Diario de un pobrecito mortal en Cataluña.

Sábado 23 de diciembre de 2017. Nuevamente hemos vuelto a votar. ¡Qué bien sienta la democracia! Ahora sólo falta que no haya políticos presos ni imputados por estar a favor del derecho a decidir, que el presidente elegido por el Parlament pueda ejercer como tal, y que el Tribunal Constitucional deje de anular las leyes votadas por los diputados catalanes. Ya puestos a pedir, dado que estamos en época de Reyes Magos, que nos permitan decidir si nos gusta eso de tener un rey con sangre azul. Pero parece que el Estado español no piensa que tantas libertades sean buenas. “¡Niños catalanes! Podéis elegir cómo queréis vivir, siempre y cuando el resto de españoles estemos de acuerdo. Y si os portáis bien y sois buenos españolitos, os dejaremos cantar canciones navideñas en vuestro dialecto raro, ese que os empeñáis en seguir enseñando en las escuelas.”

Hace unos días contaba una pesadilla que tuve, la cual se ha cumplido, pero sólo en parte: Inés Arrimadas, de Ciudadanos, ha sido la candidata más votada en las elecciones al Parlament de Catalunya. Pero no se cumplió del todo, ya que no podrá formar gobierno (¡uf!) ni podrá elegir a García Albiol como consejero (doble ¡uf!). Hay que reconocer que Ciudadanos ha hecho una gran campaña electoral, con un eslógan simple como “acabar con el procés” y un elaborado programa de gobierno que dice que si gobiernan harán… bueno… esteeee… En realidad se han esmerado mucho en no decir qué harían si gobernaran, porque seguro que eso les restaría votos. La táctica del eslógan machacón les ha funcionado, arrastrando a la mayoría de ex votantes del PP, y los votantes de los partidos fascistas tradicionales. Además, Arrimadas se ha sacado un máster en no dejar hablar a su oponente (algo que Albert Rivera también practica con frecuencia).

En cambio, los partidos independentistas sí podrán formar gobierno, si se ponen de acuerdo JxC (Junts per Catalunya, “la lista del president”, tal como les gustaba decir), ERC (Esquerra Republicana de Catalunya) y la CUP (Candidatura Unitat Popular). Lo tienen fácil, sólo tienen que estar de acuerdo en volver a hacer lo que hicieron hace un par de meses, para que el gobierno español vuelva a aplicar el artículo 155, y así siguiendo el día de la marmota hasta que todos estemos un par de metros bajo tierra. Además, tienen que ponerse de acuerdo en volver a elegir a Puigdemont como presidente, tarea relativamente fácil si no fuera porque el menda está exiliado en Bélgica, con la amenaza de que si pisa suelo español va directo a la cárcel hasta que se le caiga el pelo, y dada la pelambre del señor tiene pinta que eso tardará mucho. Alternativamente, pueden elegir a Junqueras, el anterior vicepresidente, si no fuera porque éste está siguiendo una dieta forzada en la cárcel de Estremera, a la espera de que alguien pueda probar que una vez, cuando tenía 5 años, le quitó un caramelo a un compañero de colegio, con lo cual se demostraría su inequívoca tendencia a la violencia y la rebelión armada. Mientras se ponen de acuerdo en otras alternativas, los de ERC han contratado un maestro de oratoria para Marta Rovira y el resto de candidatos que participaron en algún debate electoral, y los de JxC siguen intentando haciendo creer que ellos no son el partido de la corrupción de Pujol, ni el partido de los recortes de Mas.

Junto a los independentistas estará festejando Albano Dante, empeñado durante toda la campaña en restar votos a su gran enemigo, Catalunya en Comú Podem. Ahora tocaría convencerlo de que dedique la misma energía a atacar a Ciudadanos o al PP, que se supone son sus verdaderos contendientes. La actitud de Dante es como si Aznar se dedicara a hablar mal del PP y diera su apoyo a, pongamos, Ciudadanos… ¡Vaya casualidad! Los “Comunes”, a su vez, quién sabe qué más pueden hacer, pues parece que proponer alternativas razonables no los llevará a la presidencia de la Generalitat. Además, en su afán de no asustar viejitas, Iglesias se ha convertido en el político más “light” del panorama español. Tal parece que, de momento, triunfa más el modelo de “machote ibérico” (o “machota” estilo Arrimadas, que no sé por qué me hace acordar a Esperanza Aguirre).

Iceta y el PSC, como viene siendo habitual, ni fú ni fá. La “listansalada” que presentaron, mezclando un poco de progres con nacionalistas-catalanes-españolistas-conservadores resucitados, no les ha resultado suficiente para obtener un gran éxito, aunque tampoco los ha hundido en la miseria (si es que no se puede considerar miseria su situación actual, para un partido que hasta hace bien poco era quien gobernaba y promovía reformas).

Por último (y nunca mejor dicho) el PP, para muchos la gran alegría de este resultado electoral. Ya sé que es feo reírse de las desgracias ajenas, pero pocas veces nos lo ponen tan fácil. Al final resultará que con quien Aznar hablaba catalán en la intimidad era con Rivera y no con Albiol.