Bolivia ha reaccionado con indignación a declaraciones racistas sobre los indígenas de un diputado brasileño del partido del presidente Jair Bolsonaro.

Rodrigo Amorim, el diputado estatal más votado de Río de Janeiro, se refirió con desprecio a la aldea Maracaná, un edificio de la ciudad suroriental brasileña en el que viven 25 familias indígenas y que tachó de “basura urbana”.

“El espacio podría servir como estacionamiento, compras, área de ocio o equipamiento accesorio del propio estadio Maracaná. Como carioca, me causa indignación ver aquello de la manera que está hoy. A quien le gusten los indios, que se vaya a Bolivia, que, además de ser comunista, sigue presidida por un indio”, dijo Amorim al diario brasileño O Globo.

El expresidente boliviano Carlos Mesa fue una de las primeras figuras políticas de Bolivia en reaccionar. “Indignante declaración de diputado brasileño ofende a Bolivia y no expresa hermandad de nuestros pueblos. Diferencias ideológicas entre gobiernos no justifican tal afirmación. Lo indígena es parte esencial de nuestras identidades y nuestra fortaleza como nación”, ha tuiteado Mesa este sábado.

Por su parte, la ministra boliviana de Comunicación, Gisela López, ha dicho que el diputado brasileño “desprecia con ignorancia supina a nuestros antepasados, los verdaderos dueños de la Patria Grande, con palabras que demuestran ceguera y pobreza espiritual”.

El diputado oficialista boliviano Pedro Montes ha exigido a su vez un pronunciamiento urgente de la Cancillería y de la Asamblea Legislativa de Bolivia por tales “declaraciones indignantes”.

El exabrupto de Amorim ha sido criticado también en Brasil. El diputado estatal de Río Flávio Serafini ha criticado la idea de “limpiar” el lugar y ha advertido de que su objetivo es “hacer que la gente reviva un proceso de colonización y de exterminio del pueblo indígena”. “Es lamentable que, en los días de hoy, estemos reviviendo discursos que busquen exterminar la cultura indígena”, ha dicho Serafini, citado también por O Globo.

Las declaraciones en cuestión recuerdan a otras polémicas de Jair Bolsonario sobre los negros y los indígenas. El nuevo jefe de Estado, conocido como “el Donald Trump de Brasil”, ha sido acusado de misógino, racista y xenófobo.

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