Por Federico Paterno | ANCAP

El próximo 27 de Julio se llevará adelante en Porto Alegre, Brasil, el 2° Foro de La Poderosa, donde confluirán asambleas barriales de diferentes provincias de nuestro país nucleadas en la organización y de barrios populares de la región, junto a referentes de Derechos Humanos, de género, organizaciones sociales y políticas y comunicadores populares de Argentina, Brasil y Uruguay, durante las tres jornadas que durará el Foro. Esta organización social y política viene de una primera experiencia el año pasado, con un Foro Latinoamericano en Cuba. Nacho Levy es referente de La Poderosa, y recibió a ANCAP en la oficina que tiene la organización dentro del Bauen, hotel que está bajo control cooperativo de sus trabajadores y trabajadoras. Una charla que navegó por lo que será este Foro de Porto Alegre, la visita de La Poderosa en Ginebra, en la ONU en octubre pasado, el control popular de las fuerzas de seguridad, el rol de periodismo hoy, la criminalización de los jóvenes en las barriadas, la lucha de las mujeres en las organizaciones sociales, la visita de La Poderosa en el Parlamento europeo español, entre otros temas conversados.

En el mismo piso en que La Poderosa tiene su lugar de reunión y trabajo, se encuentra la redacción de Revista Cítrica, otro medio popular, cooperativo y autogestivo que empuja y con mucha fuerza por una comunicación que interpela a los medios hegemónicos.

Nacho Levy, es referente de La Poderosa, que tiene ese grito de comunicación popular tan fuerte como es La Garganta Poderosa. Esta organización lleva 14 años de vida y una revista de cultura villera que tiene en sus redes sociales más de 545 mil seguidores. Les dejamos la primer parte de la entrevista a Levy. Optamos por no acortar el material, es por eso que esta nota será en dos entregas. No solemos hacerlo, pero no hay desperdicio alguno para entrar a bucear en este universo poderoso.

–¿Cómo es el inicio de La Poderosa?

–La Poderosa empieza mucho antes que nosotras y nosotros mismos. La Poderosa recorre una partecita de un  camino que nos precede inmensamente, de hecho desde su nombre la poderosa era una moto donde el Che Guevara y Alberto Granados recorrieron muchas de las barriadas y de las problemáticas que nosotros atravesamos, descubriendo y visibilizando una idea, un sueño. Nos parece siempre importante contextualizar el marco histórico. Si nosotros dijéramos que si hoy existe una revista de cultura villera sin pauta oficial ni publicidad comercial porque se le ocurrió a alguno de nosotros, porque tuvimos el asesoramiento de algún iluminado o porque nuestra orga es re piola, además de vanidosos seríamos unos caradura, porque a Rodolfo Walsh le costó la vida pensando un semanario villero, y ni qué hablar a la cantidad de vecinos y vecinas de nuestros barrios que se los llevaron sin que siquiera nos podamos enterar, que hicieron poesía, foto, comedores, escuelas, toda esa realidad invisibilizada de los barrios.

Un poco surgimos de eso y de tres grandes desencantos: uno más general, político y coyuntural, al albor de las asambleas del 2001, la necesidad de recuperar esos sueños que habían sido secuestrados, torturados, vendidos, expropiados, privatizados, un desencanto general de la sociedad en ese piquete y cacerola la lucha es una sola, antes de que se devolvieran algunos ahorros y después se volviera a decir piqueteros de mierda y llamarlos choriplaneros. Después, desencantos más particulares de vecinos y vecinas del barrio de Zabaleta donde nació todo esto, que venían un poco hastiados de las prácticas repetidas en los territorios de distintas corrientes y tradiciones, pero siempre tomando al barrio y los derechos del barrio como una variable de ajuste del debate político y no de las acciones o las políticas públicas de fondo. Ese desencanto había que representarlo y dar una dinámica al barrio de resistencia propia. Y un tercer desencanto que radicaba profundamente en las entrañas de las compañeras y los compañeros que venían de apuntalar ese proceso desde otras experiencias políticas, desde afuera de las villas, compañeros con una disconformidad generacional respecto de algunas de la propuestas de participación para los jóvenes en esa época, centros de estudiantes donde el principal enemigo para un peronista era un trosko, o con quien tenga mayor orientación de izquierda el principal enemigo sea un peronista. Ahí también llegaban algunos huyendo donde se pueda generar una plataforma más heterogénea y que nos encontrara para recorrer los primeros nueve escalones aunque no nos pusiéramos de acuerdo en el diez, poder utilizar el deporte y el arte como herramientas para organizarnos en llevar adelante planes de alfabetización , poner en marcha trabajos cooperativos y una dinámica asamblearia que surgiera del territorio.

