A medida que pasa el tiempo se va develando la trama de actores protagónicos y secundarios que articularon el golpe de estado cívico, militar y policial, con conexiones internas como externas en Bolivia. Dentro del sector cívico se agrupan la O.E.A., sectores eclesiásticos, medios de comunicación, políticos, empresarios y funcionarios judiciales. Cabe destacar que hay que diferenciar responsables y cómplices para llevar a cabo un golpe de estado diseñado y planificado desde el 2016, con el invento de un hijo a Evo Morales que llevó a la derrota en el Referéndum Constitucional. El  golpe de estado se montó sobre un terreno fértil para ello, abonado por errores del ex gobierno y la desviación de los principios ideológicos que originaron el proceso de cambio.

El 24 de julio se conoció la participación de la empresa Tesla, el mayor fabricante de autos eléctricos del mundo, en el golpe de estado en Bolivia. Elon Musk es el fundador y director de esta empresa que diseña, fabrica y vende automóviles eléctricos, sus componentes y baterías de litio. La participación en el golpe del empresario quedó revelada con un mensaje de Twitter en el que el magnate sudafricano, nacionalizado estadounidense, se quejaba sobre los subsidios de Trump y escribió: “Un nuevo paquete de estímulos no está en lo que más le interesa a la gente”. Un internauta llamado Armani lo increpó: “¿Sabes que no era lo mejor para la gente? El gobierno de EEUU organizando un golpe de estado contra Evo Morales en Bolivia para que puedas obtener el litio allí”. El magnate respondió de forma impune: “Derrocaremos a quién querramos. Supéralo”. Luego, Evo Morales se hizo eco de esta conversación y cruzó al empresario: “@elonmusk, dueño de la fabrica más grande de autos eléctricos dice sobre el golpe de estado en #Bolivia: “nosotros golpearemos a quién querramos”. Otra prueba más de que el golpe fue por el litio boliviano, y dos masacres como saldo. Defendamos nuestros recursos naturales”. La publicación causó revuelo en redes sociales y miles de mensajes condenaron las palabras del magnate. Luego, Elon Musk aclaró que el litio para su empresa lo obtiene desde Australia.

La sugerencia de que EEUU pueda realizar un golpe de estado a cualquier país sin que nadie pueda hacer nada, es un mensaje amenazante para la región y deja al descubierto que el golpe llevado a cabo en Bolivia es utilizado como escarmiento para los países que no se alinean a los intereses estadounidenses. No es una novedad la participación de empresas en golpes de estado y en guerras en la región, pero no se había visto hasta el momento semejante descaro jactándose de tal acción de parte de un empresario. Por otro lado, las palabras del magnate revelan su participación de alguna forma y se confirma que lo que ocurrió en Bolivia el 10 de noviembre del 2019 fue un golpe de estado, y no hubo un fraude electoral de parte del MAS como sostuvo la OEA en un informe que no presenta pruebas al respecto y que ha sido cuestionado por diversos informes independientes de diversas universidades.

Al respecto, Evo Morales siempre sostuvo la hipótesis de que el principal móvil del golpe de estado había sido el haber dejado afuera a EEUU del proyecto de industrialización del litio que se estaba llevando a cabo en el país en conjunto con Alemania y China.

El boicot a la industrialización del litio en Potosi y su relación con el golpe.

Marcos Pumari, presidente del comité cívico potosinista (Comcipo) y actual candidato a vicepresidente en el binomio por “Creemos”, junto a Fernando Camacho fue quien lideró, antes del golpe de estado, una feroz movilización con bloqueos y una huelga de hambre en contra del proyecto de desarrollo industrial nacional de baterías de litio en el departamento de Potosí donde se encuentra la reserva más importante de litio. Tamaña hazaña proyectaba al país como futura potencia a nivel regional.

Esta movilización regional con bloqueos duró casi dos meses para que el 7 de octubre del 2019, dos semanas antes de las elecciones generales del 20 de octubre del 2019, anunciara una huelga general indefinida, exigiendo a Evo Morales la anulación del decreto supremo 3.738, sobre la industrialización del litio del Salar de Uyuni. Mediante el cual el estado boliviano a través de Yacimiento Petrolíferos Bolivianos (YPB) se asociaba con la empresa alemana ACI Systems, con el fin de de la instalación de una planta de materiales catódicos y baterías de ion litio destinadas al mercado europeo. A su vez, este decreto especificaba que Potosí recibiría una regalía del 3%. De esta manera EEUU había quedado afuera del proyecto de industrialización del litio boliviano.

En esta sociedad mixta el accionista mayoritario sería la empresa estatal Yacimientos del Litio Boliviano (YLB) con el 51% y la empresa alemana con el 49% que aportaría tecnología, mercado y financiamiento. A su vez, YLB también había firmado contrato con la empresa Industrias Quantum Motors que posee una planta en Cochabamba con el fin de fabricar vehículos eléctricos en serie. El 1 de octubre del 2019, Bolivia había sido noticia mundial cuando Evo Morales había presentado en un hito histórico de soberanía tecnológica del país, el primer vehículo eléctrico fabricado en territorio boliviano por Quantum que funcionaba con baterías de litio potosino del salar de Uyuni.

