A Evo Morales se le ha atribuido el mérito de transformar su país. De ser el más empobrecido de América del Sur, logró elevar el nivel de vida, dando prioridad a la educación, la salud, las pensiones, los derechos de la población indígena y creando indicadores de crecimiento que fueron aplaudidos incluso por las publicaciones más neoliberales. Lo hizo nacionalizando en parte los recursos naturales de acuerdo con lo que la mayoría de los países consideraría razonable.

Sin embargo, esos recursos naturales siguen siendo un punto de atracción para las multinacionales depredadoras que operan desde Estados Unidos y otros países, y no sólo el petróleo y el gas, sino que ahora que el mundo se está volviendo verde y se necesitan baterías más potentes para almacenar energía renovable, los enormes depósitos de litio de Bolivia están destellando como signos de dólar en una caricatura. Pero ese litio ha sido fruta prohibida para los negocios extractivos habituales de Occidente bajo Morales, que trató de organizar su explotación haciendo sus propios arreglos alternativos, por ejemplo, con China.

Evo Morales también ha cometido errores en el gobierno, como ignorar un referéndum que le negó el derecho a una tercera reelección y quizás justificar incendios forestales para apoyar a los ganaderos, pero el balance de su régimen ha sido un tremendo salto adelante para Bolivia. Esto, y ser de etnia indígena, resultó imperdonable para la facción neoliberal racista, derechista, cristiana (la nuevo presidente de la oposición que asumió el poder vino con una Biblia y un crucifijo de gran tamaño) que ha estado tramando el golpe de estado que finalmente tuvo lugar hace unos días.

El detonante fueron las aparentes irregularidades encontradas por los observadores de la OEA (Organización de Estados Americanos) en el proceso electoral, a lo que Morales respondió convocando nuevas elecciones, sin resultado alguno, ya que el golpe ya estaba en marcha.

El análisis del proceso electoral por parte de algunos organismos de investigación parece refutar fuertemente la afirmación de la OEA de que las elecciones fueron manipuladas. A continuación presentamos algunos de sus hallazgos.

El Center for Economic and Policy Research (CEPR) en Washington produjo un estudio: El papel de la Misión de Observación Electoral de la OEA en el recuento de votos de Bolivia en 2019«. (En Inglés)

«Este documento presenta los resultados del análisis estadístico de los resultados de las elecciones y las hojas de recuento de las elecciones del 20 de octubre en Bolivia. Este análisis no encuentra evidencia de que las irregularidades o el fraude afectaran el resultado oficial que le dio al presidente Evo Morales una victoria en primera ronda. El documento presenta un desglose paso a paso de lo que sucedió con los recuentos de votos en Bolivia (tanto el recuento rápido no oficial como el recuento oficial más lento), con el fin de disipar la confusión sobre el proceso. El informe incluye los resultados de 500 simulaciones que muestran que la victoria de Morales en la primera ronda no sólo fue posible, sino probable, basado en los resultados del 83.85 por ciento de los votos iniciales en el recuento rápido».

La detallada PDF hace una lectura interesante, al igual que la conclusión de que «la politización de lo que normalmente es un proceso independiente de monitoreo electoral parece inevitable cuando una organización a la que se le ha confiado este monitoreo -en este caso la OEA- hace afirmaciones sin fundamento que ponen en duda la validez de un recuento electoral. Esta es una grave violación de la confianza pública, y aún más peligrosa en el contexto de la fuerte polarización política y la violencia política postelectoral que ha tenido lugar en Bolivia. Estas acusaciones sin fundamento deben ser retiradas, y deben tomarse medidas para asegurar la neutralidad de la observación electoral por parte de la OEA en el futuro«.

Para los más matemáticos el Profesor Walter R. Mebane, Jr., del Departamento de Ciencias Políticas y del Departamento de Estadística del Centro de Estudios Políticos de la Universidad de Michigan, presentó su «Evidencia contra los votos fraudulentos decisivos en las elecciones de Bolivia 2019«, que llega a conclusiones similares. (También en inglés)

Las protestas contra el golpe de derecha continúan en Bolivia y Evo Morales ha llamado desde México, donde se le ha ofrecido asilo, para que se ponga fin a la violencia y se restablezca la calma. Pero la gente ya ha probado los cambios que pueden mejorar la vida y no es probable que acepten la explotación, la discriminación y la pobreza habituales que sufrieron en su larga historia de opresión sin un renovado activismo.

Traducción Pressenza Londres