Todo eso empezó a florecer de una pelota de fútbol, de un potrero en Irirarte y Zabalerta, del comedor de Nely que venía funcionando hace muchos años, y cuando nos quisimos dar cuenta ya estábamos organizados en un espacio de construcción colectiva totalmente heterogéneo en lo religioso, partidario, etario, cultural, en lo nacional. Lo de la patria grande para nosotros no es una cuestión filosófica o abstracta. Con el devenir del tiempo hoy la llamamos la patria baja que es una idiosincrasia, una cultura aferrada a la dignidad y a la práctica solidaria.

Por un lado están los académicos que sostienen que la academia produce conocimiento mayoritariamente teórico y que los movimientos populares generamos conocimiento mayoritariamente práctico. En la práctica ellos siguen teniendo los recursos de las universidades públicas de los estados para las conferencias intergalácticas en cualquier lugar del mundo con sus iluminados. Y nosotros no nos podíamos encontrar los compañeros de Zabaleta, con los de la 1-11-14, porque no teníamos para cargar la Sube. A veces cuando vienen algunas experiencia de organización que llegan premeditadamente armadas fuera del barrio, se impone una dinámica a la que barrio no suscribe. «Tal día a tal hora hay una asamblea y hay que participar» y los compañeros que vienen de afuera se enojan, por ahí desconociendo que en esa casa el vecino laburó de lunes a sábado en una obra en Ezeiza, y el domingo es el único día que tiene para estar con su familia.

Foto ANCAP

Planteado como crecimiento o expansión, el número de asambleas que hoy conforma la Poderosa o la visibilidad hacia el afuera podemos caer en la trampa de que esto es un camino incipiente y en realidad lejos de ser una expansión lo que hay es un desmantelamiento de la identidad común que históricamente tuvimos. En vez de preguntar cómo hicimos nosotros para unirnos, nos preguntamos cómo hicieron ellos para separarnos, para que creyéramos que esas fronteras eran barreras. Los barrios empezamos a entender que no nos salvamos solos. Para dar batalla en Capital a un gobierno que está hace tres gestiones sin construir una sola vivienda, necesitamos empezar a organizarnos y la experiencia de Zabaleta se fue replicando en Fátima, Soldati, Rodrigo Bueno, la 1-11-14, en Retiro y también en otras provincias.

También trascendió la frontera nacional y eso fue muy necesario que fuera así. Construir una plataforma que no disputa en lo político partidario en términos inmediatos, tiene muchas contras porque te impide dar algunas discusiones urgentes en los escenarios dónde se toman discusiones urgentes, pero también tiene posibilidades de no tener que enmarcarte en el corto plazo para una disputa electoral. Nunca demonizamos a aquellas expresiones del campo popular que se organizan para dar la discusión por los cargos en la política; en paralelo a esa pelea tiene que haber una por subir el piso de la participación, que pueda burlar la lógica de una democracia participativa y liberal que claramente está en crisis.  En esa idea de vincularnos desde la base, radica nuestra principal esperanza y su principal miedo.

–¿A quién se le ocurre hacer La Garganta?

