El pasado domingo, 01 de diciembre, nueve personas fueron asesinadas tras la acción de la Policía Militar en Paraisópolis. Las fuerzas policiales, según informes de los moradores, cerraron las salidas principales de la calle donde tuvo lugar el «Baile da 17«, obligando a los presentes a intentar huir por los callejones, lo que ocasionó la estampida y la consiguiente muerte. Los vídeos que circulan por Internet muestran la brutalidad policial. En el material, miembros de Policía Militar patean a jóvenes sin que estos tengan la oportunidad de defenderse.

Símbolo de la desigualdad social en Brasil

Paraisópolis es la segunda favela más grande de la ciudad de São Paulo. Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), más 40 mil personas viven en esta región. Es ícono de la desigualdad social en Brasil debido a que limita con el barrio de lujo Morumbi, donde se encuentra grandes mansiones de magnates brasileños.

La masacre, como ha sido denominada incluso por el gobierno del Estado de São Paulo, abre de forma violenta la discusión sobre la difícil situación que enfrentan los moradores de las comunidades brasileñas que, sufren por la falta de estructuración de autoridades públicas y el vacío de poder que es ocupado por las facciones criminales.

El discurso de que fue necesaria la acción que tomó la ciudadanía brasileña y el alto mando de la Policía Militar (debido a que en estas celebraciones callejeras se presupone la venta de drogas y otras sustancias) no se sustenta, ya que no sucede lo mismo en fiestas organizadas en los barrios ricos, como Higienópolis, donde notoriamente existe el consumo de tales substancias. La acción mal calculada de la Policía Militar de São Paulo ocurrió en consecuencia a la muerte de un sargento de la corporación, lo que, según los moradores, habría hecho más truculentas las acciones de la policía e incluso habría dado lugar a denuncias por amenazas de muerte.

Una reinvención de la policía es más que necesaria

Es necesario repensar la política de seguridad pública en Brasil. El caso de Paraisópolis abre puerta a los dilemas que vivencian los habitantes de las favelas en todo Brasil. Desde la Baixada Fluminense (RJ) hasta Ceilandia (DF), como solía decir racionalmente, los problemas persisten. Es necesario repensar el modelo de seguridad pública.  Además de pensar en las fuerzas policiales, es necesario pensar en la desigualdad social que existe en Brasil, en el racismo institucional que se cristaliza en las persecuciones extremadamente agresivas en bailes funk, similar a lo que ocurrió con la samba en Brasil a principios del siglo XX.


Traducción del portugués por Erika Rodriguez