Alrededor de 1.000 personas, judíos y árabes, marcharon juntas el 1 de febrero para protestar bajo el siguiente texto: «El acuerdo Trump-Netanyahu es una amenaza para el futuro de ambas naciones. Es un acuerdo unilateral que no traerá la paz, la justicia o la resolución de conflictos, sino que extenderá aún más la violencia. El plan da luz verde al gobierno para anexar la Ribera Occidental, rendirse a los dictados de los colonos extremistas y negar la ciudadanía a cientos de miles de ciudadanos árabes israelíes que viven en Wadi Ara y en el triángulo».

Convocada por el movimiento popular Standing Together, se realizó una manifestación el sábado 1 de febrero en la plaza Dizengoff de Tel Aviv. Los que participaron celebraron una «marcha de emergencia» para exigir seguridad para sus vidas, familias y niños, así como negociaciones que pongan fin a la ocupación y permitan la paz entre los dos Estados, Israel y Palestina.

Vista de la manifestación. (Créditos: Standing Together)