A Rodolfo Walsh, a 30 mil detenidos desaparecidos que aparecen acá en el staff desde el número uno, a los colaboradores: Miguel Sanchez, Julio Cortázar, Roberto Santoro, Padre Mugica, Ernesto Guevara, Julio López, Luciano Arruga, Facundo Rivera Alegre, Mariano Ferreyra, Hugo Chávez, Juan Gelman, Fidel; 30 mil compañeros detenidos desparecidos y Kevin. Y en cada uno de ellos están las realidades que representan. No es un homenaje ni un tributo, es una realidad. No hay manera de pensar que nosotros creyéramos que valía la pena jugarnos el tiempo, si otros no se hubieran jugado la vida y si no nos hubieran demostrado que aun perdiéndola se podía ganar. Creo que creímos un poco en eso. Cuando hablamos de esas musas o musos inspiradoras nos gustaría poner ahí a tantos desaparecidos y desaparecidas de nuestros barrios.

Para las barriadas estamos tratando de dar cuenta de un silenciamiento histórico que nadie puede explicar. Que no me puedas nombrar un periodista villero en 200 años de historia, o es una crisis vocacional muy curiosa o es otra cosa. Todavía hay una parte que debe revisarse de ese negacionismo de los 70. Si vas a buscar ahora información de la dictadura y las villas, vas a encontrar muy poco y lo que van a encontrar tiene que ver con la tarea de aquellos universitarios que iban a  las villas a hacer trabajo social, pero encontramos muy poca información de los y las militantes de los propios barrios. Nos gusta decir que cuando restan a los 30 mil, nosotros los dejamos restar, pero después vengan a sumar a los barrios porque en el pasillo de mi casa vive Olga, la mamá de Ayelen, que escribe en La Garganta, a quien no solo le robaron una beba sino que además la internaron en el Moyano, para que sus denuncias no fueran contempladas por ninguno de los organismos que la registraban. Hay toda una historia que falta contar de la historia de los barrios y esa historia es la que nos fue empujando un poco desde las asambleas a la necesidad de poder materializar ese grito.

Los mencionamos siempre a Rodolfo Walsh y al Padre Múgica como síntesis de esas batallas y también a los periodistas mercenarios de los canales parapoliciales que nos terminaron convenciendo de que ya era hora, de que no podíamos seguir esperando las migajas de los mismos que nos venían demonizando. En el 2009 América TV presentó un informe que se llamaba “Zabaleta un desafío a la muerte” y detonó la principal movilización de los últimos 20 años en el barrio. Estuvieron los curas villeros, las organizaciones sociales, caravanas de vecinos y vecinas que fuimos a las puertas de América TV. Cortamos todo Fitz Roy. Al día siguiente eso no salió en ningún lado. Entendimos que necesitábamos generar un canal propio, que muchas veces cuando la agenda del territorio se arma desde el territorio, las urgencias se comen las diez primeras páginas. Entendimos a partir de esos informes tan estigmatizantes, que la comunicación era una necesidad de primera instancia, era la revolución que nos estaba sucediendo, la que efectivamente podíamos materializar y sobre todo si creíamos como habíamos creído hasta ese momento, en las posibilidades nuestras, en nosotros mismos, en las propias asambleas. Nosotros íbamos a hacer lo que estuviéramos diciendo y sin pensar en mandatos ajenos a la dinámica del barrio.

Había que hacer un medio de comunicación gráfico. Nos decían que nadie leía ya el papel. Ese discurso se mantiene cuando hay un micrófono adelante. En Juella, donde está La Poderosa en Jujuy, a 5 minutos de Tilcara, ese discurso suena un poco a extraterrestre porque no hay tendido eléctrico y es muy difícil que la comunicación sea por computadora cuando no tenés electricidad. Para nosotros era muy importante que podamos poner una revista de papel en la ranchada. Anda circulando por estos días un cuento que escribió el Pity en el 2012, para los pibes que consumían pasta base. Me acuerdo de mis compañeros del barrio que llevaban la revista a la ranchada, para que la lean los pibes que estaban ahí.

