Por Daniel Cruz.-

“El poder no se tiene, se ejerce”. Esta máxima de Focault describe cómo ostentar poder no debe ir asociado al uso de la fuerza para llevarlo a cabo. La represión es la variante intangible de la violencia física, y funciona exactamente bajo la misma lógica: no arriesgarse a cometer un acto y así evitar la represalia. En pro de promover una paz social, el 30 de marzo de 2015 el gobierno del Partido Popular, con toda la oposición en contra, quiso una mordaza a los autores más críticos, y todos los españoles fuimos testigos de cómo el derecho fundamental de libertad de expresión se veía cercenado.

Cabía esperar una rebelión por parte de la izquierda, una gran demostración de músculo social y de unión de clase trabajadora que aprovechase la impopularidad de la medida, pero no se produjo. Alguna que otra concentración y una oposición débil (y debilitada), han permitido que la Ley de Seguridad Ciudadana haya podido campar a sus anchas durante estos dos años, habiendo llegado a denunciar a 30 personas al día. La represión policial llevada a cabo por parte del gobierno del PP para acallar la crisis catalana ha vuelto a reavivar esta campaña y, ahora sí, ha despertado a la sociedad civil. No Callarem fue fundada cuando se cumplía justo un año de la citada ley en solidaridad con las primeras denuncias y contra la censura, con un multitudinario concierto que reunió a 5.000 personas en el Parque Gran Sol de Badalona, pero no ha sido hasta ahora que ha conseguido refundarse y rearmarse para reivindicarse como la «plataforma transversal y plural de ciudadanos, colectivos y entidades que trebajan conjuntamente en la defensa del derecho a la libertat de expresión”, el cual consideran como “un derecho fundamental dentro de la democracia”.

Esta plataforma ha convocado una rueda de prensa esta mañana para dar a conocer las actividades que han confeccionado dentro de lo que han llamado la Setmana de la Llibertat d’Expressió y que se celebrará del 11 al 15 de abril en la (paradójicamente) antigua cárcel Modelo de la ciudad condal, y que servirá, por un lado, para dar a conocer, denunciar y debatir sobre casos de artistas o activistas que están bajo la lupa judicial y, por otro lado, para llenar las arcas de la caja de solidaridad que pagará las multas que se tramitan bajo el amparo de la ley mordaza. Algunos de los ponentes han sido los mismos cabeza de cartel de los actos que se van a producir durante la próxma semana, como los raperos Pablo Hasel y Elgio, ambos condenados a prisión por las letras de sus canciones. También han asistido otras caras visibiles y reconocibles del activismo más subversivo, como Willy Toledo o David Fernàndez.

Durante los minutos que las entidades han tenido la palabra, destaca la participación de DiEM25 Barcelona. El movimento co-fundado por Varoufakis y que pretende poner en cintura a la Unión Europea en las siguientes elecciones europeas, ha puesto sobre la mesa el sangrante suceso de represión de libertad de expresión que lleva ocurriendo en Europa más de 6 años: el caso de Julian Assange. Precisamente, noticia hace poco debido a que, por haber hecho un nuevo comentario sobre el proceso catalán, el gobierno ecuatoriano, a instancias de Estados Unidos y España, ha instalado inhibidores que imposibilita la comunicación con el exterior y le ha prohibido la recepción de visitas en la que desde hace 2116 días es su prisión, la Embajada de Ecuador en Londres.

Marea Pensionista, Grup de Periodistes Barnils, Xes y un largo etcétera de entidades , que también han participado en la rueda de prensa, han posado en una foto que sirve para poner, de nuevo y por fin, a la sociedad civil en el centro de la actualidad y decisión política. Hoy ha resurgido la solidaridad de clase y ha retumbado en el patio de la cárcel #DemàPotsSerTu.