El candidato a vicepresidente de Bolivia, a fondo sobre las próximas elecciones que pueden poner fin a la dictadura

David Choquehuanca, candidato a vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia por el MAS-IPSP, habló en Radio Gráfica sobre la compleja situación que atraviesa el vecino país, donde las elecciones fueron nuevamente postergadas el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

En un extenso diálogo con Lucas Molinari, el hombre que acompaña a Luis Arce Catacora en la fórmula impulsada por el derrocado Evo Morales Ayma, habló de cómo el pueblo boliviano se organiza frente al golpe de estado que desde el 12 de noviembre de 2019 sostiene a Jeanine Áñez como presidenta autoproclamada. Anticipó que este martes 28 y toda la semana habrá manifestaciones para rechazar el cambio de fecha de los comicios que, por ley, deben realizarse el 6 de septiembre.

Se ha conocido que se postergan las elecciones que estaban previstas para el 6 de septiembre al 18 de octubre ¿Ya es un hecho?

-En principio las elecciones debían realizarse tres meses después del Golpe de Estado, que las han postergado hasta mayo. A partir de allí decidieron que se harían en el mes de agosto, para finalmente fijarlas el 6 de septiembre.

Esta fecha había sido elegida luego de un diálogo con las agrupaciones políticas que participarán en las elecciones, más el Tribunal Supremo Electoral. A su vez, ha sido acompañada por la Asamblea Legislativa Plurinacional, que sacó una ley para que elecciones se puedan realizar en la fecha pactada.

Utilizaron la pandemia como pretexto para postergar las elecciones, o no realizarlas. Y en Bolivia estamos en una situación compleja, difícil, de incertidumbre luego del Golpe de Estado del año pasado.

De pronto nos vimos sorprendidos por el anuncio del Tribunal Supremo Electoral que nuevamente se postergaron las elecciones para el 18 de octubre.

La población, el pueblo boliviano, no entiende, parece que no quieren (desde el gobierno de facto) las elecciones porque no les conviene. Saben que el Movimiento Al Socialismo va a recuperar la democracia, la salud, la educación y vamos a volver a nuestro proceso de cambio.

Bolivia quiere volver a construir estabilidad económica, política, social. Y esto la derecha no lo quiere, y utiliza a la pandemia para que no se pueda votar.

Frente a este anuncio de postergación, nuestros movimientos sociales, junto a la central obrera boliviana, y el pueblo boliviano, han convocado a un Cabildo Nacional, y a una marcha desde casa en la Ciudad del Alto para analizar esta intención del gobierno de facto.

-El Cabildo que se llevará a cabo el día 28 de julio, ¿tiene abierta la participación hacia toda la sociedad boliviana?

-Todos los que quieren democracia en Bolivia, los que quieren recuperar y defender a los derechos humanos, colectivos, los que quieren tener autoridades legítimas, que sean elegidas por el pueblo, van a participar del Cabildo Nacional convocado por la Central Obrera Boliviana, y los movimientos sociales.

-¿Hay preocupación por el esquema represivo de Áñez, luego de lo ocurrido en Senkata como en otros lugares de Bolivia?

-Están utilizando la pandemia para sembrar temor, miedo, para reprimir, para perseguir la libertad de expresión, para perseguir a las organizaciones sociales y judicializar a la política.

No está descartada ninguna represión, pero el pueblo boliviano ha perdido el miedo. No puede callarse más.

Poco a poco el pueblo se organiza, se autoconvoca para recuperar nuestra democracia, nuestro Estado de Derecho, nuestras empresas estratégicas, que están en riesgo. Para defender nuestra soberanía nacional, nuestros recursos naturales, y nuestra justicia.

El gobierno de Añez ha anunciado que no van a permitir actos “terroristas”, porque todo es calificado como terrorista aquí en Bolivia.

-¿Cómo ven el tema de las garantías, de los observadores internacionales? Luego de lo ocurrido durante el Golpe de Estado y la justificación que dio la Organización de Estados Americanos.

-Las instituciones han perdido credibilidad. Hay un derrumbe de las mismas, están muy frágiles. El mismo Tribunal Superior Electoral está fraccionado.

Es muy importante para nosotros el acompañamiento de la comunidad internacional para garantizar elecciones transparentes, justas. El apoyo de las Naciones Unidas, de la Unión Europea, de las autoridades parlamentarias de países que puedan acompañar no solamente como observadores, sino que formen parte del proceso que estamos llevando adelante los bolivianos.

Nunca hemos tenido confianza en la OEA por su actuación parcializada en las anteriores elecciones.