Taller de comunicación a cargo de los editores de la revista La Garganta Poderosa en Humahuaca, octubre 2014. Foto Ministerio de Cultura de la Nación

El papel para nosotros era palpable, era un logro que podíamos conseguir, que podíamos ver y que podíamos usar. Cuanto más nos decían que no se podía, más ganas nos daban que fuera de papel y además que no fuera de papel higiénico. Preferimos que fueran 20 hojas en papel ilustración que 80 en papel obra, porque sabíamos que la querían para limpiarse el orto y nosotros estábamos dispuestos a hacer algo que tenía la impronta o la fuerza que tenía nuestra necesidad de salir a gritar. Así que nos organizamos en octubre, noviembre y diciembre del 2010, para que cada asamblea eligiera sus comunicadores, sus fotógrafos, sus ilustradores. Eso no se digitó desde una centralidad, de las aptitudes que determinara en referente comunicacional, sino que cada asamblea determinó cuántos y quiénes iban a recorrer un proceso de formación de meses en cada barrio. Por ejemplo en Zavaleta había dos comunicadores y dos fotógrafos y había que poderles pagar una beca.

Nos preguntábamos en ese momento por qué no se leía el diario adentro del barrio. «Y… la gente no tiene plata ni para el diario».  Y es mentira, porque los sábados vas a hablar con tu familia en Paraguay, Salta o tu provincia y te conectás. No te metes a la página del diario. ¿Por qué no te metes a la página del diario? Y ahí surgieron un montón de cosas, como un estudio de mercado hacia dentro de nosotros mismos. Y empezamos a entender un montón de cosas, entendimos que el diario tiene un lenguaje que no era el nuestro y no solo un lenguaje en el “cómo” sino en el “qué”. Tenía mucha más información de un programa para acceder a un crédito para sacar un auto o hipotecario, que un programa social que te correspondía por la situación de vulnerabilidad en la que estabas. Como uno no estaba dentro de los que podían comprar el diario, esa información no estaba en el diario, entonces había que hacer algo con la impronta y la necesidad que brotaba de ahí y había que financiarlo, y no estábamos dispuestos a bajarnos los pantalones ante ninguna de las multinacionales que en teoría queríamos denunciar en su momento, ni tampoco ninguna mesa chica que estaba extirpada de lo que nosotros considerábamos la Meca de nuestro asunto.

Con esas condiciones, se hacía difícil encontrar financiamiento. El financiamiento lo teníamos que generar nosotros si mínimamente queríamos que se leyera de una manera genuina, legítima, en un momento de mucha polarización mediática; salir a instalar la agenda del territorio desde la propia barriada, desde las propias gargantas vecinales. Y en esos días de discusión de cómo financiar el proyecto, llegaban propuestas como bingo, torneo de truco, torneo de fútbol, una poyada, un roperito. Está bien, nosotros hacemos un bingo en la manzana 4 de Zavaleta, pero el problema es que el barrio no tiene un problema de distribución de la riqueza: el barrio no tiene riqueza, entonces lo que necesitamos es que la plata entre al barrio. Lo que hicimos esos tres meses fue concentrar la plata que el barrio podía reunir mediante esas prácticas de financiamiento comunitario. Con esa plata que recaudábamos que la podíamos usar para mejorar el barrio, la plaza, comprar unos caños, atendíamos una necesidad de primera urgencia que era tener comunicadores propios. Entonces le pagábamos una beca de $ 500 a cada uno de los comunicadores. Eran dos redactores y dos fotógrafos, teníamos que juntar $ 2000 por mes para bancar eso. Y esos compañeros, los de todos los barrios, integraban una nueva cooperativa de comunicación, además de funcionar como delegados de sus asambleas, lo que era el brazo literario de nuestro movimiento, nuestro espacio.

Octubre, noviembre y diciembre se sostuvo esa beca y decidimos que la revista saliera el primero de enero que era el aniversario de la revolución cubana y porque no trabajaba papel prensa. Hicimos una fiesta de “Lanza-nomiento” en el barrio, en Zavaleta donde es la redacción, y una vaquita para mandar a imprimir la revista. Entre todas las asambleas juntamos $6000, que nos alcanzaron para imprimir 3000 revistas. 1000 se distribuyeron de manera gratuita dentro del barrio y 2000 se vendieron a un costo promedio de $10 para que se vendiera fuera del barrio, de modo que se recaudaron $20.000. Con ese dinero se pudieron pagar los $500 que cobraban todos los comunicadores y los 3000 ejemplares de febrero. Entonces las asambleas ya no tenían la necesidad de recaudar $2000 para pagarles a los redactores y fotógrafos. En ese momento se hace el click más importante y una de las asambleas decide seguir juntando los $ 2000 para el siguiente mes. Se juntaron $2000, y de la tirada que ustedes hagan (los becados) pagarse las becas de ustedes y pagar la revista, yo te voy a pedir que se impriman 1000 revistas más para que se impriman al costo. Esas 1000 revistas yo las vendo a una cooperativa de comunicación a $10 afuera del barrio, entonces con los $2000 que puse recaudo $10.000; con los $10.000 le pago a la cooperativa de distribución, e imprimen la revista del mes que viene y por ese carril el Indio Solari tiró 50.000 ejemplares.

