Estamos cerca del 8 de marzo, Dia Internacional de la Mujer. En ese marco, la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación- CLADE, en alianza con REPEM, ALER y PRESSENZA, lanza la campaña Educación con diversidad e igualdad”, para hablar sobre esta iniciativa tenemos con nosotros a Camilla Crosso, presidenta de la Campaña Mundial por la Educación y coordinadora de CLADE.

 

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Camilla Croso comenzó precisando que el lema de la Campaña #Educación con Diversidad e Igualdad, “Nos movilizamos por el fin de la violencia de género en los espacios educativos”, busca darle visibilidad a la problemática  que tiene lugar tanto en los centros educativos como en los entornos de estos centros: la violencia contra las niñas y adolescentes tiene lugar, con mucha frecuencia, en el camino a la escuela.

Estamos atendiendo a varios aspectos de la violencia de género: la que sufren las niñas, las adolescentes en las escuelas y entornos y la que sufren las personas LGBTI, porque esa problemática todavía tiene bajísima visibilidad, está muy oculta y hay una profunda tendencia regresiva frente a cualquier avance en los derechos de este grupo de población.

Según Croso, el énfasis en la violencia contra niños, niñas y adolescentes LGBTI se da porque es indispensable tomar conciencia de la existencia de esta grave problemática, ponerla sobre la mesa y actuar afirmativamente para que entre en el debate público. Hay un profundo retroceso que se está viviendo y esto hace aún más más necesario poner luz y atención a estas cuestiones.

Tras décadas de lucha y de avances claros en términos de marcos legales  y normativos, particularmente en las instancias internacionales, que establecen y protegen la igualdad de género y los derechos de las mujeres y que, en el campo educativo, incluyen la igualdad de género como tema central en los espacios educativos, América Latina y Caribe vive hoy una tendencia regresiva: “Cuando pensábamos que es un consenso absoluto la lucha por la igualdad de género y la importancia que tienen las escuelas y colegios para superar los estereotipos, aparecen propuestas que buscan eliminar la referencia de género en los marcos normativos, las políticas y los mismos espacios educativos”, alerta Croso. Esta tendencia está presente en Brasil, Perú, Colombia y va creciendo hacia otros países de la región.

El rol protagónico del fundamentalismo religioso en el avance de esta tendencia, es evidente. Es necesario enfrentar estos procesos de retroceso y empujar en la otra dirección, afirma.

Para la presidenta de la CLADE, es necesario pasar por leyes y políticas pero sobre todo es necesario ir a la práctica, que es lo más difícil, porque implica de hecho cambiar las culturas discriminatorias que están instaladas en las cabezas de las personas.

El paradigma que está en la cabeza de las personas. Está muy arraigada una cultura patriarcal y una cultura de violencia. En todos los países de nuestra región, la violencia está naturalizada. Nos estamos deshumanizando. Cuando se naturaliza la violencia, estamos deshumanizados. Es muy complejo superar las discriminaciones, el patriarcado, la violencia como práctica absolutamente rechazable.

La construcción de una cultura de paz es un desafío larguísimo plazo porque tenemos que trabajar con las culturas instaladas, aseguró la brasileña.

Esta campaña es una contribución en esa dirección: es necesario llegar a más personas, ampliar los diálogos y trabajar por el cambio en la práctica y hay que hacerlo ahora, que las escuelas empiezan a cerrarse a ese tipo de discusión y esto perpetúa  una no toma de conciencia. La educación es transformadora siempre y cuando sea educación. Una educación que no permita superar las discriminaciones, promover  humanidad, promover cultura de paz, no es educación ni derecho a la educación.