Especialistas en derechos humanos aseguran que el régimen de Myanmar (Birmania) carece de compromiso en romper la impunidad que rodea a la violencia sexual y de género, y critican aspectos anacrónicos de una proyectada ley local contra la violencia hacia las mujeres. En la imagen, tres mujeres dormitan en un tren atestado en el país asiático.

por Samira Sadeque

Un proyecto de ley de Myanmar (Birmania), cuyo objetivo oficial es la protección de las mujeres de la violencia, preocupa a los defensores de los derechos humanos y de género por su anacrónica definición de violación o la inexacta terminología de conceptos como consentimiento, gays, bisexuales o transgénero.

El parlamento birmano va a debatir pronto la última versión de la Ley sobre Prevención y Protección contra la Violencia hacia las Mujeres (PoVAW, en inglés), que según organizaciones como el Centro para la Justicia Global (GJC, en inglés) está lejos de abordar adecuadamente la violencia contra la población femenina.

Para el GJC, el lenguaje en el texto toma prestado el usado en el Código Penal de Myanmar de 1861 y, por lo tanto, perpetúa interpretaciones anticuadas de la violación, tales como considerar la violación únicamente como la penetración vaginal y sin ningún reconocimiento a violación conyugal.

«El gobierno myanma ha demostrado durante mucho tiempo una falta de compromiso para romper el ciclo de impunidad de la violencia sexual y de género generalizada, un problema que se ve agravado por las barreras estructurales más amplias con respecto al sistema de justicia militar de Myanmar y la falta de opciones internas sólidas para la rendición de cuentas «, afirma en un análisis el GJC.

Khin Ohmar, una exiliada defensora de los derechos humanos en la nación asiática, aseguró que el gobierno de Rangún tiene «patrón sistemático para atacar a las mujeres y niñas étnicas», durante un debate abierto celebrado el 17 de julio en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas bajo el título de «Mujeres, paz y seguridad: violencia sexual en conflictos».

En el encuentro por videoconferencia participaron ministros y otros altos representantes.

La ministra sudafricana de Relaciones Internacionales, Naledi Pandor, se lamentó de que la violencia sexual sigue siendo un arma en los conflictos y los posconflicto, algo que a su juicio debe preocupar al máximo órgano de la ONU.

Ohmar, fundadora y presidenta de Progressive Voice, una organización de investigación y defensa de los derechos en Myanmar, reiteró que los militares de su país han perpetrado «crímenes indescriptibles» contra las minorías étnicas, que incluyen la violencia sexual sistemática contra las mujeres de esos grupos.

Mientras tanto, GJC ha publicado una lista de recomendaciones que los legisladores birmanos garanticen que la proyectada ley sea integral y actualizada líderes pueden seguir para garantizar que la ley sea integral y aplicable en la actualidad.

IPS dialogó con Akila Radhakrishnan, presidenta de GJC, sobre el tema. Este es un extracto de la entrevista.

IPS: ¿Cómo es que Myanmar solo está introduciendo ahora el proyecto de la la Ley de Prevención de la Violencia contra la Mujer (PoVAW)?

AKILA RADHAKISHNAN: Ha habido un par de cosas, creo que la falta de voluntad es un punto de partida. Esto es algo que las mujeres de la sociedad civil presionan constantemente desde aproximadamente 2013.

Se ha planteado como un problema y una parte de la razón por la que es una prioridad es porque las leyes originales de las que estamos hablando datan de 1861.

Realmente estamos hablando de leyes que no se han actualizado, por lo que con la transición política hubo un momento en que las mujeres de la sociedad civil vieron la oportunidad de pensar que es hora de que tengamos una ley integral sobre la violencia contra las mujeres, que de forma a las actuales posiciones progresistas en el ámbito penal. Codificar e incorporar temas como órdenes de protección o una clasificación más sólida de los tipos de violencia sexual y otras violencias.

Y de alguna manera, los militares continúan perpetrando violencia sexual masiva. Algunas de las cosas clave que la sociedad civil ha estado presionando es poner a los militares bajo el mandato de la ley, que también es antitético al interés de los militares.

IPS: A pesar de que Aung San Suu Kyi es la gobernante del país, ¿por qué todavía hay discrepancias en la legislación?

