Por Antonio Rebolledo

Después de 25 años, los chilenos tendremos por fin una oportunidad única para sacar del poder a quienes tanto daño le han hecho al país.

En las próximas elecciones parlamentarias, los chilenos podrán elegir entre quedarse en la casa, con justa razón, manifestando así su rechazo a todo y a todos; seguir votando por los mismos viejos partidos y dirigentes que los traicionan todos los días; o salir a votar por una nueva generación de jóvenes, ciudadanos comunes y corrientes, humanistas de corazón, que llegan a la política por vocación social, por una acción desinteresada, de coherencia interna y solidaridad social, para terminar con la crisis política, económica y social en que se encuentra sumido el país.

Democracia real

Una nueva generación de jóvenes que buscan terminar con la Constitución de la dictadura, generando un nuevo Pacto social, que termine con los enclaves autoritarios, la irresponsabilidad política y la falta de participación, las reelecciones eternas, las dietas millonarias, las pensiones de por vida, estableciendo un límite de edad de 65 años para postular a cualquier cargo de elección popular, y rebajando la edad mínima para ser electo, permitiendo con esto la inclusión de las nuevas generaciones en el poder.

Una nueva Constitución que garantice la participación, y el control ciudadano de los cargos electos en cada ocasión.

Una Constitución que incorpore el deseo de las nuevas generaciones,
de votar todos los días, a través del computador, el notebook, el celular, el teléfono, twiter, whatsapp, la caja vecina, o el ciber café, haciéndose eco del sentir generalizado: No necesitamos que nos representan, queremos decidir por nosotros mismos.

Justicia social

Ha llegado el momento de apoyar a una nueva generación de jóvenescapaces de terminar con la vergonzosa desigualdad económica imperante, ciudadanos comunes y corrientes que quieren recuperar los recursos naturales estratégicos para el bien del país, renacionalizando el agua, la electricidad, el gas, el petróleo y el cobre, terminando también con el robo, el abuso y la colusión de las grandes empresas y los grupos económicos.

Derechos Humanos

Ha llegado el momento de apoyar a una nueva generación de jóvenes, ciudadanos comunes y corrientes, humanistas de corazón, que terminen con los privilegios y la impunidad de las Fuerzas Armadas, eliminen la Justicia Militar y la Ley Reservada del Cobre. Que encarcelen a todos los responsables de las violaciones a los derechos humanos, que den de baja a todos los oficiales que tuvieron participación en el Golpe de Estado y en la represión posterior, hasta el grado de Teniente, renovando los mandos militares con una nueva generación de uniformados democráticos. Una generación de nuevos líderes que elimine a todos los regimientos ubicados en zonas urbanas, y los destine a zonas fronterizas y alejadas de las ciudades, donde en vez de prepararse para reprimir al pueblo, ayuden a mejorar la vida de la gente, construyendo carreteras, caminos rurales, obras de riego e ingeniería para la agricultura, la pesca y la minería.

La gran historia, la historia de la humanización

Ha llegado el momento de apoyar a una nueva generación de personas que toman las banderas de la democracia, la justicia social y los derechos humanos, y que podrían hacer que a los ojos de la gran historia, la historia del progreso y de la humanización, estos 25 años sean sólo un paréntesis de traición y corrupción, un paréntesis en la larga tradición de lucha social de nuestro país.

Esta claro que esta nueva generación de jóvenes no tiene la experiencia de gobernar, pero sí sabe para qué y para quienes hacerlo.
Y debido a que su motivación no es el poder, sino el cambio social, podrían hacerlo desinteresadamente, tal como lo han venido señalando, cobrando apenas el equivalente a un sueldo promedio de un profesional como cualquiera.