El gobierno de Mauricio Macri acaba de transitar, si no fue, su peor semana, seguramente estará dentro de las que querrá olvidar cuando repasen las memorias de gobierno. Cuando comenzaban a digerir el anuncio de la Unidad del PJ y al llamado de la CGT al Paro Nacional del 29 de mayo, vuelven a atragantarse con el anuncio del sábado. La fórmula Alberto Fernández presidente-Cristina Fernández vice, sin duda un broche de oro que dejará tecleando en el aire a los escribas del presidente por un par de días. O por lo menos, hasta que puedan reacomodar su estrategia.

Pero lo que ya comienza a quitarles el sueño es la novena derrota electoral consecutiva del partido de gobierno. La semana pasada fue el turno de Córdoba, donde Schiaretti retuvo la gobernación y le sacó al candidato de Cambiemos, Mario Negri, más de 35 puntos de diferencia. Y el último domingo, en la provincia de La Pampa, Sergio Ziliotto, candidato del Frente Justicialista Pampeano (FREJUPA), aplastó al candidato del gobierno, Daniel Kroneberger, por más de 20 puntos.

Y hasta en la ciudad de General Pico, donde estaba depositada toda la confianza del gobierno -ya que las encuestas indicaban que de allí podría salir el próximo referente provincial- fue derrotado el niño mimado de Marcos Peña, Martin Maquieyra, por la actual ministra de Desarrollo Social de la provincia Fernanda Alonso, por un mismo margen.

El golpe terminó de lacerar la herida cuando se supo el resultado de la ciudad de Santa Rosa, capital provincial. Y es que luego de tanto demonizar a la agrupación La Cámpora (que lidera el hijo de la ex presidenta), ahora un militante de esa agrupación, Luciano Di Napoli le arrebató la intendencia al radical de Cambiemos, Leandro Altolaguirre, también con un margen de veinte puntos.

La (e)lección pampeana: el camino de la unidad

Ahora bien. Se abre un nuevo escenario político, que sin duda reconfigurará la estrategia de Cambiemos de cara a octubre. Ya la figura de CFK ha salido de la escena o por lo menos sabiamente se ha corrido de la centralidad electoral, ya que su imagen será utilizada a partir del martes para embarrar la cancha de la campaña.

Sin embargo, el gobierno no lee lo que hace nueve elecciones viene señalando el electorado. Y es que siete de cada diez argentinos están indicando que el gobierno abandone el rumbo emprendido. Su propia base social parece decir que “ya nos dimos cuenta” y la estafa electoral del 2015 ya se la comenzaron a cobrar.

Hoy comenzamos la semana con una esperanza renovada. De la candidatura de Alberto y Cristina, se suma esta nueva victoria popular. Victoria que nos deja una línea clara hacia donde debe confluir el campo nacional. Ya que el FREJUPA fue el frente que logró sumar expresiones políticas diversas. En ella confluyeron desde Nuevo Encuentro, al Partido Humanista, al Partido Comunista, Patria Grande y hasta el Frente Renovador, cuya figura nacional es Sergio Massa.

Éste último ha comenzado a tomar cuenta de lo acontecido este fin de semana, tanto con la dupla Alberto-Cristina, como el reconocimiento al triunfo del FREJUPA en La Pampa. Tal es así que ha convocado a un congreso del Frente Renovador para analizar qué estrategia le encaja mejor, sin que le resulte oportuno al gobierno. Massa señaló en una entrevista televisiva del domingo por la tarde: “No podemos ser funcionales a que la división y las mezquindades de la oposición permitan que Macri siga en el gobierno”.

Queda entonces por delante, para aquellos que hoy se ponen a la cabeza de la articulación política de la oposición, tomar nota de la lección que deja las elecciones de La Pampa. El camino de la unidad hoy interpela a la dirigencia. Cualquiera que por motivo sea empioje ese camino, quedará ante la historia como aquellos jugaron el lamentable papel de bufón del campo antinacional. A que a los tibios los vomita Dios.