Foto ANCAP

–Como comunicador popular ¿cómo analizas el periodismo? ¿Los medios alternativos? ¿Cómo ves la agenda que quiere imponer el gobierno mediante la caja boba?

–Yo no quiero que discutamos más si somos alternativos, porque creo que en general cuando terminamos discutiéndonos a nosotros mismos es porque la agenda la armaron ellos. ¿Por qué mejor no discutimos por qué les seguimos diciendo medios a esas empresas? ¿Medios de qué? Es su fin, hacen plata, son una empresa. Eso no es un medio, medio es lo que hacemos nosotros, medios de comunicación, que es un servicio, un derecho, es lo que hacemos nosotros. Medios de comunicación son estos, los que discutimos como nos llamamos, las otras son empresas, que funcionan en esa lógica.

Nosotros, los medios de comunicación, cumplimos un rol social que también está ejercido desde nuestra propia subjetividad siempre, aún cuando las escuelas de periodismo te enseñan a escribir en tercera persona. Está ejercido desde tu subjetividad y por suerte que está hecho así, porque esto de escribir en tercera persona es una gran trampa para que no se sepa quien está escribiendo en realidad, la realidad es que en la mayoría de los medios escriben los mismos, escriben los mismos intereses. Y poder deconstruir eso es un camino que nos va a llevar mucho tiempo a los medios de comunicación –los que efectivamente somos medios de comunicación– para poder cuestionar algo que en el sentido común han instalado con tanto poder de fuego, con tantos recursos que tienen, con tanta masividad que alcanzan en un modelo que favorece ese tipo de negocio o empresariado vestido de comunicación, muy por encima de lo que pudiera afectar la verdad que pondría condiciones a ese modelo. Parece que va de la mano. Y si nosotros nos enojamos porque el sistema aliena, engaña, roba, saquea, después no nos podemos enojar con los alienados por eso. Yo creo que la caja no es boba y tampoco son bobos quienes se sientan adelante, que la gente va buscando en la dinámica de mierda a que te terminan sometiendo muchas veces los medios de producción, los medios de comunicación, los medios de educación cuando se vuelven inaccesibles. Es un poco eso y respirar y cuando tenés un rato y te podes reír de alguna cosa, aunque sea una boludez, va y lo busca ahí.

Ahora ¿qué dimensión le damos nosotros a eso, a lo informativo? Creo que excede ya el mundo de quienes pensamos la comunicación. Me parece que hay algo que también va penetrando en el grueso de la sociedad respecto de un desgaste que tiene ese método embustero tan grotesco. Se habla mucho de los trolls de Twitter y muy poco de los trolls de televisión, pero está lleno de canales de comunicación que son comisarías sin cartel, comunicadores que son prefectos sin identificación; hay aprietes dentro de los propios canales de televisión y hay una lógica que naturaliza la ausencia de determinadas voces y nos presenta como pluralidad las distintas formas que tienen los mismos intereses. Entonces vos tenés un tipo que cobra por operar como outsider y cobra una guita X y parte de esa guita la destina para sentarse en la mesa de Mirtha Legrand para instalar una verdad X, y la propia caja propagadora de esa mentira se encarga de que eso se instale como mínimo en una polémica o en un debate. Entonces si nosotros nos detenemos en esa discusión, terminamos también como envueltos en las grandes operetas que nos obligan a discutir ni siquiera con sus intereses, con los fantasmas de sus intereses; ni siquiera con los responsables, con los personeros de los responsables. Y me parece que ahí hay algo que empieza a caer por su propio peso también y quizá peque de demasiado optimista. Yo creo que muchos de los programas o formatos televisivos que venimos cuestionando desde los medios populares –que nos asquean, que nos indignan, que muchas veces nos desmoralizan–, también van perdiendo su poder de fuego, porque me parece que hay determinados programas, formatos, conductores, que cierto publico sigue consumiendo por esta lógica del morbo del entretenimiento, pero que no se consume ya al acceso a la información, se consume como podés consumir en una revista al mago sin dientes, como para pensar en algo. Y a veces nosotros también sobreactuamos un nivel de indignación o de enojo con actores que ni siquiera son macristas, son magosindentistas, son tipos que están ocupando un lugar de entretenimiento de morbo, asumiendo un personaje o jugando una opereta que, claro, en la acumulación aporta a una estrategia de marketing que lava, que licúa, que salpica mierda y que confunde para que finalmente se impongan cuestiones más banales y no se discuta las de fondo. Pero creo que sinceramente desde los medios populares, desde la comunicación popular, se va construyendo una alternativa mucho más genuina que tiene el poder de la verdad y que no tiene los recursos pero que poco a poco lo va construyendo desde la unidad, la organización.

