Por Fernando Vicente Prieto para Notas Periodismo Popular
Entre el lunes 15 y el miércoles 17 de mayo se realizará en Buenos Aires la primera reunión de Coordinación Política de ALBA Movimientos. Como invitado especial a la actividad estará presente David Choquehuanca, secretario general de ALBA – TCP, la articulación entre Estados.
La reunión se da en un contexto muy particular, tras dos años -2015 y 2016- donde se produjo un cambio importante en la correlación de fuerzas a nivel continental, con el triunfo de Macri en Argentina, el golpe de Temer en Brasil, la derrota del Sí a la paz en Colombia y la situación en Venezuela como principales ejemplos. Además de la presencia argentina, participarán movimientos de Brasil, Bolivia, Colombia, Venezuela, Costa Rica, Guatemala y Cuba.
“Estamos presentes aquí para evaluar la coyuntura política en el continente y también tomar las acciones correspondientes”, comentó Rodolfo Machaca, integrante de la Confederación Sindical de Trabajadores del Campo de Bolivia (CSUTCB). “Los movimientos, los intelectuales, los pueblos, estamos llamados a defender la democracia del pueblo ante el peligro de los gobiernos neoliberales, que acechan y van por las conquistas de los movimientos sociales latinoamericanos”, agregó el dirigente, quien también es miembro de la directiva del MAS-IPSP, el partido liderado por Evo Morales.
Llegado desde Colombia, donde participa en Congreso de los Pueblos, Carlos Ramírez analizó el contexto actual como de “ofensiva del imperialismo, que a su interior también tiene sectores en disputa”. “Hay retrocesos en países que asumíamos como progresistas, el proyecto popular está recibiendo un ataque muy fuerte en lo ideológico, en lo militar, en lo económico. Esta situación requiere que el campo popular retome momentos de protagonismo y eso pasa necesariamente por impulsar la articulación de los pueblos”, agregó.
“La situación continental es crítica”, coincidó Vianey Mora Vega, referente de MAIZ de Costa Rica. “Nos enfrentamos a un reajuste de la estrategia imperialista y a un repunte de la derecha en distintos países. Hay una cultura de odio para hacerse del poder político y evitar el avance de las fuerzas populares”, añadió la joven, quien es una de las representantes de Mesoamérica en la coordinación de ALBA Movimientos. “De la reunión de los movimientos pueden salir iniciativas para articular nuestros esfuerzos, no sólo en declaraciones sino en actos concretos”, proyectó.
Actividades públicas
Además de los momentos internos de discusión, la agenda planteada para estos tres días incluye un acto donde el principal orador será David Choquehuanca. El ex canciller de Bolivia estará presente el lunes a las 19hs en la sede de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), en el barrio de Constitución.
Además, se informó que los movimientos compartirán sus conclusiones y plan de acción el miércoles por la mañana, en una rueda de prensa en el Hotel Bauen. Por la tarde, la Casa de la Amistad Argentina Cubana será la sede de un Foro de debate abierto, llamado “Por la paz y la unidad de Nuestra América”.
Proyecto político continental
ALBA Movimientos es una articulación impulsada por más de un centenar de organizaciones de 22 países del continente. El espacio no está incluido en una estructura estatal, aunque apuesta por fortalecer los vínculos bilaterales con los gobiernos reunidos en ALBA-TCP, organismo de integración impulsado principalmente por Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua.
Si bien existe una gran diversidad de organizaciones, varias tienen un considerable desarrollo, como es el caso del MST de Brasil, Marcha Patriótica y Congreso de los Pueblos de Colombia, el Comité de Unidad Campesina de Guatemala y la CSUTCB de Bolivia, entre otras.
La Secretaría Operativa es su órgano ejecutivo, de carácter permanente, integrado por representantes de cuatro países (Argentina, Colombia, Cuba y Venezuela). De acuerdo a las resoluciones de la última asamblea continental, realizada en Colombia en diciembre de 2016, a esta se le suman 11 representantes de otras organizaciones para formar la Coordinación Política continental, que a partir de ahora comienza a reunirse periódicamente.
Esta estructura incipiente se encuentra en función de unir fuerzas para un proyecto complejo, que incluye una dimensión nacional y al mismo tiempo otra dimensión regional, siempre en tensión e interacción. “Es importante salir del localismo y entender que el destino de cada país siempre ha ido de la mano con el destino del continente, desde las luchas de la primera independencia”, señala Gonzalo Armúa, del movimiento Patria Grande, uno de los organizadores de la reunión desde su trabajo en la secretaría operativa.
“Hay una crisis sistémica del capital, que tiene varias dimensiones. En la disputa de lugares de poder a nivel internacional, EE.UU. necesita recuperar el control sobre lo que consideran su patio trasero y ha implementado una avanzada sobre los gobiernos populares y progresistas, sobre aquellos procesos que han avanzado en modelos de soberanía y en mayor democracia”, analizó Armúa en diálogo con Notas.
“Venimos de avances de la derecha sobre gobiernos, con golpes de Estado incluso y con un fuerte componente comunicacional y judicial en la lucha política. Y en algunos países con la utilización de fuerzas paramilitares, como sucede ahora en Venezuela, donde se condensa en este momento la disputa de proyectos a nivel continental. A esto se le suma el gobierno de Trump y sus políticas xenófobas hacia las personas migrantes, imitadas por Macri en la Argentina”.
“En este contexto tenemos que debatir nuestro proyecto estratégico y las líneas de intervención para movilizar y disputar hegemonía en el continente. Tenemos que combinar la construcción y la disputa de poder. Necesitamos tener fuerza para defender los derechos conquistados que se ven amenazados, pero también para generar las condiciones para una ofensiva del campo popular”, añadió. Y finalizó: “El proyecto de independencia y unidad de la Patria Grande sigue tan vigente como hace doscientos años. Ha cambiado el escenario pero nuestra orientación sigue estando puesta en ese mismo camino: una patria soberana, que permita la transformación del Estado y la construcción de democracias participativas y protagónicas”.