La aplicación de imanes en el campo de la salud reposa sobre un principio básico de la Física clásica, comprobado, el de la influencia del campo magnético sobre la materia viva. Se asientan sus bases en la Física del Magnetismo, la Biología y la Química orgánica.

El principio general por el cual afirmamos que la aplicación de imanes sobre el cuerpo tiene efectos reparadores de tejidos es la existencia de microcorrientes, favorecidas por la presencia de imanes estáticos. Los objetivos de tratamiento son: estructurar los fluidos orgánicos, favorecer la comunicación celular y obtener el equilibrio homeostático.

Los imanes permanentes tienen un campo magnético fijo. Las microcorrientes son generadas por el movimiento de los líquidos fisiológicos, conductores de la electricidad en el cuerpo, tales como la sangre, la linfa, los líquidos intra y extracelulares, por el principio de conductividad.

La creación de corrientes eléctricas por el movimiento de líquidos reposa sobre la hidro dinámica magnética: se trata de una fuerza que se aplica sobre un líquido con propiedades conductoras.

La existencia de un campo magnético, comprobado científicamente como un generador de corriente eléctrica, pone en movimiento los líquidos. La fuerza denominada de Laplace es un fenómeno estudiado previamente, por su aplicación al desplazamiento de los submarinos nucleares.

Se ha demostrado la acción hemodinámica por aplicación de imanes. Estimulan la circulación, irrigación y oxigenación sanguínea. Regulan las variaciones circulatorias, activan la cicatrización de las heridas y la consolidación de fracturas.

El cambio que se verifica en las funciones circulatorias está ligado a la bajada de la tensión superficial de la sangre, relacionada con el movimiento de los electrolitos (1) en los fluidos.

Los imanes ejercen un efecto antiespasmódico sobre los tejidos musculares lisos y estriados, tonifican las fibras elásticas, actúan sobre los tejidos necróticos y refuerzan el sistema inmunológico. Los imanes inducen localmente microcorrientes eléctricas, que reducen la excitabilidad de la fibra nerviosa transmisora de la información del dolor y tienen efecto miorrelajante.

Estimulan la actividad enzimática responsable de la construcción celular, aceleran los intercambios entre el interior y exterior de la célula, restablecen el potencial de membrana y frenan la proliferación tumoral.

El tratamiento se aborda por 3 ejes: aplicación local de imanes en la región afectada, equilibrio del potencial eléctrico celular y aplicación del agua ionizada por inducción magnética. Se trabaja con imanes, la musculatura profunda de las piernas para permitir el retorno sangre venosa al corazón.

Los electrolitos son soluciones iónicas (sales) que se encuentran en la naturaleza en la forma de minerales. Los electrolitos son los responsables de mantener el cuerpo correctamente hidratado para que los músculos y nervios puedan funcionar apropiadamente. Los electrolitos esenciales que se encuentran más comúnmente en el cuerpo humano son el sodio, el potasio, el bicarbonato, el cloruro, el calcio y los fosfatos.

Fuentes: – Manual de Consulta para Estudiantes de la Escuela Círculo Azul Camet – Biomagnética Campos Magnéticos, Graciela Pérez Martínez, Editorial Kier

Bibliografía: – Dr. Louis Donnet “Les aimants pour votre santé”, Ed. Dangles, 1985

– Ron Lawrence, M.D. “Magnet Therapy. The pain cure alternative”, 1987

– S. Khan, “Healing magnets”, Ed. The Rivers Press, N. York, 2000

– Wiley, “Physical principles of magnetism” Ed. Van Nostrand, 1966

Autor: Graciela Pérez Martínez. Creadora del Método y Directora de Circulo Azul Camet. Buenos Aires. Argentina