciones matizó claramente su visión sobre la imparcialidad que va a imponer en la casa: “si quieres ser un columnista de opinión o hacer campaña partidista en las redes sociales, es una opción válida, pero no deberías estar trabajando en la BBC”.

Entre tanto la visión de Tim Davie ya se ha plasmado en realidades. La compañía ha publicado una lista de normas y reglas para guiar a sus empleados a la imparcialidad. También ha puesto en marcha cursos para garantizar que sus empleados se comprometen con el objetivo de alcanzar los más altos estándares de imparcialidad, en toda la organización. ¿Es Orwelliano o sólo lo parece? Mejor será juzgarlo siguiendo el enlace a la página de propia BBC, sobre estos hechos.

Los efectos no se han hecho esperar. Sus más reputados periodistas ya llevaban un tiempo mudos en Twitter y ausentes en las redes sociales.  #AutoCensura y #CazaDeBrujas serán los tags aplicables

Estos nuevos vientos alisios, aparentemente puristas, en la BBC vienen de la mano de los aires conservadores que barren Inglaterra.  Algunos no perdonan el posicionamiento en torno al Brexit. Cuando el Primer Ministro David Cameron convocó el referéndum, para mayor gloria de Nigel Farage y toda la corte de Bréxiters, la BBC hizo su papel como pudo, pero fue considerada tendenciosa por los conservadores. Precisamente fue un asunto donde la BBC supo no ser equidistante, con las mentiras e intoxicaciones que venían a manipular a la opinión pública. Lo que pasó está en las hemerotecas. Recordemos a Cambridge Analytica y su ayudita a inclinar el referéndum del Brexit a favor de sí. En adelante, con la BBC en formato 2.0 e hiperbóreamente imparcial, ya no habrá más problemas de disidencia con la política de la manipulación. Mejor dicho, la imparcialidad se habrá convertido en Omertà, dándole un elegante toque British a la Ley del Silencio.

Si se considera que, además, esta nueva imparcialidad se anuncia acompañada de austeridad y recortes presupuestarios, hay que añadir otros dos hashtags más: #MiedoAlDespido y #Purga. Ya que el grueso del ahorro anunciado viene por vía de encoger plantilla y retirarse de “algunos formatos que no le son propios”.

Nuestra vieja amiga la BBC la quieren con demencia. Espero que esto pase pronto y que los profesionales se revuelvan contra esta locura.

 

Fuentes: Nuevo director de la BBC prohíbe a sus periodistas opinar en Twitter