-En los últimos días hubo un tweet de Elon Musk que reivindicó el golpe de Estado a Evo Morales, el cual ya salió a responderle. Esto es así debido a los recursos naturales, como el litio, que posee el país trasandino.

-Así piensan las trasnacionales, las multinacionales. A ellos no les interesa la vida, ni la situación de los pueblos.

Ellos viven la dictadura del dinero, y estas afirmaciones es una muestra más de dónde ha venido el Golpe de Estado. Todos los países que tienen recursos naturales corren el riesgo de ser intervenidos por estas transnacionales.

El pueblo boliviano, y la comunidad internacional, conoce la verdad de quien ha hecho el Golpe de Estado en Bolivia, y el rol que ha jugado algunos organismos internacionales como la OEA, y ha sido organizado por los Estados Unidos.

Ellos observan nuestros recursos naturales, nuestro litio. Bolivia es rica en agua dulce, en recursos forestales, mineralógicos, tenemos áreas protegidas. Tenemos todo.

No quieren que nosotros llevemos adelante nuestro propio proceso de industrialización, y que ningún país pueda levantarse de manera soberana.

-La crisis del modelo capitalista, y esta pandemia nos invitó a reflexionar sobre cómo debemos relacionarnos como humanidad con la naturaleza. 

-Estamos atravesando una crisis global, energética, financiera, hídrica, ambiental, alimentaria, institucional. Y una de las peores manifestaciones de ella es la crisis sanitaria.

Esta pandemia tiene que permitir reflexionar de manera global de cómo vamos a enfrentar las demás crisis, y no solamente tenemos que hablar del coronavirus.

En el mundo mueren por enfermedades cardiovasculares alrededor de 18 millones de personas, mueren 9 millones por cáncer.

Cuando hablamos de salud, tenemos que hablar de manera integral, y no solamente me refiero a los seres humanos. Sino cuando nuestros niños salen del vientre de su madre, puedan respirar un aire limpio, aire sano. No aire contaminado, ni envenenado.

Tenemos que proteger la salud, a su vez, de nuestros océanos, mares, de nuestra madre tierra.

Vivimos la crisis global del capitalismo, que es antropocentrista, que solo piensa en el ser humano, y no somos los únicos en este planeta, es hora de pensar, de dejar de ser egocentristas.

Nuestro planeta se estaba ahogando, se estaba muriendo, en estos días el planeta pudo respirar. Tenemos que ver el mensaje que nos da la naturaleza todos los días.

Hoy día frente a la crisis de valores, emergen los valores de nuestros pueblos indígenas, de las culturas milenarias.

Los aymara tenemos códigos, uno de ellos es K’umara, que significa persona sana, vida sana. Otro de nuestros códigos es Jiwasa, que es “no soy yo, somos nosotros”, es en otras palabras, la muerte del egocentrismo.

Hay que que pensar que los seres humanos estamos infectados por la codicia, el racismo, el individualismo, la división, el enfrentamiento, y debemos sanarnos.

-En Argentina, si se enciende los medios de comunicación están permanentemente mostrando la desesperación a que todo vuelva a la normalidad. Siempre hay que buscar reflexionar qué es la normalidad, y cómo construimos un nuevo Estado que sea más justo. El virus nos pone en cuestión de cómo estamos viviendo en las grandes ciudades.

-Hay que pensar en un proyecto de vida, donde no hay fronteras, divisiones, donde podemos construir integración, unidad, y hermandad. Donde el poder y la economía puede circular desde la redistribución.

No se puede seguir con la economía lineal de acumulación porque hoy vemos las consecuencias de este modelo, y tenemos pobreza, desigualdad. Hay que cambiar todo.

-¿Esa nueva normalidad es el modelo comunitario?

-Este no es simplemente un modelo, el Ayllu, en nuestro código Aymara, es un sistema de organización de vida. No es un modelo de organización social solamente.

Nosotros estábamos en proceso de recuperar, y volver a nuestro Ayllu, que significa sociedad. Por eso se hablaba de socialismo comunitario.

Es momento de empezar a valorar nuestras raíces culturales, nuestra identidad, nuestros códigos, y símbolos. Por ello, levantamos la Wiphala, porque es un código de inclusión, del consenso, del equilibrio y de la integración.

Son tiempos de ver con nuestros propios ojos nuestra realidad, y decidir nosotros mismos cómo queremos vivir. Trabajar la unidad, no la división, por eso el próximo gobierno, cualquiera que sea debe ser de unidad nacional, de reconciliación, donde tenemos que ponernos de acuerdos, de concertación nacional.

  • Entrevista realizada en Punto de Partida (lunes a viernes de 8 a 10) por Radio Gráfica
  • Redacción por Carolina Ocampo

El artículo original se puede leer aquí