Entrevista al licenciado en criminalística Enrique Prueger

Neuquén, Puel Mapu. La naturaleza les puede jugar una mala pasada a Patricia Bullrich y al Ministerio de Seguridad Nacional. El licenciado en criminalística Enrique Prueger reconoce, en una detallada entrevista, la falsedad pericial expresada en varios puntos de la investigación realizada dentro de la causa de Rafael Nahuel y la autopsia de Santiago Maldonado. Además el licenciado explica como, maliciosamente, la policía logró producirle la herida en el rostro a Emilio Jones; una herida que recorrió los medios de todos el país, pero que, por una razón u otra, nunca se definió cómo es que un arma (escopeta) que generalmente ocasiona múltiples heridas en quien recibe el impacto, esta vez, sobre un rostro mapuche, sólo afecto un punto en concreto del cuerpo.

Introducción

Con Enrique Prueger ya nos habíamos reunido en 2018 para hablar sobre el femicidio de Mariana Mercado. Recuerdo que en ese encuentro conversamos sobre el asesinato de Jonathan Aguilera (en el que él también participó como perito de la querella) y le comenté que me gustaría hacerle una entrevista sobre su labor en la causa de la masacre de la bomba, sobre el fusilamiento de una comunidad wichi (1947) por soldados enviados por el General Perón. Esa entrevista aún sigue pendiente. En esta ocasión nos reunimos específicamente para hablar del caso de Rafael Nahuel.

En los medios de comunicación locales y nacionales ya se había dado la noticia de que los cinco albatros comprometidos en la causa habían sido procesados bajo la carátula de “Homicidio agravado cometido con exceso en legítima defensa”, una sentencia que puede ser excarcelable. Esta resolución fue dictada por el juez Leónidas Moldes en un contexto social en donde del otro lado de la cordillera (Chile) integrantes de las fuerza carabinera acababa de asesinar por la espalda a Camilo Catrillanca. Un asesinato que, como el Santiago Maldonado, fue filmado. El proceso represivo contra el pueblo mapuche en todo el wallmapu (territorio mapuche) sin dudas es uno de los más significativos de la historia, no porque en otra época haya sido más leve o en algún momento el proceso genocida que ejecutan los Estados nacionales en contra del pueblo mapuche haya cesado, sino más bien, porque por un lado –a diferencia de otros momentos históricos– los asesinatos son transmitidos prácticamente en vivo y, por otro lado –contradictoriamente a este hecho– es el mismo aparato mediático-judicial el que se activa para desmentir y/o tergiversar esas pruebas evidentes e irrebatibles. Es en este sentido, para no ser menos, que Patricia Bullrich y el Ministerio Nacional de Seguridad (argentino) han demostrado tener una capacidad particular para leer, interpretar y comunicar la realidad (y la naturaleza) que los compromete.

Kiñe |Uno

Caso Rafael Nahuel: los nidos de los pájaros carpinteros (pitigüe o krüpütriu en mapudungun)

Cuando llegué al instituto de Enrique Prueger en Neuquén, mis intenciones estaban enfocadas en hablar sólo del caso de Rafael Nahuel, sin embargo nuestra charla se extendió hacia otras causas cercanas de relevante importancia. “Yo trabaje en los tres casos”, me respondió Prueger mientras yo acomodaba mi cámara en el trípode. “¿En qué causas?”, le pregunté. En las causas de Rafael Nahuel, Santiago Maldonado y Emilio Jones. “Bien”, dije yo. “Empecemos por Rafael”. Prueger estaba sentado delante de una computadora, entraba y salía de una serie de carpetas amarillas, hasta que encontró la indicada: “caso Nahuel”, pude leer en el monitor, antes de que se abriera la carpeta y se desplegaran decenas de imágenes. Prueger iba pasando de una en una, antes de detenerse concretamente en las municiones esparcidas en la tierra mojada, los agujeros en los troncos de los árboles podridos y las figuras verdosas de los mapas graficados con un GPS, que mostraban el lugar exacto donde fue asesinado Rafael Nahuel.

“En los primeros 400 metros de búsqueda no había nada. Nosotros llevamos un equipo de fijación. Nos pedían que esa fijación fuera con cinta métrica. Era imposible hacer una fijación con cinta métrica”, comenzó explicando Enrique. “Había más personal que peritos”. En las imágenes se puede apreciar cómo el personal policial y los peritos caminan entre los árboles de un sendero empinado. Enrique Prueger es el que tenía en sus manos el detector de metales. “La diferencia entre el que teníamos nosotros y el que tenía la policía, es que el nuestro hacía ruido cuando detectaba algo, el de ellos no. El policía tenía un audífono, por lo tanto escuchaba sólo el cuando encontraba algo. El nuestro era como una radio: todo el mundo se enteraba que habíamos encontrado algo”.

