De la niebla salió ese caballero, se acercó a mí (con sus cuarenta amigos, su gato y su zorro) y dijo: “Queremos darle todo esto: oro, plata y mirra, y sésamo, y lentejuelas y piedras y panes y pináculos y la capacidad de volar, y el poder sobre la tierra, y el placer y la muerte. Queremos darle todo esto, y que acepte nuestro regalo. Queremos darle todo esto, y sólo di que nos adorarás. Queremos darle todo esto, y para tenerlo usted solo debe decir sí, un pequeño sí”.

En la reforma constitucional golpista del gobierno de facto de los aprendices de brujo no hay ni oro ni sésamo, ni pan, ni alegrías, sino sólo la abolición de los derechos, la cancelación de la soberanía popular, la aniquilación de la ley que se opone a la violencia de los poderosos, la reducción a la servidumbre.

A esta violencia, el 4 de diciembre votaremos No.

Pero, aunque fuera un número ilimitado de regalos sería suficiente con que estuviera incluido un solo mal inaceptable, y todos esos regalos no serían nada.

Para expresar oposición a un conjunto de propuestas en un solo «lo tomas o lo dejas», es suficiente que una de esas propuestas sea totalmente inaceptable. Así como para refutar una teoría científica sólo se necesita una prueba de lo contrario, a pesar de que hubiera cien a favor.

Lo llamaremos: argumentum popperianum. Y es que ya es suficiente votar por el No el 4 de diciembre, contra la reforma golpista de los aprendices de brujo que quieren privarnos de nuestra soberanía, nuestra dignidad, nuestros derechos.

El 4 diciembre vamos votar No.

Defendamos la Constitución republicana, democrática, anti-fascista.

El 4 diciembre vamos votar No.

Sin odio, sin violencia, sin miedo.

El «Centro de Investigación para la Paz y los Derechos Humanos» de Viterbo