Lo único bueno que nos pasa en este gobierno es habernos acercado mucho más los que tal vez debiéramos haber estado más cerca en todos los momentos y creemos que ese frente de unidad, esa comunicación genuina, va a llevar el peso de la verdad a una batalla que se va generando a partir de que se debilitan los suyos también. Es un camino y en ese camino está claro que nosotros perdimos muchas veces. Perdimos cuando nos mataron un compañero, perdimos cuando nos impusieron políticas de vaciamiento durante tanto tiempo, donde los medios de “comunicación” casi de una propiedad absoluta son los mismos dueños de todas las demás cosas. Pero en ese camino donde nosotros fuimos perdiendo tantas cosas, ellos se fueron perfeccionando. Porque no hay un capitalismo debilitado, un capitalismo que ahora no te puede meter en un centro clandestino de detención; hay un capitalismo que ya no necesita meterte en un centro clandestino de detención porque le basta la idea de éxito que construyeron a tu alrededor, adentro de vos mismo, las máximas donde nos posicionamos, los parámetros que efectivamente rompemos. Hay un sistema que se perfeccionó para alienarnos y hay un camino de resistencia que muchas veces hemos golpeado de sobremanera. Pero creo también que la historia de nuestra lucha ha sido esa y que ese proceso cíclico nos ha dotado también de herramientas que manejamos para no volver a cometer los errores que cometimos. Entonces en este nuevo escenario tanto para los medios populares como para las organizaciones populares, viene un tiempo de reinventarnos a partir de esos aprendizajes, entendiendo también cuál es el escenario que nos toca, como lo hablábamos recién, las características que tiene este gobierno, como construyó los canales de publicidad, sus imaginarios y de que nosotros realmente le podemos afectar sus intereses. Por el momento tal vez, el desgaste de algún funcionario, las protestas dirigidas de manera personal implicaban un golpe para un gobierno, y en un gobierno de las características empresariales de este es simplemente un cambio de CEO que sale de una empresa y se va a otra que también está subsidiada por el Estado, y termina pareciendo que lo que históricamente era un costo para el gobierno, a esto se le transforma casi en publicidad. Es la primera vez  que un gobierno se jacta de los atropellos a los derechos humanos. En vez de negarlos o tratar de explicarlos, los reivindica. En ese camino han construido un escenario donde también tenemos cosas para decir y cuestionar.

–¿Qué va a pasar en este 2° Foro latinoamericano de La poderosa en Porto Alegre?