Luego de los 400 metros pude ver en las fotografías que me mostró Prueger una carpa azul, una serie de cartuchos verdes de escopeta calibre 12/70, las municiones verdes del interior de los cartuchos y una antena elevada casi en la cima de una montaña. Es después de la antena donde comienzan a aparecer las vainas de metal y los nidos de los pájaros carpinteros dentro de los árboles. En la imagen que me muestra el licenciado en criminalística se pueden ver con detalle y exactitud los agujeros en los troncos de los árboles semi secos y podridos; los agujeros son amplios, y se puede percibir que son nidos, como así también se puede denotar que la madera del tronco no es dura, sino más bien madera húmeda y podrida, fácil de roer, donde los pájaros carpinteros anidan, por lo que uno puede inferir también que en el caso de que un proyectil (de plástico o de acero) haya impactado con esos troncos podridos, sin duda, el daño habría sido mayor. Por otra parte, Prueger me enseña y me señala una lanza ceremonial que una perito de la policía se encargó de periciar. Era la única lanza, y a simple vista se denotaba que no estaba construida para herir a alguien, sin embargo la Vicepresidente de la Nación Gabriela Michetti se refirió a esta lanza ceremonial en plural y como un arma(s) letal que puso en riesgo la vida de los albatros. No será sorpresa que al iniciarse el juicio contra los cinco integrantes de la Prefectura Naval, la defensa intente sostener la teoría del enfrentamiento argumentando que los nidos de los pájaros carpinteros no son nidos, sino más bien las huellas de la ofensiva mapuche, y que el elemento ceremonial sagrado en realidad era un arma de guerra letal. En definitiva, el discurso de la defensa así como el del Ministerio de Seguridad Nacional representa y representará (dentro del proceso judicial) una metáfora precisa y concreta del mensaje que se intenta imponer: “en el sur del país existe un grupo terrorista que coloca en peligro a la ciudadanía”. Pero inclusive, dentro de las obras de ficción, es necesario guionar y argumentar con un determinado grado de verosimilitud. Enrique Prueger es sintético y concreto al respecto:

“No encontramos ningún elemento que nos indique a nosotros que había una resistencia equivalente. ¿De qué estamos hablando? De un tipo de armas que pudiera tener la comunidad mapuche. Pero no existía nada. Inclusive no encontramos vainas a simple vista. El 99 % de las vainas tuvimos que encontrarlas con tecnología. ¡A simple vista no se veían! La famosa artillería pesada de la supuesta RAM eran pájaros carpinteros picoteando los árboles.”

Epu | Dos

Caso Maldonado: los signos de arrastre

“En el caso de Maldonado hicimos una crítica de todos los horrores que hicieron en la autopsia”, me adelanta Prueger mientras busca una nueva carpeta en su computadora. El primer señalamiento y corrección que me menciona es sobre la crioconservación: “se habla de crioconservación, pero eso es mentira porque la crioconservación se da a -80° C, hasta -160 °C”. Luego el licenciado Prueger me indica la ausencia de signos de arrastre en las prendas que tenía Santiago Maldonado el día que fue hallado:

“Dicen que las prendas no tienen signos de arrastre. ¡Si te estás ahogando, das manotazos para todos lados! ¿Cómo no hay señas de arrastre? ¡Estaba lleno de ramas! ¿Cómo no tenía nada? Ellos mismos dicen: ‘¡no tenia nada!’ Se estaba ahogando en un lugar lleno de ramas. Yo los ahogados, por los menos los que he visto, se desesperan, vos ves como las prendas son arrancadas. ¿Qué importa que una remera se rompa o no cuando te estás ahogando? Sin embargo, las prendas están todas intactas”.

En segundo lugar, Prueger me da otro dato que por supuesto tendrá que ser tenido en cuenta dentro del proceso judicial: “la adipocira¹ incipiente comienza a las tres semanas y cubre todo el cuerpo recién a los seis meses; es decir, en ese momento es cuando todo el cuerpo queda y parece jabonoso”.

Por último, el licenciado Enrique Prueger menciona la regularidad y la manipulación del informe oficial, dado que las pruebas aportadas no sólo no son verificables, sino que además demuestran una clara intención y direccionalidad.

“No existen los exámenes complementarios; existen los informes comprobatorios, verificatorios. Y en ellos hablan de exámenes complementarios; es decir, si les conviene lo ponen y si no, no. Ellos ya tenían una teoría, entonces buscaron algunos elementos para confirmar esa teorías, pero esos estudios no son complementarios, son verificatorios.”