Por otro lado, el país había firmado un contrato preliminar con la empresa china Xinjiang TBEA Group-Baocheng para construir plantas industrializadoras de litio en los salares de Copaisa y Pastos Grandes. A partir de un tipo de salmuera se produciría litio metálico, producto de valor en tecnología de punta. De esta manera Bolivia sería uno de los pocos países del mundo en producirlo. La importancia del acuerdo estratégico con China consistía en que era el principal productor y exportador de autos eléctricos, además de controlar el mercado de baterías de litio y acumuladores eléctricos. Su empresa BYD fabricante de autos electicos había desplazado en producción a la estadounidense Tesla en ese momento.

Marcos Pumari, logró hacer retroceder a Morales en esta iniciativa  acusándolo de “vendepatria” y de que “entregaría el litio a empresas extranjeras” sin que Potosí tuviera mayores beneficios. Reavivó el fantasma de la historia de la explotación que el departamento vivió durante la colonia con el oro y la plata del famoso cerro rico de Potosí. De esta forma, logró el apoyo de la derecha y parte de la izquierda, organizando bloqueos por toda la ciudad de Potosí, y hasta protagonizó una huelga de hambre para exigir una regalía superior al 3%.

El 3 de Octubre Evo Morales cedió y rompió el contrato con la empresa alemana y se comprometió a instalar una fábrica de baterías de litio en Potosí y de trasladar la sede de YLB desde La Paz a Uyuni y negociar las regalías. Pero las exigencias de los cívicos cada vez eran mayores, de pronto se reclamaba que Potosí fuera socio y accionista y se rechazaba obtener solo regalías para acceder al 50% de las utilidades que generara esa industria. Lo que revelaba que el reclamo por el mayor ingreso de regalías por el litio era apenas una excusa con otro objetivo superior. Pumari siguió los pasos del Comité Pro Santa Cruz liderado por Fernando Camacho y se sumó a los reclamos de mayor autonomía de Potosí y hasta de un estado federal. A ello se sumaron los reclamos contra la reelección y un supuesto fraude en las elecciones, con el objetivo de convulsionar al país para concretar un golpe de estado que estuvo planificado al detalle con anticipación.

Los golpistas y  Elon Musk

El 1 de abril Jeanine Áñez a través de su canciller Karen Longaric solicitó mediante una carta a Elon Musk, la donación de ventiladores para la atención de pacientes con Covid-19. Tras que el 31 de marzo el empresario desde su cuenta de Twitter había ofrecido a hospitales de todo el mundo el envió gratuito de respiradores. No se conoció respuesta del magnate a la solicitud.

Por otra parte, el 19 de febrero luego de la revelación de Jair Bolsonaro de su objetivo de conseguir que Elon Musk  anuncie la instalación de una fábrica de autos eléctricos Tesla en Brasil, Samuel Doria Medina candidato a vicepresidente del binomio  “Juntos” con Áñez, anunció en Twitter sus intenciones de entregar el litio boliviano al empresario: “@jairbolsonaro busca convencer a @elonmusk de montar una fábrica de autos eléctricos Tesla en Brasil. Propongo que hagamos un proyecto brasileño-boliviano para que nosotros pongamos las baterías de estos autos con litio de Uyuni”.

Curiosamente, el domingo 9 de noviembre, un día antes del golpe, las acciones de Tesla aumentaron exponencialmente en la bolsa de valores de Nueva York y no paran de subir en la actualidad.

Bolivia principal reserva de litio del mundo con el 60% del total.

Entre el 75 y 85 % de las reservas mundiales de litio se encuentra en el denominado “Triángulo del litio” compuesto por Argentina, Bolivia y Chile, pero la mayor reserva de litio en salmueras se encuentra en el salar de Uyuni, Potosí, territorio boliviano. El país posee una reserva de 21 millones de toneladas de litio, un 60% del total. El litio es considerado un recurso natural estratégico, clave en el cambio de matriz energética y determinante en la modificación del patrón tecnológico, ya que las baterías de ion litio impulsarán la movilidad de los autos y los acumuladores energéticos siendo un metal relevante por su uso en la vida cotidiana. Se espera que la demanda del litio llamado “nuevo oro blanco” aumente de manera exponencial porque sirve para fabricar baterías de diferentes dispositivos como celulares, relojes electrónicos, smartphones, computadoras portátiles, cámaras de video, de foto, vidrios, aviones, barcos, medicinas y especialmente en autos eléctricos. Se estima que la demanda de este tipo de vehículos se multiplicará por 30 en los próximos 10 años.

El Dr. Ernesto Calvo, uno de los más importantes especialistas en litio de Argentina e investigador UBA-CONICET durante una entrevista el 2018 sostuvo: “El litio es el metal más liviano y además es electropositivo, lo cual permite almacenar mucha energía en muy poca masa, lo que llamamos densidad de energía, y por eso el éxito de las baterías. Los últimos 25 años vimos como cambió nuestras vidas la comunicación con celulares justamente por las baterías de ion litio, ahora supongo que los próximos 25 años veremos algo similar con los autos eléctricos”.