Pressenza ya ha hablado varias veces del proyecto de Lacanet y de su «escuela» que había llegado a la sede del COSPE en Florencia desde Poggio alla Croce; ¿qué pasó con ese proyecto en la época del coronavirus? Hablamos de ello con Roberta Germignani y Serena Donati que lo están llevando a cabo.

¿Qué pasó en el momento del encierro? (Roberta Gemignani)

Pasamos los primeros 20 días, en los que debería haber habido 5 reuniones de la escuela en Florencia, en una especie de burbuja. No sabíamos qué pasaría y cuánto tiempo duraría este bloqueo. Nos encontramos con los chicos a través de WhatsApp, que estaban, y siguen estando, como muchas otras personas, desestabilizados por no poder salir (para reunirse, trabajar, buscar trabajo, etc.).

Luego, hablando entre sí, otra chica propuso hacer las sesiones en línea para continuar con las reuniones a distancia. Esto nos permitió romper, en cierto modo, las distancias y reorganizarnos. Se propuso utilizar la plataforma Jitsi de código abierto.

Lo propusimos a los niños y a los maestros-ciudadanos y creamos un archivo de Excel, compartido en Drive, en el que escribimos los nombres de los niños y los nombres de las personas que los acompañarían. Inmediatamente bajo un cuaderno de bitácora, para llevar un registro de las reuniones que cada uno de nosotros hace.

Como resultado del confinamiento en casa, nuevos maestros-ciudadanos se unieron a la escuela en línea.

El primer intento del grupo se realizó el 21 de marzo y discutimos cómo funcionaba la plataforma y cómo proceder. A partir de ahí, decidimos reunirnos individualmente o como mucho con dos chicos juntos, para asegurar, si es posible, una proporción de 1 a 1 y una cierta continuidad. También se decidió mantener reuniones de grupo, con acceso libre, con más chicos, en las que se pueda charlar.

Desde el 23 de marzo, las reuniones en línea han comenzado a un ritmo acelerado.

¿Cuál fue la reacción a la virtualización? (Roberta Gemignani)

Todos nos adaptamos bastante rápido, aunque es diferente vernos en una pantalla. Teníamos que familiarizarnos con la plataforma, pero después de las primeras reuniones ya la usábamos con más fluidez.

Los chicos se interesaron inmediatamente, entendiendo que sería la única manera de conocerse.

Además, también nos encontramos con algunos chicos que nunca habían venido a la escuela pero que, dada la situación, mostraron interés en hacer algunas reuniones.

¿Cómo ha sido este cambio en el modo de relación para ti? (Serena Donati)

No se puede negar que la relación presencial es mucho más sencilla, especialmente cuando hay dificultades lingüísticas. En general nos hemos adaptado rápidamente: hemos notado que la enseñanza a distancia es más agotadora, tanto para los voluntarios como para los niños, pero también es una forma de mantenerse en contacto, de contarse y de sentirse cerca. Tuvimos que abandonar el modo clásico de relación, pero encontramos una buena manera de acompañar los días, de intercambiar opiniones y también de sonreír. La participación fue alta y desde el principio tratamos de manejar las muchas peticiones de los jóvenes de la mejor manera posible. Hasta la fecha, el nuevo modo de relación se ha consolidado, ha dado vida a relaciones que corrían el riesgo de deshilacharse en un momento de dificultad y fragilidad social, así como personal, y esto es lo que queríamos evitar.

¿Cómo son las perspectivas de futuro? (Serena Donati)

Miramos hacia el futuro con la esperanza de que el contacto directo pueda volver a la vida cotidiana, pero, conscientes del delicado momento que estamos atravesando, no podemos hacer otra cosa que darnos fuerza mutuamente y continuar a lo largo de este paralelo, pero igualmente rico en sorpresas, que es el de la relación a distancia.

En cuanto a las diversas ideas/actividades que estábamos llevando a cabo antes de la suspensión de las reuniones semanales en el COSPE, esperamos que puedan reanudarse lo antes posible: se había previsto la compra de libros para preparar a los niños a presentarse a los exámenes de italiano; habían participado en un proyecto que tendría como resultado final la publicación de algunos poemas y canciones sobre su patria y, evidentemente, la búsqueda de trabajo, la redacción y la actualización del plan de estudios y el estudio del italiano continuaron.

Esperamos que incluso en un momento como éste las relaciones con los niños puedan fortalecerse, que su deseo de conocer, comprender, descubrir permanezca vivo y que nuestras relaciones se pongan nerviosas y, sobre todo, sus proyectos educativos, laborales y de vida.

De esta situación de distanciamiento social hemos aprendido que no es conveniente dar nada por sentado, de hecho, hemos redescubierto el profundo y auténtico valor de la relación como intercambio, como cercanía y como apoyo mutuo. Miramos hacia el futuro con una nueva conciencia, conscientes de que toda relación, si se nutre de la voluntad y se cuida con amor y atención a uno mismo y a los demás, encuentra la fuerza para avanzar y esto es lo que realmente permite a la gente sentirse en comunidad.


Traducido del italiano por Estefany Zaldumbide