Küla | Tres

Caso Santiago Maldonado: el polen, las diatomeas² y el frío de las rodillas que te puede matar

Sin duda el Ministerio de Seguridad de la Nación y la defensa judicial de los gendarmes y de los Albatros comprometidos con el asesinato de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, tendrán toda la naturaleza en su contra, y esta sentencia es literal ya que el licenciado Enrique Prueger encontró, dentro de la autopsia, tres hechos concretos (sumados a los signos de arrastre en la ropa y la piel ya mencionados) que arroja por la borda la teoría de que Maldonado se ahogó. Ya mucho se ha hablado de la poca profundidad del río Chubut (que volvemos a chequear junto al licenciado Enrique Prueger en las fotografías presentadas dentro del informe, cuando vemos a los buzos caminando con el agua hasta las rodillas), y la necesidad de contextualizar el marco represivo en el que murió Santiago. Prueger comienza advirtiéndome sobre las diferencias notables entre los índices de diatomeas presentes en el río Chubut y en el cuerpo de Santiago Maldonado:

“‘Concordancia taxonómica, cualitativa y cuantitativa, entre las diatomeas encontradas en el cuerpo y en el medio de sumersión’. Eso nos dicen los protocolos, y yo científico me tengo que allanar a lo que nos dicen los protocolos. En esto nos pusimos de acuerdo todos los expertos a nivel mundial, en que esto tiene que ser de esta manera (…) Sacás un litro de agua del río, contás las diatomeas de ese litro de agua y es la misma proporción de diatomeas que vos tenés en el interior del cuerpo de la víctima. ¡Todas las diatomeas que puedan haber estado en el organismo durante la vida deben ser identificadas y excluidas para el diagnóstico! Deben encontrarse especies similares de diatomeas en los pulmones y el resto de los órganos. En resumen, todo esto significa que lo que vos tenés afuera tiene que estar adentro”.

Enrique Prueger me explica detalladamente y a través de gráficos que fueron presentados dentro de un informe al juez Gustavo Villanueva, cómo es que el estudio del agua no concuerda con lo hallado y periciado en la autopsia del cuerpo de Santiago Maldonado.

“Encontramos en el agua 38, 39 y 42 (diatomeas) y en el cuerpo encontramos sólo 6 y 3 ¿y dónde está la otra cantidad? Mirá lo que dice el médico: la médula ósea en cuanto a la presencia de microalgas no coinciden con los del contenido de la cavidad cardíaca analizadas previamente. Esto no debe considerarse necesariamente como contradictorio ya que el deceso, si fue por sumersión, podría haber ocurrido antes que la sangre sea mezclada con las diatomeas”. ¿Qué es lo que está diciendo? ‘¿Ah, los protocolos que nos dicen? Las diatomeas tienen que llegar hasta la médula espinal o el cerebro.’ ¿No llegó? ¡No! ¡Se murió de frío! Pero pará: cuándo hacen el análisis de frío lo tiene hasta las rodillas. ¿Cómo el corazón se para si vos tenes el frío hasta las rodillas? ¿Coincide? ¡No! ¡No coincide! ¡Seguimos! Data de la muerte. Ellos nos dicen las variables promedios. Es falso lo que están diciendo, porque vos necesitas las tablas para analizar (qué son las tablas que utilizamos todos). Las tablas nos dicen: ¡estudiar las temperaturas promedios! Ellos utilizaron estas tablas en 396 casos. El 13 de junio de 2017 la temperatura era de 2.8° C, pero Santiago se murió recién el 1 de agosto. Cuando hacemos el gráfico (este gráfico es mío) tenemos el 1 de agosto, el día de la desaparición, y el día 78, día en el que es hallado el cuerpo. Vos tenes 4.1° C el 9 de agosto, 3.5° C el 20 de agosto y 11.23° C dos semanas después del hallazgo. El promedio nos da 6.27° C. ¿Y por qué ellos trabajaron con 3.2° C o 3.9° C? ¿Sabes por qué? Para que le de más de 60 días. Si hubieran trabajado con 6.27° C, en la tabla te da entre 16 y 23 días.”

Por último, Enrique Prueger aborda el informe presentado por la palinóloga en donde menciona el polen hallado en la ropa de Santiago Maldonado.

