A los 88 años y rodeado de sus más cercanos de la comunidad La Minga en la Villa Francia, el sacerdote falleció producto de un cáncer linfático. El compromiso con la defensa de los Derechos Humanos y su lucha incansable por mayor igualdad se mantuvo hasta sus últimos días.

Por Claudia Carvajal G.

La madrugada de este sábado, la comunidad La Minga  informó del fallecimiento de Mariano Puga Concha, sacerdote diocesano conocido como un férreo defensor de los Derechos Humanos, particularmente durante el periodo de la dictadura cívico militar en Chile.

Nacido el 25 de abril en Santiago, hijo de Mariano Puga Vega y Elena Concha Subercaseux, estudió Arquitectura y fue justamente esa carrera la que lo puso en contacto con la extrema pobreza cuando, durante el desarrollo de un taller, conoció el campamento San Manuel ubicado en la ribera del Zanjón de la Aguada. Ello lo llevó a abandonar los estudios universitarios y optar por el sacerdocio en el Seminario Diocesano, donde fue ordenado sacerdote en 1959.

Titulado como Doctor en Teología Moral, ejerció también la labor docente en la Pontificia Universidad Católica hasta que en 1972 se enroló en el movimiento Cristianos por el Socialismo, cuyo objetivo era la disminución de la desigualdad social y la injusticia económica, inspirado en la teología de la liberación. Fue también parte del conjunto de religiosos conocido como Grupo de los 80, que adhirieron públicamente a la construcción del socialismo presentados por el entonces presidente Salvador Allende.

Luego del Golpe de Estado, en junio de 1974, fue capturado y conducido a Villa Grimaldi y a Tres Álamos, episodios que él mismo sindicaría como las peores detenciones que sufrió durante su lucha contra la dictadura de Augusto Pinochet.

Condecorado como Héroe de la Paz por la Universidad Alberto Hurtado, su carrera sacerdotal no estuvo exenta de críticas. Las más fuertes vinieron cuando participó de la misa en la que diez condenados por delitos contra los derechos humanos y que cumplían sentencia en Punta Peuco pidieron simbólicamente perdón por los crímenes cometidos durante la dictadura. En el momento, Puga aseguró que “no puede haber perdón si no hay reparación, aporte a la justicia y aporte de la información que ellos manejan y no han planteado a los Tribunales”.

Pese a sufrir un cáncer linfático que incluso lo hizo dejar Chile por unos meses, Mariano Puga no se mantuvo al margen del movimiento social iniciado el 18 de octubre en nuestro país y solo cinco días después y en medio del estado de Emergencia decretado por el Gobierno, el también conocido como “cura guerrillero”, difundió una carta pública en la que interpeló a las autoridades a actuar ejerciendo liderazgos y a la sociedad misma a no bajar los brazos y exigir mayor igualdad. “¡El despertar no tiene que morir nunca más! Hasta que volvamos a ser seres humanos“.

Internado la primera semana de marzo en el Hospital Clínico de la Universidad Católica, difundió desde allí otro texto instando a los sacerdotes a acercarse a la gente y formar parte de este movimiento social. ““Después de tanta solidaridad compartida, con estos hermanos crucificados, ¿se justifica que solo dos presbíteros hayan acompañado a ese PUEBLO el día que denunciábamos su dolor? “¿De qué vale la fe si no tiene obras?” (St 2, 14), ¿Con qué Cristo comulgamos?”, dice la misiva publicada por nuestro medio, aludiendo a la falta de religiosos durante la celebración de una misa por las personas privadas de libertad desde octubre.

Mariano Puga, el cura obrero, el cura guerrillero, murió a los 88 años. Según informó la Comunidad La Minga, su velorio se llevará a cabo desde las 17 horas de este sábado en la capilla Cristo Liberador de Villa Francia. El domingo 15 a las 11.30 horas, saldrá el cortejo fúnebre desde la misma capilla en dirección a la Plaza Los Héroes donde, a partir de las 15 horas se realizará la Cena del Señor en la Iglesia San Francisco de la Alameda. Luego, a las 18.30 se efectuará un encuentro en José Arrieta con Tobalaba para luego finalizar con una Fiesta de la Resurrección en Villa Grimaldi en la que se podrán presentar libremente manifestaciones de las distintas artes.

 

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