Sobre acuerdo hecho en Chile entre algunos partidos: No queremos cocinas; Asamblea constituyente, ciudadana y sin trampas.

El acuerdo de anoche no es un acuerdo del Pueblo de Chile, nuevamente los partidos políticos quieren apropiarse de la representatividad que no poseen. Es una puesta en escena de alto presupuesto y muy baja calidad en su guión, con los responsables del modelo de despojo como protagonistas, vistiendo el disfraz de buenos. Lo mencionamos persistentemente, se buscará el cierre por arriba y la factura por abajo (luego de esto se viene la persecución política y la criminalización al movimiento social, las querellas, la ley de seguridad interior del Estado, etc). No tenemos nada que celebrar y el llamado es a movilizarse con aún más ahínco. Con respecto a esto, hacemos las siguientes precisiones:

1. Todo lo cedido por la derecha y el apuro por sacar acuerdos, responde a querer frenar la protesta social. Cuando hablamos de protesta social, no nos referimos sólo a marchas pacíficas, sino que al amplio entendido de protesta social. A la derecha empresarial le preocupa el aumento del dólar, la variación de los indicadores macroeconómicos, el riesgo país, el IMACEC. Los sectores más lúcidos (de la derecha) vislumbraron que la protesta social venía en aumento y cada vez afinaba más sus dardos, la posibilidad de la vuelta a la normalidad se comenzaba a hacer lejana, frente a esto deciden un cambio de rumbo.

2. Se elabora un acuerdo a la medida de la derecha y de la casta política, en base a los siguientes elementos:
1. El plebiscito de entrada se aplaza a 5 meses más, para enfriar el estallido social y tener tiempos para campañas del terror.
2. Se quita el nombre de Asamblea Constituyente, intentando borrar la demanda que se claman en las calles, intentando burdamente confundir a los chilenos y chilenas al momento de enfrentarse a la papeleta. Utilizando la herramienta de la semántica y del vacío de contenido.
3. Para llegar a acuerdos se plantean supra mayorías, es decir, ⅔ equivalen a un 66,6% para que el acuerdo quede en el nuevo texto constitucional. Algunos sectores proponen como piso mínimo ⅗ 60% (Convergencia social, que se resta del acuerdo y Gabriel Boric firma a título personal en contra de las decisiones de su partido). Sumado a las supra mayorías, todo lo que sea disenso, desaparece de la nueva constitución y se le delega al nuevo parlamento (institución sin legitimidad), es decir, nuevamente se excluye al pueblo de Chile de decidir (las mayorías políticas que se expresan en las calles) y permite el veto de las minorías. Se replica el binominalismo de los años 90.
4. La elección de los constituyentes se realizará utilizando el sistema proporcional de D’hont, es decir, con el mismo sistema con el que se eligen los diputados en la actualidad y se mantendrá la distribución de los actuales distritos. En otras palabras, se replicará la composición del actual parlamento, en donde no existe mayorías simples. A la hora de la elección operarán las maquinarias electorales ya existentes, los parlamentarios ya electos podrán ser parte de la nueva constituyente y mover sus redes clientelares construidas hace menos de dos años. Este método proporcional de elecciones, promueve las listas y concentrar los esfuerzos en menos pactos para tener mayor probabilidad de elegibilidad, por lo tanto, excluye matemáticamente a la ciudadanía de hacerse parte del proceso constituyente. Se promueve la constituyente en las manos de los mismos.
5. La inhabilitación de un año de cargos de representación permitirá al parlamentario en actual ejercicio sumarse a la asamblea Constituyente, trabajar en ella, para luego poder postularse al nuevo ciclo parlamentario. Promoviendo la migración del parlamento a la Asamblea Constituyente y de ésta nuevamente al Parlamento.
6. La elección de los constituyentes se realizará en paralelo con las elecciones a municipales y de gobernación, lo que facilitará el cruce de apoyos y el montaje de la maquinaria electoral partidaria. Creemos que la elección de los miembros de la asamblea constituyente, no deben toparse con elecciones de representantes institucionales y que los diputados en ejercicio deben estar inhabilitados de postularse como redactores de la constitución nueva.
7. Los dos puntos anteriores (d.; e. y f.) eliminan de la papeleta la opción de una Asamblea Constituyente compuesta 100% por ciudadanos e incluso permite que la composición parlamentaria sea mayor al 50%, pudiendo llegar sin problemas a estar compuesta en un 100% de parlamentarios y/o militantes de partidos tradicionales. ALERTA DE FRAUDE.
8. La composición actual del parlamento deja en el centro político a Renovación Nacional (RN) [para los Quórum de ⅗ y ⅔ son los votos de RN los que definirán si se avanza o no en los consensos], quienes quiebran el rumbo represivo del gobierno y buscan una salida de diálogo e instalan la posibilidad de la constituyente (Desplazando a la DC del centro político y derechizando aun más el espacio parlamentario). Si este acuerdo sigue como está pasaremos de una constitución de la UDI y Jaime Guzmán a una constitución de RN y Mario Desbordes.