“¿Qué dice la palinóloga? ‘Es importante mencionar que bajo ningún punto de vista los granos de polen encontrados en las prendas periciadas puedan permanecer adheridas a las prendas, anteriormente citadas, sumergidas en el lugar del hecho descripta por un periodo de tiempo prolongado, teniendo en cuenta que la mínima velocidad que pueda tener la corriente de flujo en el lecho del río (sin mencionar si existieron crecidas por deshielo), la energía presente en el medio acuático y la cantidad de oxígeno removido en el lecho (lo que hace un medio aeróbico). Todas estas condiciones hacen que el polen se desprenda fácilmente de las ropas, sobretodo en materiales de nylon tipo impermeable como es el caso del pantalón, en el cual se detectó gran cantidad de polimorfos, lo que significa que el lapso no mayor de 20 a 30 días no estaríamos en la presencia de polen’. Significa que la palinóloga dice: ‘muchachos, como máximo, al cadáver lo tiraron en ese lugar hace 30 días. ¡No tiene 78 días en el agua! Y desde aquí se desprenden dos hipótesis: ¿cuál es el polen encontrado? Nombraron el Austrocedrus Chilensis, el famoso ciprés de la cordillera, es de nuestra zona, pero en la cuenca del río Chubut lo único que tenés son sauces, no está el famoso ciprés. ¿Por qué? Porque no nace en una cuenca cerca del Bolsón, sino que nace en el Maitén y en esas estribaciones no hay cipreses”.

Meli | Cuatro

Caso Emilio Jones: el agujero en el rostro y las municiones embolsadas

El rostro de Emilio con un agujero cerca del cuello ensangrentado recorrió el país y los pueblos de Abya Yala que se solidarizaron con la represión que se está ejerciendo sobre la Nación Mapuche en nombre de los intereses de un magnate extranjero (véase Luciano Benetton). “El disparo podría haber herido la aorta y Emilio podría haber muerto desangrado”, me indica Prueger mientras busca la carpeta de este caso. Lo primero que me muestra es el informe del médico interviniente: “según el informe médico legal de la Dra. Silvana P. Cardinalli, la lesión se ubica en la región submaxilar derecha, herida con pérdida de sustancia de aproximadamente 5 cm de diámetro”.

Existen dos hechos curiosos en esta herida particular y atípica que sufrió Emilio Jones, atípica porque la herida –según pudimos comprobar con Prueger– no es la que produce una bala calibre 9 mm, como tampoco se trata de las heridas múltiples que produce el cartucho de escopeta 12/70. Primero en el informe se lee: “se extrajo del fondo de la herida una sustancia tipo tela de genero grueso, plástico o goma, de superficie plana, de 3 cm de largo por 1 cm de ancho”. Luego en una segunda parte del informe se describe: “la magnitud de la lesión indica una gran concentración de energía en sólo punto, sin dispersión, suficiente para provocar la fractura del maxilar inferior”.

Hay determinadas prácticas represivas que son habituales dentro de la policía, pero esa habitualidad sólo se registra sobre determinados cuerpos. La magnitud y la gravedad de la herida que recibió Emilio nos indica que pudo ser letal. Los policías se deben cuidar al disparar y a quien disparar. Sin embargo, aquí se tomaron el permiso. El residuo de plástico encontrado dentro del rostro de Emilio era una bolsa; lo que colocaron dentro de la bolsa fueron las vainas de plástico, que luego fue introducido en un cartucho de escopeta. “Lo que ésto produce es que la proyección de las vainas no se abra, ni se disperse, sino que lesione en un sólo punto”, me indica indignado Enrique Prueger. Ésto demuestra la animosidad del accionar policial; animosidad que, por supuesto, también debería ser tenida en cuenta dentro de un proceso judicial, como en la lectura histórica del caso.

La respuesta del grupo de policías que intervino en la represión a la Pu Lof en Resistencia Cushamen fue que ellos nunca habían ingresado al territorio, y que por lo tanto  –si nunca habían ingresado al territorio– tampoco habían disparado una escopeta y lesionado gravemente a Emilio Jones. Sin embargo Enrique Prueger me demostró que en la misma filmación que presentó la policía, estaba el registro de ellos dentro del territorio.

