Pressenza Colombia y Pressenza Francófona han decidido abrir sus redacciones a todas aquellas personas que deseen compartir sus historias y reflexiones inspiradas de este periodo de confinamiento.

Para continuar con esta serie, nos trasladamos a una pequeña ciudad de Alemania, llamada Oberhausen. Es en este lugar que vive Jairo Gómez, quien nos ha compartido un relato lleno de esperanza sobre el posible futuro de nuestra especie. Jairo es redactor de «Neue Debatte» y de Pressenza Alemania.

Jairo Gómez : «Nadie sabe a ciencia cierta cuándo terminará el confinamiento. Y aún menos el impacto que este virus tendrá sobre nuestro futuro como especie».

El 5 de marzo, regresé eufórico de Colombia con la idea de poder compartir experiencias y mostrar las fotos que había tomado durante el viaje. En mi mente, el Coronavirus todavía estaba lejos. Hasta el 14 de marzo. Fué en aquel día que se anunció en Alemania que a partir del 16 de marzo habría una especie de confinamiento. Digo especie, ya que no era tan severo como en muchos otros países. Yo lo podría calificar como un confinamiento «deluxe“. Ello significa que no está prohibido salir a la calle, pero se deben respetar unas ciertas reglas:

  • Quedan prohibidas las reuniones de más de dos personas en la calle;
  • Se debe mantener una distancia de mínimo 1.50 m entre las personas;
  • Es necesario garantizar una estricta higiene de manos;
  • Evitar en la medida de lo posible todo contacto con personas pertenecientes al grupo de los “más vulnerables”.

Sinceramente, parecen reglas muy simples, pero han cambiado por completo mi vida cotidiana, y me atrevo a decir que es igual para toda la gente que me rodea. Detalles que hasta el 15 de marzo eran naturales, al día siguiente ya no lo eran. Un frenazo en seco. Un beso o un abrazo a un ser querido, durante el confinamiento es un acto inimaginable. Una reunión con amigos en un bar o un restaurante, lo mismo. Pero no, no me quejo, considero que es indispensable si uno quiere aportar un granito de arena para que salgamos de esta situación lo antes posible. Lo que no imaginaba es que un granito de arena pudiera pesar toneladas.

Pero bueno, hay que vivir esta situación de la mejor manera posible. Quiere decir buscando actividades con sentido, reflexionando sobre el mundo y naturalmente sobre sí mismo. Al fín y al cabo, en estos días se dispone de tiempo suficiente para ello. Y por supuesto, intentando no concentrarse solamente en lo negativo. Quizás, si no hubiera aparecido el virus no sería actualmente miembro de la redacción Colombiana de Pressenza,  perdiendo así la posibilidad de conocer gente nueva, con quien compartir puntos de vista o intercambiar ideas.

Nadie sabe a ciencia cierta cuándo terminará el confinamiento. Y aún menos el impacto que este virus tendrá sobre nuestro futuro como especie.  Desde mi punto de vista lo tengo claro, el mundo está en una encrucijada. Indudablemente se superará esta situación. ¿Pero qué vendrá después? Una de las opciones es continuar con la misma forma de vivir que teníamos antes de la aparición del virus, lo cual significa, seguir destruyendo nuestro planeta, continuar explotando a los más vulnerables y por supuesto, persistir en “resolver” conflictos de forma violenta. Creo que no es necesario mencionar a dónde nos lleva ese camino.

Mi esperanza se centra en una segunda alternativa : Se trata de una toma de conciencia colectiva de que no estamos por encima de la naturaleza, sino que somos parte de ella y que si continuamos destruyendo nuestro planeta, terminaremos por destruirnos nosotros mismos. Esta alternativa también incluye una transformación radical de la violencia en relaciones de colaboración y de solidaridad, que son las únicas que garantizaran la supervivencia de nuestra especie.

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¿Desea compartir su historia de confinamiento?

  • ¿Cómo ha cambiado su vida desde el inicio del confinamiento?
  • ¿Cuales han sido sus principales actividades?
  • ¿Ha identificado nuevas oportunidades?
  • ¿Cómo imagina el futuro del mundo después del confinamiento?

Hay vivencias que dejan una marca en nosotros, y que sin duda pueden servir de inspiración para muchas otras personas. Les invitamos entonces a enviar sus historias al siguiente correo electrónico: mauricio.alvarez@pressenza.com 

> No olvide enviar una foto que ilustre este periodo de cuarentena.