El Foro en Brasil es un sueño, una necesidad y una urgencia. Nosotros durante un montón de años fantaseamos con un concepto de patria grande o revindicamos ese concepto en la discusión de políticas públicas nacionales, en los armados de instituciones regionales que pudieran dar forma a esa cultura que nos atraviesa. La realidad es que en la práctica nos cuesta muchísimo materializarlo. No hay ONGs que sean latinoamericanistas, menos las multinacionales de la caridad, que cuando vienen a Latinoamérica, vienen a ayudarnos a hacer lo que nosotros no podemos hacer y ellos nos pueden ayudar con los recursos que alguna vez se habrán llevado de acá también. Cuando tenemos la oportunidad de participar en algún panel de convocatoria más internacional, puede ser convocado con auspiciantes que limitan el contenido en el marco de alguna actividad académica, donde los movimientos populares mucha veces cumplimos el rol de legitimadores, o de datos folclóricos para que después un sociólogo explique lo que nosotros en realidad quisimos decir, o para que hacia afuera se represente como un espacio de construcción genuina. Fueron muy pocas veces en la historia donde se pudo materializar una cumbre de base, como decidimos llamarla nosotros, un encuentro de vecinos y vecinas en Brasil, en América Latina en este caso, pero con representaciones de las barriadas de las colonias de México, de las favelas de Brasil, de las villas de la Argentina y de los barrios populares de toda la región, discutiendo nuestra agenda y nuestras problemáticas, empezando viendo como hicieron para desconectarnos tanto.

La experiencia comunicacional de La Garganta nos permitió que nos invitaran a una universidad en México, en Colombia, cuando entendimos que a las universidades de los barrios no teníamos que ir a agradecer la invitación, sino preguntarnos por qué costaba tanto llegar, por qué se le sigue diciendo extensión universitaria a las pocas veces que la academia toca con la punta de un dedo un barrio, como si tu familia tuviera que extender la mesa familiar para que vos te sientes a comer en navidad y vos te sentirías ofendido, y los barrios forman parte de la universidad.

La academia construye teoría y los movimientos construimos práctica. Los dos conocimientos tiene valor en la teoría; en la práctica manejan todos los recursos, se encuentran sus intelectuales cuando se les da la gana, paran en hoteles cinco estrellas y nosotros no nos podemos encontrar los vecinos de Buenos Aires con los de Montevideo porque no tenemos manera de conectar los barrios. A partir del cooperativismo y del trabajo de las asambleas y universidades, fuimos pudiendo armar las condiciones para este segundo Foro internacional de La Poderosa. El primero fue el año pasado en Cuba, convocado por Casa de las Américas y por Clacso. En ese primer foro se pensó que el segundo fuese en Brasil porque imaginábamos que se iba a estar discutiendo un escenario como el hoy estamos viviendo, donde no solo está en juego el restablecimiento del orden democrático. En el foro nacional de La Poderosa a fin de año, se trazaron bases y objetivos muy fuertes para trabajar en la convocatoria que nos habíamos hecho y llegar a Brasil ahora desde 12 países de América del Sur, con referentes feministas, de derechos humanos, la educación popular, la comunicación popular y vecinas y vecinos de los barrios. Sin patrón, sin auspiciante, sin un ordenador de esos espacios de pensamiento: reflexión y acción. Están convocados un montón de referentes sociales, sindicales, territoriales y políticos. Van a estar compañeros de otras experiencias, desde el zapatismo, de Midia Ninja (medio de comunicación popular de Brasil) que anfitriona la caravana Latinoamérica en Porto Alegre, tanto el MST (Movimiento Sin Tierra) como el MTST (El Movimiento de los Trabajadores Sin Techo), la CUT (Central Única de Trabajadores), la CMP (Central de Movimientos Populares) y nos acompañan referentes de toda la región, viene Kumamoto de México, Piedad Córdoba, Sergio Maldonado, Nora Cortiñas, Pérez Esquivel, una infinidad de nombres. Vamos a estar ahí pensándonos. En lo que tiene que ver con comunicación, viajan desde acá compañeros de casi todos los medios populares más delegados de medios masivos, que conforman una cumbre de trabajadores. Es una experiencia histórica, no siempre podemos tener nuestra propia agenda.

En esas cumbres dónde se encuentran Elvira –la referente de colonia de Guadalupe en Guadalajara– con Alejandra –referente de Zabaleta–, tardan cinco minutos en que la charla se funda en un abrazo o una idea. El camino de liberación es compartido. Esas fronteras que nos pusieron en los mapas y en la cabeza, nunca van a estar en los territorios.

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