Un informe publicado por el Science Daily afirma que «los paneles solares y las turbinas eólicas, junto con el almacenamiento de energía, ofrecen una mejor esperanza para hacer frente al cambio climático que tratar de capturar el carbono de las centrales eléctricas de combustibles fósiles, según una nueva investigación. Una nueva investigación muestra que los recursos que se utilizarían en desarrollar e implementar tecnologías de captura de carbono serían mejor invertidos en la creación de más paneles solares y turbinas eólicas y enfocarse en el desarrollo de opciones de almacenamiento de energía para mantenerlas».

Un equipo internacional de investigadores de la Universidad de Lancaster, la Universidad de Khalifa, la Universidad de Clemson, la Universidad del Ártico y la Universidad de Florencia publicaron sus descubrimientos, que muestran que la inversión en formas de energía renovable como la solar y la eólica sería mejor para hacer frente al cambio climático que la tecnología de captura de carbono, aún subdesarrollada.

El estudio «calculó la producción de energía después de tener en cuenta la energía necesaria para crear y operar el sistema, para las tecnologías de captura de carbono a través de una serie de centrales de combustibles fósiles – incluyendo el carbón y el gas natural.

«Compararon estos resultados con el rendimiento energético de la energía invertida en sistemas de energía renovable, como los parques eólicos y los paneles solares, combinados con varios tipos de sistemas de almacenamiento de energía, como las baterías, el hidrógeno o la energía hidroeléctrica bombeada, y descubrieron que los peores casos de energías renovables, con almacenamiento, se comparan favorablemente con los mejores ejemplos de captura de carbono».

Ha habido una carrera en la industria de los combustibles fósiles para tratar de justificar su uso continuo en lugar de pasar a las energías renovables, intentando desarrollar tecnologías que reduzcan sus efectos sobre el cambio climático, siendo la captura de carbono una de ellas, pero ha habido otras propuestas, a veces siniestras, como la geoingeniería, que consiste en inyectar dióxido de azufre u otras partículas de aerosol para reducir el calor del sol. No sólo pierden un tiempo precioso en la necesidad ahora urgente de abordar el cambio climático invirtiendo en energías renovables probadas y cada vez más baratas, y también eliminan el principio de precaución, ya que un error de cálculo podría conducir a otra era glaciar, sino que también ignoran por completo el hecho de que el calentamiento de la tierra no es la única consecuencia de quemar carbón, gas y petróleo.

Salud

La OMS advierte que «hay 4,2 millones de muertes al año como resultado de la exposición a la contaminación del aire del ambiente (exterior), 3,8 millones de muertes al año como resultado de la exposición de los hogares al humo de cocinas y combustibles sucios y el 91% de la población mundial vive en lugares donde la calidad del aire supera los límites de las directrices de la OMS».

«La contaminación del aire ambiente en todo el mundo representa:

  • 29% de todas las muertes y enfermedades por cáncer de pulmón
  • 17% de todas las muertes y enfermedades por infecciones agudas de las vías respiratorias inferiores
  • 24% de todas las muertes por derrame cerebral
  • 25% de todas las muertes y enfermedades por cardiopatías isquémicas
  • 43% de todas las muertes y enfermedades por enfermedad pulmonar obstructiva crónica

Los contaminantes con mayor evidencia de preocupación para la salud pública incluyen las partículas (PM), el ozono (O3), el dióxido de nitrógeno (NO2) y el dióxido de azufre (SO2)».

Destaca la alta capacidad de penetración de pequeñas partículas en los pulmones y en el torrente sanguíneo, con especial preocupación por los niños (vea otro informe del Science Daily) y por las mujeres embarazadas. Ninguna cantidad de captura de carbono podría eliminar completamente estos riesgos.

Los poderosos grupos de presión de los combustibles fósiles, incluidos los en el gobierno, como Donald Trump, han estado argumentando que las energías renovables son caras y no pueden cubrir todas las necesidades energéticas de la humanidad. Lo primero ya no es cierto y lo segundo depende de la voluntad política de invertir e investigar, movilizada por poblaciones bien informadas y activas.

El Sistema

Las nuevas generaciones están vinculando con precisión el cambio climático a los problemas de salud, y también al orden socioeconómico de la alta desigualdad, no sólo en las condiciones de vida, sino también en la expectativa de vida, la deshonesta concentración de la riqueza y la huella de carbono diferencial en la que los pobres sufren las consecuencias de la contaminación de los ricos.

Propuestas como el Green New Deal reflejan la necesidad de cambio en todas estas áreas y están siendo consideradas por otros políticos progresistas (el líder laborista Jeremy Corbyn se reunió con Alexandria Ocasio-Cortez para tal propósito). Las furiosas difamaciones dirigidas a la gente y las ideas deberían hacernos conscientes de que tales cambios son realmente posibles.


Traducido del inglés por Estefany Zaldumbide