“Nosotros comprobamos que sí entraron al terreno. Acá (Prueger me muestra una foto) vemos a un policía dentro del terreno. Se trata se una captura extraída del video que ellos mismos firmaron. ¡Hay violación de domicilio! Y además de eso encontramos el momento justo en el que hieren a Emilio. Emilio está acá (Prueger me muestra otra fotografía donde se ve una figura humana vestida, en la parte superior, con un atuendo verde), se agacha, se tapa para salir. Cuando seguimos buscando, nos encontramos con el policía detrás de la mata donde nosotros encontramos las vainas (un año después). Está el vídeo, el código del tiempo (00:04:27:11), la distancia: 14 metros de distancia (entre el policía y la víctima del disparo). Hay una fotografía del vídeo donde se ve a Emilio con un pullover verde corriendo hacia una zona del campo, mientras el policía está detrás de la mata. Y encontramos cuál de estos disparos –que para mi fue el segundo–, hirió a Emilio. ¿Por qué? Porque estaba preparado. Ves la meseta (Prueger me muestra tres registro de audios. Uno de ellos, el segundo, es claramente diferente al resto). El primero y el tercero no tienen casi meseta, el segundo sí, ese es el cartucho preparado.”

Kechu | Cinco

Los argumentos (comunicacionales) de la defensa: “!Fue un enfrentamiento!”, “¡Se ahogó solo!” y “¡Nosotros no estábamos!”

Enrique Prueger espera tranquilo ser llamado para presentar estas observaciones y apreciaciones dentro de los respectivos juicios. Si bien aún no hay fecha para ninguno de ellos, Facundo Jones Huala ya fue extraditado a Chile (y en la actualidad se encuentra llevando adelante una huelga de hambre), mientras que la mamá de Rafael Nahuel fue amenazada de muerte para que no siga haciendo marchas por su hijo. La realidad alterada y distorsionada que propone el Ministerio de Seguridad Nacional, sin duda, puede dejar precedentes jurídicos que se apliquen una y otra vez sobre nuevas comunidades y víctimas pertenecientes y/o solidarizadas con el Pueblo Nación Mapuche.

Existe un correlato contradictorio entre los hechos y el mensaje comunicacional que el Ministerio de Seguridad de la Nación intenta imponer sobre la ciudadanía; un correlato que se puede verificar dentro del burdo informe presentado por el mismo Ministerio en el armado judicial, que recayó sobre comunicadores sociales de Neuquén (véase Fermín Martínez y Nadia París), y la argumentación comunicacional-judicial que se utiliza para absolver a cada uno de los miembros de seguridad de la Nación (incluidos las capas superiores) por los atentados, agresiones y asesinatos cometidos dentro de territorio mapuche.

La defensa de los albatros, la gendarmería y los policías que hirieron a Emilio Jones difícilmente puedan probar que no hubo intencionalidad y alevosía para lastimar a éste último. Tampoco podrán probar que una lanza ceremonial y los nidos de los pájaros carpinteros puedan operar como válidos dentro de la “teoría del enfrentamiento”. Mucho menos podrán desmentir las pruebas descubiertas en la autopsia de Santiago Maldonado. Sin embargo, el discurso oficial que se ha ofrecido en estos tres casos pareciera ser más fehaciente, veraz y conteste que las mismísimas pruebas. Y esto es clave para entender que pase lo pase, las víctimas seguirán apareciendo misteriosa y trágicamente.

Para el Ministerio de Seguridad de la Nación el mensaje lo es todo, y si bien el destinatario es ambiguo (porque se intenta convencer al ciudadano argentino, pero fundamentalmente se intenta adaptar la construcción mediático-judicial a la Ley Antiterrorista), lo cierto es que los responsables de comunicar no contemplaron, en ningún momento, la naturaleza que rodea y acompaña a los hechos. ¡Se puede negar la presencia de los elementos naturales, pero eso no quiere decir que no existan! La naturaleza es sabia y habla; habla y no miente, es conteste. Los pájaros carpinteros, como el ciprés, no se dan ni anidan en cualquier lado. El agua de deshielo del río Chubut se mueve vertiginosa, aunque con un reducido caudal. Los instrumentos ceremoniales sagrados están construidos para ser parte de una ofrenda, pero no para dañar, ni perjudicar a terceros. Quizás un día, luego de interpretar con objetividad la naturaleza, Patricia Bullrich decida elegir mejor las locaciones para construir sus obras cinematográficas de ficción. Quizás un día, como en las películas clásicas de cowboys, a la Ministra de Seguridad de la Nación se le de por conseguir un yanacona (traidor) mapuche que le sirva de guía y asesor en sus proyectos represivos de despojo territorial inauditos, pero efectivos. En definitiva, su accionar deviene, desde la Campaña Expedicionaria al Desierto, en una práctica cultural bastante bien aceptada por el público, pero evidentemente torpe, incoherente y falaz frente a las leyes de la naturaleza.


¹ Grasa producida por la descomposición de cadáveres sumergidos en agua o sepultados en terreno húmedo.
² Algas silíceas que son inhaladas al mismo tiempo que el agua en las primeras fases del ahogamiento.