por José Crespo Fernández (*)

El próximo domingo 18 de octubre se realizarán las elecciones generales en Bolivia, se elegirán Presidente y Vicepresidente y a los 166 miembros de la Asamblea Legislativa Plurinacional, 36 senadores y 130 diputados. El miércoles 14 será el último día de campañas de los partidos políticos y hasta este último domingo (11) fue permitida la publicación de encuestas de intención de voto en medios de comunicación.

Las encuestas de intención de voto

Las encuestas publicadas en los últimos 10 días muestran tendencias coincidentes que parecen irreversibles. En el cuadro de las últimas 4, los candidatos del MAS, Luis Arce y David Choquehuanca sobrepasan el 40% y tienen una diferencia muy cercana al 10% o un poco mayor a ese 10% sobre los segundos.

Estos porcentajes son muy importantes, porque la norma electoral establece que el candidato que tiene mayor porcentaje de votos gana en primera vuelta si alcanza el 40% y tiene una diferencia de 10% respecto al segundo o también triunfa si sobrepasa el 50% de los votos.

Estos porcentajes no incluyen el voto en el exterior, que ha generado una suma de cerca al 2% para el MAS en las últimas 3 elecciones y tampoco incluye la votación del área rural dispersa, que alcanza al 15% de la población votante y no está incorporada en la muestra de las encuestas. Esa población dispersa ha votado en un 65 a 70% a favor del MAS, nuevamente en las 3 últimas elecciones nacionales, y su no inclusión en las muestras ha significado que el MAS obtenga en las votaciones por lo menos 5 puntos porcentuales más que en las encuestas, considerando también el voto en el exterior.

Por todo lo anterior: las encuestas, el voto en el exterior y el voto del área rural dispersa, el MAS ganaría las elecciones del 18 de octubre en primera vuelta. Ante esta situación, que la derecha conoce perfectamente, se ha dado un discurso correspondiente para distraer a la población.

Hasta fines de septiembre se intentó posicionar el discurso de que Carlos Mesa, el segundo en las encuestas, se acercaba a Luis Arce forzando una segunda vuelta en la que lo derrotaría, todo a partir de que la Presidenta de facto renunció a su candidatura electoral.

Si bien inmediatamente después de la renuncia, Mesa subió un poco, las encuestas posteriores mostraron que la distancia entre el primero y el segundo se estabilizaba.

Ante esa evidencia, el discurso de la derecha en estos días consiste en presionar a los votantes del tercero para que cambien su voto hacia Mesa para evitar una victoria del MAS en la primera vuelta. El tercero en disputa, el empresario conservador Fernando Camacho, subía en la preferencia alimentado con otro segmento de la anterior votación de Añez, para en el último tramo caer la mitad de lo que había subido.

Ya no disputan la elección en primera vuelta, tampoco les interesa las diferencias que les hicieron presentar 6 candidaturas distintas contra el MAS. Ya se “bajaron” 2 y 3 candidaturas y las tendencias se mantienen. Cambian los discursos, intentan posicionar narrativas distintas, pero no funcionan.

Las campañas electorales: la feliz y las violentas

Entre el sábado 10 y domingo 11 de octubre, Luis Arce y David Choquehuanca, los candidatos del MAS, visitaron más de una decena de ciudades y poblaciones rurales, en algunos casos juntos y en otros separados. A ellos se suman Andrónico Rodríguez, segundo en la jerarquía sindical del Trópico de Cochabamba después de Evo y Diego Pary, el último Canciller del MAS. Los cuatro fueron los candidatos a Presidente que eligieron las organizaciones entre fines de 2019 y principios del 2020; de ellos cuatro, salió el binomio.

Mientras Luis Arce estuvo en varias circunscripciones de La Paz, visitó la Feria 16 de Julio de El Alto, se reunió con cooperativistas mineros y productores de oro, David Choquehuanca hacía el cierre de campaña en Yapacaní -en el oriente boliviano-, para luego estar en Sacaca, en el occidente altiplánico de Potosí.