3. No se menciona nada acerca de los cabildos, ni de procesos de síntesis que provengan de la deliberación ciudadana, nuevamente se vacía de contenido a la democracia, se erradica la deliberación popular y se transfiere a la elección proporcional la elaboración del texto constitucional, en manos de unos pocos, a través de los métodos de la democracia representativa de la que el pueblo de Chile se cansó.

4. Todo lo anterior, empaña los elementos interesantes que se logran ganar con la presión que hemos ejercido en las calles, entre ellos:
1. Que exista un plebiscito de entrada para definir si se desea o no una nueva constitución. (la pregunta del mecanismo es falsa, ya que en todos los casos será mixta bajo estas condiciones, eso debe recalcarse)
2. Que la constitución se redacte desde hoja en blanco, pero dado los argumentos de quórum, permitirá dejar mucho en blanco y llevar nuevamente todo al parlamento. QUEREMOS QUE EL PUEBLO DECIDA.
5. Valoramos la actitud de los partidos que no se prestaron para este juego mediático.
6. Respetamos a todos nuestros compatriotas, compañeras, hermanos y hermanas, que han sido asesinados por militares y policías, que han perdido sus ojos, que han recibido balines, disparos de bombas lacrimógenas, en procedimientos fuera de todo protocolo por parte de las policías y militares, que amparados en la impunidad que les ha otorgado el estado de Chile, han violado sistemáticamente los DDHH. A esos compatriotas les decimos que nuestro compromiso está en los cambios de verdad, en una asamblea constituyente sin trampas. Por ellos, por nuestras familias y por todos los pueblos movilizados, seguiremos en las calles.
7. Frente a esto, los responsables de las violaciones a los derechos humanos, materiales y políticos, por ningún motivo pueden quedar impunes. Policías, militares, altos mandos del ejército Ministerio del Interior (Andrés Chadwick, Gonzalo Blumel y Rodrigo Ubilla), Ministerio de Defensa (Alberto Espina) y el Presidente de la República.
8. Este acuerdo, no nos parece legítimo ni válido, no expresa la voz del movimiento social y tampoco expresa la voz de las calles.
9. No hay ninguna garantía de que recuperaremos el Agua y los derechos sociales.
10. Temen a la protesta Social. Hemos soportado más de 40 años de abusos, los que tienen apuro por acuerdos son ellos, no nosotros. No queremos sus tiempos, queremos los tiempos del Pueblo movilizado, queremos la voz del pueblo movilizado, no una cocina amplia, no una salida pactada 2.0 y renovada.

Este acuerdo entre partidos no cierra nada, ya que no son los legítimos representantes del pueblo de Chile, ni expresan la voz de las mayorías políticas de Chile movilizadas. Abre un proceso y muestra el miedo de Chile Vamos y el empresariado a la protesta social. Todas y todos a las calles a exigir la Asamblea Constituyente sin trampas.