En ocasión de la jornada inaugural de la Conferencia Mundial de los Pueblos “Por un mundo sin muros hacia la Ciudadanía Universal”, Ricardo Gómez García, de la redacción Bolivia de la agencia internacional de noticias Pressenza, tuvo la posibilidad de conversar con Michele Manca di Nissa, representante regional del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para los países del Sur de América. Éstos fueron sus conceptos.

P: ¿Con qué expectativa ha llegado a esta conferencia?

MMdN: Para nosotros es una ocasión para celebrar, en un contexto fantástico, el Día Mundial del Refugiado en Bolivia. El Día Mundial del Refugiado se celebra en todos los países del mundo y estamos muy orgullosos que este año, en Cochabamba, hayamos podido tener este marco. Quisiera añadir que no solamente hemos tenido la posibilidad de participar de la Conferencia, sino que también vamos a tener un evento específico el día 22, durante el cual el canciller otorgará la nacionalidad a un grupo de refugiados que acaban de lograrla y que, a partir de pasado mañana serán ciudadanos bolivianos.

Hablando de Ciudadanía universal, me parece un gesto muy importante de parte del gobierno boliviano, de extrema generosidad. Para los refugiados es una oportunidad para empezar una nueva vida, ya no como extranjeros protegidos en un país que los ha acogido, sino como ciudadanos.

P: Este informe que han emitido hoy, ¿qué panorama nos muestra en cuanto a la región latinoamericana?

MMdN: En mi oficina cubrimos seis países, Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Perú. Hablamos de una población de refugiados de aproximadamente veinte mil personas. Pero quisiera llamar vuestra atención sobre el drama de las personas que son obligadas a dejar su hogar, a dejar todo lo que tienen para salvar sus vidas. Personas que son forzosamente desplazadas. Esta es la diferencia entre el migrante y el refugiado. El migrante elige, y es legítimo, tratar de buscar una mejor situación económica en otro lugar o en otro país. El refugiado no elige salir de su propio país, es obligado por situaciones de guerra, de violencia, de persecución. En este momento el ACNUR informa que hay aproximadamente 65.6 millones de personas que han sido obligadas a dejar su país por las razones enunciadas. O sea, estamos hablando de una cifra que corresponde más o menos a seis veces la población de Bolivia. En este grupo, tenemos tres categorías: los refugiados, que son 22.5 millones, de los cuales es importante destacar que la mitad son menores de 18 años o sea, son niños; los desplazados internos, que han salido de su hogar por las mismas razones que los refugiados, pero no han cruzado una frontera internacional y ellos son 40.3 millones en el mundo; y después están los solicitantes de asilo, que son 2.8 millones, que son las personas que han llegado a un país extranjero y que han presentado su solicitud para ser reconocidos como refugiados. Hablamos de cifras enormes. El problema no son los refugiados, el problema son las causas que crean refugiados. Estos son problemas políticos que se deben resolver al nivel que les corresponden. Nosotros trabajamos en el campo humanitario y tratamos de brindar una respuesta humanitaria a las necesidades de las víctimas de estos problemas.

P: Desde la mirada de ACNUR, ¿qué conclusiones o qué proyecciones podrían sacarse de esta Cumbre?

MMdN: En esta cumbre hablamos de ciudadanía universal. Como he comentado en el discurso de esta mañana, quisiera que no olvidáramos que hay diez millones de personas en el mundo que no tienen ninguna ciudadanía. Esto significa que no son nacionales de ningún país. Como consecuencia de esto, no pueden beneficiarse de los derechos de los cuales nosotros nos beneficiamos cada día. No pueden tener acceso a la salud, a la educación, a un trabajo, es una situación muy grave de vulnerabilidad. Así que creo que, para hablar de Ciudadanía Universal, tendremos también que llegar a este concepto asegurándonos que todos los seres humanos puedan empezar teniendo una ciudadanía.

P: ¿Cuál es el principal generador del desplazamiento?

MMdN: Está claro que es la guerra. Miren la situación de Siria y la situación – de la cual se habla mucho menos – de Sudán del Sur. En el último año, Sudán del Sur ha sido el país del cual ha salido el número más grande de refugiados. En los últimos doce meses un millón de personas ha salido de Sudán del Sur, llegando a Uganda, buscando protección de los problemas que hay en el país de origen. Claro que la situación de Siria es muy dramática. Hablamos de cinco millones de refugiados y un número de más de seis millones de desplazados internos. Pero lo que quisiera decir de Siria, es que hay un elemento importante. Si hablamos de un país como el Líbano que tiene una población de cuatro millones de habitantes y que recibe 1 millón 300 mil refugiados o de Turquía que recibe más de dos millones, o sea hablamos de situaciones graves, esto es muy preocupante.

P: ¿Qué impide que otros países hagan lo mismo que hace el Líbano?

MMdN: Nada en realidad. Líbano está cerca de Siria, es lógico que sea más fácil llegar allí. Pero es importante destacar que en Septiembre de 2016, en Nueva York, tuvo lugar una cumbre. En esta cumbre los países ofrecieron recibir refugiados que salían de países con crisis internacionales mayores. Esto es un nuevo concepto que justamente se refiere al hecho que no es la distancia sino una cuestión de responsabilidad de la comunidad internacional, en su calidad de comunidad humanitaria, de compartir una respuesta.

P: Mucha gracias, le agradezco mucho.

MMdN: De nada.