Por su parte, Andrónico Rodríguez estaba en proclamación en San Borja, en la amazonía beniana, asistía a una proclamación en Santa Cruz de la Sierra y bajaba al Chaco para estar en actos en las ciudades gasíferas de Caraparí y Yacuiba, para luego dirigir el acto de proclamación con los jóvenes de la ciudad de Tarija, al extremo sur de Bolivia.

Diego Pary, a su vez, encabezaba los actos electorales en las ciudades del valle potosino de Lajas Tambo, Tinguipaya y Tupiza.

Dos de los candidatos de la derecha sumaron 14 tuits en los dos días, ningún acto público con gente, pero llenaban los periódicos de fin de semana con el debate de que el tercero, Fernando Camacho, “se baje” para dar sus votos a Mesa, el segundo en las encuestas.

Salvar la democracia contra el MAS, disputa de quién fue más importante en el golpe de Estado de noviembre de 2019 que derrocó a Evo Morales y los rumores de negociación con dólares de por medio y repartija de ministerios; esa fue su “campaña electoral” de fin de semana. Pero lo que sí hicieron fue movilizar grupos parapoliciales que siembran violencia contra las casas de campaña del MAS, allí donde ellos son fuertes, y se tomaron el centro de la ciudad de Sucre exigiendo la renuncia del Fiscal General del Estado.

Mientras escribo este artículo se cierra la campaña del MAS en Sacaba-Cochabamba. Unas 40.000 personas están presentes y mañana se cierra la campaña en La Paz y El Alto, donde se esperan unas 250.000, en un país que tiene 11 millones de habitantes. El pueblo está movilizado para recuperar la democracia, es otro momento de la movilización general que impuso la realización de estas elecciones del 18 de octubre.

La perspectiva: Victoria popular o Golpe de Estado

La derecha que ejecutó el golpe de Estado en noviembre del año pasado no permitirá simplemente que el MAS vuelva al gobierno, porque eso significaría dejar de lado la implantación de su modelo neoliberal de saqueo y sometimiento a las transnacionales. Por otro lado, el pueblo está movilizado para recuperar la democracia plena y volver al camino del desarrollo con estabilidad económica.

Las opciones electorales de la derecha juegan ahora a atemorizar a los votantes y a los seguidores del MAS, de manera particular. Este lunes 12 la policía de la “dictadura” apresó a la candidata a diputada del MAS por el Plan 3000, en la ciudad de Santa Cruz. El ministro Murillo, del gobierno de facto, ha dado su apoyo expreso a Carlos Mesa y este candidato ha respondido que Murillo es y será un buen ministro, una pequeña victoria de Mesa sobre Camacho en la disputa de quién manda a la cúpula militar conservadora.

Circulan denuncias y rumores de nuevos aprestos golpistas, que más allá de su certidumbre son señales del malestar en las filas de la derecha y de la policía y el ejército. Son señales también de que la derecha ya no considera posible una victoria electoral y busca otras salidas a su derrota en las urnas. Una de las posibles salidas siempre será el fraude.

El Tribunal Supremo Electoral no dice nada respecto a las vulneraciones de la norma electoral por parte de autoridades del gobierno de facto, tampoco dice nada respecto a la violencia física desatada contra la campaña del MAS por las organizaciones parapoliciales. Ahora sabemos que esa violencia por lo menos tiene con la venia de la candidatura de Carlos Mesa, cuando una de esas organizaciones parapoliciales declara su apoyo a Mesa y éste no la rechaza mostrando algo de dignidad.

Ahí estamos con una campaña feliz, que vislumbra una victoria popular en primera vuelta y por otro lado se siembra temor y se respalda a organizaciones parapoliciales, se dan señales de un nuevo golpe de Estado y se tiene una autoridad electoral sumisa a las movidas de las candidaturas de la derecha, que podría por lo menos mirar a otro lado ante un fraude electoral de la derecha.

Victoria popular o golpe de Estado, no importando lo duro o blando que sea ese golpe. Esa disyuntiva se resolverá el domingo 18 de octubre, dependiendo de lo contundente de la victoria popular, expresión de la actual movilización de las organizaciones sociales.

CDMX, 13 de octubre 2020

(*) Embajador de Bolivia en México, 2017-2019

@moncho_bolivia