Hubo otra pandemia nuclear que Argelia sufrió en su desierto y está en la memoria de las víctimas de los habitantes del Sahara Occidental durante su periodo colonial. Aquella pandemia manifestada en fiebre, convulsiones, irritaciones, colapso de las vías respiratorias y ceguera que vivieron los saharauis también sucedió en un mes de febrero de 1960.

Los ensayos atómicos que practicó la Francia Colonialista en los años sesenta en el sur de Argelia, cuyos efectos pudieron alcanzar a varios países africanos y también a España, mataron a muchas familias y animales en la parte noreste y este del  Sahara Occidental siendo colonia española.

Un tema que aparece en mi libro el ‘Sueño de volver’ cuando recogía la historia de la familia de aquel dirigente estudiantil saharaui Hanafi Uld Mohamed Chej. Y que también en 2010 recordaba en El País el periodista Ingacio Cembrero  “(La primera bomba francesa arrojada el 13 de febrero de 1960) el impacto radiactivo se extendió a toda África del Oeste, por el sur hasta Centroáfrica y al norte, por la costa española y Sicilia”. Pero anteriormente también está en la memoria saharaui otra pandemia que sucedió según el calendario pastoril saharaui en Am Dega, correspondiente al mes de diciembre de 1953. Murieron, personas, camellos, gacelas, lobos, chacales, burros, conejos, ovejas y cabras… ese año la metrópoli vacuno a la gente en su colonia y es por ello que el año pastoril fue denominado el año de la vacuna, es decir Am Dega.

(…) Tras la huella de Hanafi recabé testimonios de su hermana Mgaili Mohamed Chej, su sobrino Mohamed Yeslem Uld  Beisat, su amigo Bujari Ahmed y Paqui Burgos; a través de ellos descubrí la trágica historia de su familia.

Su padre, Mohamed Chej Uld Maatala, murió en el año Am Tegal, también llamado Am Elhuma, es decir el año de la pandemia, que según el calendario pastoril saharaui vendría a ser 1956, también murió la más pequeña de sus tres hijas, Naguha, a raíz de las radiaciones de un ensayo nuclear realizado por los franceses en Irigan, sur de Argelia.

La gente que nomadeaba en el noreste del Sahara Occidental, en las fronteras con Argelia, no sabía del porqué de aquella fiebre que mataba a humanos y a muchos animales. Encontraban gacelas muertas o moribundas, entonces decidieron buscar las causas. Explicaban que esos animales no tenían relación alguna con los humanos por la que pudieran haber sido contagiados de enfermedades comunes. Siempre entre los nómadas ha habido gente sabia y descubrieron que las causas de aquella letal y rara fiebre eran producidas por un ensayo nuclear realizado por los franceses. Pronto lo relacionaron con una inhabitual detonación que les había aterrorizado tiempo atrás. Hablamos de finales de los años cincuenta. La noticia empezó a correr de boca en boca. La fiebre causó la muerte de mucha gente y obligó a los beduinos a desplazarse hacia al sur saharaui, alejándose de las fronteras con el país vecino. Años más tarde los saharauis comprendieron que era la fiebre de la derrota francesa en Argelia, la furia colonial contra la revolución argelina que causó un millón y medio de víctimas. Espero que esa pandemia del Covid 19 sea el final del neoliberalismo como lo fue el fin del colonialismo en Argelia y que sea el inicio de otros nuevos tiempos en los que primarán los intereses del ser humano muy por encima de la plusvalía del capitalismo.

Los saharauis tienen, hasta el momento, un fallecido y tres afectados por el Coronavirus (Covid 19). Ahora bien,  los saharauis sufren una pandemíamayor, la pandemia de la ocupacion marroquí. Tierra y cultura debaten entre la existencia o no contra la ocupacion marroqui.

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