Quisimos saber en mayor profundidad quién es este periodista que publica regularmente sus columnas de opinión en Pressenza, quién es Julio Rudman, cuál es su historia, su trayectoria, de dónde viene, cuáles son sus referentes, desde cuándo escribe, por qué lo hace…

Pressenza: ¿Puedes contarnos un poco de tu historia?

Julio: Soy marxista desde la cuna. Nací en 1946, época de grandes batallas culturales y políticas. Por lo tanto, morales. A la salida de la Segunda Guerra Mundial el tema liminar era, y sigue siendo, los derechos humanos universales. Aunque el mundo ha cambiado mucho creo y siento que las injusticias esenciales, la discriminación bajo cualquier concepto y el caminar hacia la utopía, como decía mi amigo Galeano, siguen guiando mi vida. Crecí en un hogar con libros. Mi abuelo materno, Manuel Gleizer, fue un mítico editor, entre otros del primer Borges, del primer Gelman, de González Tuñón, Lugones y tantos otros. O sea, que se puede decir que hay algo genético en mi relación con lo literario.

Pressenza: ¿En qué ideas te formaste, cuáles resultaron ser para tí los temas prioritarios, intransables, que buscan abrirse paso a través de tus lineas?

Julio: Si pudiese llenar los papeles burocráticos en los que se pide Profesión con Lector lo haría de todo corazón. Pero no se puede. Entonces me declaro Periodista, periodista que escribe.

La capacidad de indignarme o de conmoverme por gestos de dignidad, amor o ternura son los motores que me permiten comprender, analizar y volcar en textos mi visión humanista de la Historia y de la realidad.

Pressenza: ¿Cómo haces para inspirarte y ponerte ante el teclado o el micrófono con tanta frecuencia?

Julio: De la misma manera. Es la vida cotidiana, el recuerdo de sucesos importantes para la historia de la humanidad, mis últimas lecturas, la política en su más amplio aspecto, desde las cuestiones barriales o las provinciales hasta los hechos que marcan avances y retrocesos en la batalla cultural por una mejor calidad de vida. Todo ese bagaje de cosas las vuelco al micrófono siempre lubricado con la música que me gusta.

Pressenza: ¿De qué modo percibes a quienes te escuchan o leen con regularidad, recibes algún feed-back, o imaginas a esos destinatarios? ¿Para quién escribes?

Julio: El imaginario oyente y el imaginario lector. He ahí el enigma. No escribo para nadie, escribo para algo, para develar una situación, para contar mis sensaciones, mi pensamiento y mis convicciones. Siempre, en la radio o en los textos, espero el rebote. A veces llega y otras no, pero cuando llega me sorprende mucho. Quedo en estado de bienaventuranza, aunque la respuesta haya sido dura.

Pressenza: ¿Cómo te fue con tu libro, qué repercusiones ha tenido?

Julio: Mi tercer libro publicado («Escritos de pie». Bruma, 2016) fue presentado en Mendoza el pasado 13 de agosto con la presencia de Víctor Hugo Morales, el periodista uruguayo, ante una multitud. Coronó un aval que ya venía desde el prólogo a cargo de Eduardo Aliverti y la contratapa de Mempo Giardinelli. Una vez que la obra sale a la luz es para mí misión cumplida. No sé cuántos ejemplares se han vendido y, como no se trata en mi caso, de un interés comercial al editarlo le dejo esa preocupación a mis queridos editores. Sólo sé que estoy feliz de verlo en las vidrieras de las librerías.

Pressenza: ¿Qué sería para tí lo más importante, la aspiración mayor a lograr con tus palabras en el año entrante?

Julio: En lo personal me parece necesario volver a tener un micrófono para poder continuar ese diálogo con el oyente que se inició hace casi cuarenta años y que, por primera vez, veo interrumpido por razones estrictamente ideológicas. Mi país, Latinoamérica, está viviendo un reflujo antidemocrático, autoritario y excluyente en todos los órdenes de la vida. También, yo diría que de manera primordial, en el de la comunicación. Por eso la actividad de Pressenza es tan importante. Su actitud pluralista, su amplio sentido del humanismo hace imprescindible poder respirar otras voces. De ahí mi agradecimiento eterno.

Pressenza: ¡Muchas gracias, Julio querido! Esperamos poder seguirte en tu próximo micrófono.