Entre las comunidades mexicanas, los médicos tradicionales de los pueblos originarios se reúnen para luchar por la supervivencia de su cultura. «Nuestra organización tiene casi veinte años. Nos levantamos y dijimos basta a la opresión de las religiones. Muchas iglesias continúan ofendiéndonos y pisoteándonos con sus prohibiciones, insultos e indiferencia a nuestra cultura. Dicen que nuestros curanderos (figuras chamánicas locales) no reciben sus dones de Dios, dicen que no podemos ayudar a la gente a sanar espiritualmente y que el Altar Maya es un símbolo del diablo», denuncia un anciano miembro de la Teología India.

«Es cierto que algunos que se dicen médicos tradicionales se aprovechan de los sufrimientos de nuestros hermanos: se hacen pagar y a menudo no han recibido el don espiritual», continúa el tatik (término tzeltal de respeto a los ancianos, con el significado literal de «padre»). Estos no son curanderos, no trabajan para la luz, sino para las tinieblas. Aceptamos la presencia de algunos pastores o sacerdotes, siempre y cuando vengan a aprender y no a imponer, a luchar con nosotros por nuestra cultura».

Los médicos tradicionales de Chiapas de la Teología India provienen del mundo zapatista y son casi todos ex miembros del EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional).  Esta corriente teológica tiene una estructura ecuménica e interreligiosa y promueve la unión entre las diferentes corrientes religiosas que están literalmente fragmentando la estructura social de las comunidades y de las familias individuales y creando fuertes conflictos y divisiones internas.

«Muchos de nuestros conocimientos se han perdido con la llegada de los conquistadores, hemos sido perseguidos y todavía nos sentimos oprimidos por estos sistemas de vida que no nos pertenecen. Cuando organizamos reuniones en diferentes comunidades compartimos nuestros conocimientos. Intentamos recuperar nuestras raíces. Redescubrimos nuestros libros sagrados y los calendarios de los antiguos. Redescubrimos nuestros nawales  (energías particulares ligadas al día del nacimiento), que nos protegen y nos infunden energía gracias a sus características animales, nos ayudan a comprender nuestra misión en este mundo», continúa el anciano. «Intercambiamos opiniones sobre la espiritualidad de la Madre Tierra y la Abuela Luna, pedimos a nuestros mayores que interpreten los sueños y visiones que tenemos a cierta hora de la noche. Compartimos nuestros conocimientos sobre plantas medicinales y mucho más. Debemos compartir con la comunidad y no ser egoístas».

Todo este conocimiento está entonces conectado con las creencias religiosas actuales, formando un sistema religioso sincrético. Los coordinadores de la Teología India organizan encuentros nacionales y continentales y deciden sobre los temas a tratar. Este año, por ejemplo, se reunirán en Tabasco a nivel nacional y probablemente en Panamá en lo que respecta al continente americano.

Las sonajas o maracas visibles en la foto representan la voz de los antiguos que vuelven para avisar a los participantes de los rituales o asambleas. Las telas bordadas blancas en los bordes son usadas por los chamanes durante los rituales, mientras que las flores entre una vela y otra son los instrumentos para curar que se le dan a la curandera durante una de sus visiones. El incienso es el «perfume de Dios», parafraseando a la propia curandera, un elemento que bendice a las personas presentes y sacrifica el ritual. Todos estos artefactos culturales son característicos de la cultura Tzeltal Maya.


Traducido del italiano por Estefany Zaldumbide