AK: Aung San Suu Kyi no es feminista. Ciertamente, en el pasado ha hecho declaraciones más fuertes sobre violencia sexual de las que asume actualmente, pero ha visto ciertos tipos de reformas políticas como su prioridad. Si nos fijamos en la trayectoria de las leyes que inicialmente se aprobaron durante la transición, la mayoría de las leyes realmente se centraron en cuestiones que permitieron la inversión extranjera, por ejemplo.

Hubo ciertas leyes que debían modificarse en torno a cuestiones como ciertos tipos de libertades de prensa, muchas de las cuales han retrocedido en los últimos tiempos en cualquier caso. Nunca hubo una especie de prioridad feminista establecida por su liderazgo.

Ciertamente hubo algunas feministas increíbles que fueron elegidas, incluso de la sociedad civil local, hubo mujeres que fueron elegidas para el parlamento. Ellas llegaron  sentir que tendrán el poder de establecer cuáles son las prioridades que se aprobarán, que se considerarán en el contexto de un país que tiene una serie de reformas que deben emprenderse.

Otro problema es que el proceso se ha llevado muy lento por parte de algunas de las instituciones  involucradas, así como otras dependencias,  como la oficina del fiscal general o el departamento de bienestar social. Hay una gama complicada de actores que participan tanto en el desarrollo de la ley como en el rechazo a ella.

IPS: ¿Cuáles son las más evidentes carencias de la PoVAW y que es lo que necesita abordarse con más urgencia en su texto?

AK: Probablemente, lo más urgente es eliminar los aspectos donde se aferra al código penal y que realmente no piensan en enmendarlo. Se aferran a la definición del código penal de violación en sí misma: se niega a abandonar la violación como se definió en el código penal de nada menos que 1861.

Detallamos una variedad de problemas con esa definición específica. Y una parte importante fue decir nuestras definiciones más modernas de violación, que son más inclusivas, que son neutrales al género y tienen mejores definiciones de consentimiento. En conclusión, se está creando un proceso nuevo y al mismo tiempo se está aferrando a algo que está ahí hace mucho.

Y en relación con eso, hay problemas como la violación conyugal como un delito que está algo separado de la violación, es un delito menor, una pena menor y sabes que también se deriva de una mentalidad anácronica.

IPS: ¿Es esta legislación solo para mujeres cisgénero, vale decir para aquellas que su identidad de género coincide con su identidad sexual, lo opuesto a transgénero?

AK: Hay un poco de tensión allí. La ley en sí misma es una ley de violencia contra las mujeres y en el marco se ha desarrollado durante bastante tiempo, por lo que ha habido tensión por tratar de hacer que la ley sea lo más inclusiva posible [y] realmente pensando en lo difícil que es llevar esto a buen término.

En este momento, es importante tratar de pensar en cómo tomar un enfoque inclusivo interseccional para esto. Pero desafortunadamente vamos a terminar solo con un marco de VAW (sigla en inglés de violencia contra las mujeres), por lo que queremos, al menos dentro de ese contexto… pensar realmente cómo hacer para que sea lo más inclusivo posible.

IPS: Hay muchas minorías étnicas en Myanmar, que a menudo se ven forzadas a abandonar el país, debido a la violencia y en particular la violencia sexual que se ejerce sobre ellas. ¿cuál es su análisis sobre este último aspecto?

AK: El ejército usa la violencia sexual como arma táctica en su conflicto, como todas sus acciones violentas contra todas las minorías étnicas. Es un patrón sistemático, uno que se cumple con impunidad y es por eso que las reformas legales y la responsabilidad son tan importantes.

IPS: ¿En qué cifra sus esperanzas en el proceso que resta hasta que se promulgue la ley PoVAW?

AK: La ley es un importante paso adelante, pero para que sea un paso significativo, realmente debe tener en cuenta, y a través del proceso lograrlo,  que cumpla con los estándares internacionales y aborde algunos de los problemas clave con la ley misma. De lo contrario, se obtendrá una especie de ley de retazos en la que se ha invertido mucho tiempo y energía, pero que no va a lograr lo que podría haber logrado en caso de cumplir con los estándares internacionales.

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