Por Jorge Molina

De acuerdo al politólogo Ben Ross Schneider (MIT), Chile posee un modelo denominado capitalismo jerárquico, donde la mayor parte de las grandes empresas son controladas por un grupo reducido de personas vinculadas por la sangre y la clase. Ese capitalismo, describe Schneider, ofrece muy pocos buenos puestos de trabajo (los puestos gerenciales quedan en manos de la élite) y muchos puestos mal pagados (temporales, en poder de la gran mayoría de los trabajadores).

Siguiendo ciertas estimaciones, en Chile el 1% más rico captura cerca del 17% de los ingresos fiscales, mientras que el 10% más rico percibe más del 50% de todos los ingresos. Peor aún, estas cifras parecieran ser estimaciones conservadoras ya que cuando se incluyen las ganancias no distribuidas de las empresas (ganancias retenidas al interior de las firmas) las cifras resultan aún más alarmantes: solo el 1% del país percibe alrededor del 24% de todos los ingresos generados (Top incomes in Chile: a historical perspective of income inequality; 2019).

Para mayor abundamiento, el índice Gini de la Región Metropolitana para el año 2017 correspondió a 0,50, levemente por sobre el de Chile (0,49), pero muy por sobre el de otras regiones, tales como la de O’Higgins (0,40), Arica y Parinacota (0,41), Tarapacá (0,42) y Antofagasta (0,43). De hecho, el segundo lugar del ranking de desigualdad en Chile lo ocupan La Araucanía, Aysén y Los Ríos, todas con coeficientes de Gini de 0,47, lo que constituye una diferencia no menor respecto de la Región Metropolitana y del promedio nacional (Ciper; 2019).

De acuerdo al informe “How’s Life” (2020) de la OCDE, el 53% de la población chilena está en riesgo de caer en la pobreza si tuviera que renunciar a tres meses de sus ingresos, el quinto país del bloque con el mayor porcentaje y lejos del 36% que promedia todo el grupo.

La falta de ingresos también podría aumentar de forma violenta los campamentos en el país, los cuales de hecho ya se habían elevado de modo relevante en los últimos meses, tras el 18 de octubre.

Según la ONG Techo, entre los años 2011 y 2019 los campamentos han aumentado en Chile un 22%, llegando a 47 mil hogares y que, tras la crisis social, el número estaría acercándose -en los primeros análisis- a 52 mil familias o más y lo más probable es que en el contexto post Covid esto se va a disparar probablemente a 100 mil hogares.

Mientas tanto, con una delirante sinceridad el economista del grupo Vial, José Manuel Silva, dijo en una entrevista a La Tercera el 8 de abril del 2020 “no podemos seguir parando la economía, debemos tomar riesgos».

El Ministerio de Educación, además, da la instrucción de que se deben realizar clases virtuales; no obstante, el 40% de los estudiantes no tiene acceso a internet en sus domicilios.

El gobierno señaló que en estos tiempos de crisis sanitaria debe emplearse el seguro de cesantía para tener ingresos; sin embargo, se estima que hay 2,5 millones de trabajadores informales, quienes cuentan con escasos ahorros, producto de precariedad laboral y la vorágine de tener que sobrevivir diariamente.

El Presidente de la República pidió a los empresarios que hagan un esfuerzo en no despedir a sus trabajadores; un discurso que mediáticamente iba dirigido a las Pymes, de las cuales un 70%, según la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), sufre dificultades económicas. No obstante, algunas empresas multinacionales que facturan cientos de millones de pesos mensuales como el caso de Starbuck, McDonald’s, Burger King, la cadena internacional de vestuario H&M, etc., se acogen a la Ley de Protección al Empleo, con lo cual suspenden de manera unilateral las jornadas laborales y con ello el no pago del salario.

Los médicos piden lavarse las manos varias veces al día para evitar el contagio de coronavirus, pero de acuerdo a los datos del censo 2017, hay 383.204 viviendas que no cuentan con agua potable.

Se exige perentoriamente a los adultos mayores que no salgan de sus viviendas y que hagan sus trámites online o que un familiar les haga las compras; sin embargo, según un estudio de la Pontificia Universidad Católica: 459.686 personas mayores de 60 años viven solos y con escaso contacto familiar y comunitario. Amén a lo anterior, la Fundación Sol dice que el 80% de los nuevos pensionados en Chile ni siquiera logra autofinanciar una pensión superior a la línea de la pobreza.

¿Qué sucede con el aislamiento social? el 56% de las viviendas en la Región Metropolitana son menores de 70 m2; siendo las 3 comunas con viviendas de menor área: María Pinto con 47,8 m2, San Pedro con 48,37 m2 y La Pintana 48.48 m2. En los sectores acomodados donde se produjeron los primeros casos registrados, los promedios del tamaño de las viviendas son: Lo Barnechea, 169,1 m2; Vitacura, 154,5 m2 y Las Condes 116,6 m2.

He aquí donde habitamos, donde los lazos sociales y comunitarios son escasos o derechamente nulos, donde la mayoría está irremediablemente condenada a una vida de trabajo, sobrevivencia y carestía; donde una minoría mancilla abiertamente el concepto primigenio y liberal del capitalismo y del amor cristiano hacia el prójimo… Bienvenidos a Chile, un país con dos mundos, el país de los cárteles, el país de la concentración exacerbada de la riqueza, la república del capitalismo salvaje y jerárquico.