(Con motivo del ataque al alcalde de Tesalónica, Yannis Boutaris, el 19 de mayo de 2018, un día conmemorativo para los griegos del Ponto y que la Agencia PRESSENZA claramente condena, citamos a Emilias Salvanou para hacer una necesaria reflexión que acompañe la simple condena del hecho.)

No hay memoria neutral. Por supuesto, no hay neutralidad emocional, ni es políticamente neutral. Esto, por supuesto, no significa que el signo sea inmutable, que no cambie el contenido y la dinámica de la memoria. Aquí está la responsabilidad. El problema no es solo si recordamos, sino cómo recordamos, por qué recordamos y qué elegimos olvidar (u olvidamos recordar). Y, sobre todo, ¿qué hacemos con la memoria del pasado en el presente? ¿Cómo se organizan sus políticas? ¿Usamos la memoria como una coartada para la violencia ciega o en un intento de comprender? ¿Cómo entendemos la «corrección» de la injusticia del pasado? ¿Queremos dejar atrás el trauma o reproducirlo a toda costa? Todo esto es político. Y como en todo, esto no ocurrirá de forma espontánea. Hay instituciones, actores, agentes que dan forma y moldean la política en todos los niveles. Tal vez es hora de comenzar a hablar sobre el «texto detrás del texto» lentamente