Por lavaca

La ciudad en la que esta semana fueron masacradas una joven de 16 y una abuela de 86 años, reaccionó con una movilización histórica. Las críticas a los programas con anuncios mediáticos y sin presupuestos. La convocatoria al Paro Nacional de Mujeres del miércoles 19. “Que sea una bisagra”, propone la madre de Lucía.

“A Lucía la deberíamos recordar como una joven excelente, como una chica que estudiaba, que iba a 5° año, con los revires de cualquier adolescente, como una excelente hija, pero sobre todo como una excelente persona”, dice a lavaca su mamá, Marta Romero, con la voz firme, pero agotada de contestar las mismas preguntas desde hace días, cuando en el mismo fin de semana en el que más de 80 mil mujeres colmaron Rosario en el XXI Encuentro Nacional de Mujeres se enteró que a Lucía Pérez, su hija, de 16 años, la habían masacrado.

La noticia, los hechos, los nombres y los detalles circularon por todos los medios, redes sociales y de boca en boca: a Lucía Pérez la drogaron, la violaron, la empalaron y le provocaron un shock cardíaco. Los dos hombres detenidos son Matías Farías (23 años) y Juan Pablo Offidani (41, hijo de un conocido escribano marplatense). La fiscal María Isabel Sánchez describió que Lucía “fue sometida a una agresión sexual inhumana” y afirmó no tener dudas de “las responsabilidades penales de los dos”, ahora busca a una tercera persona, hoy con orden de captura. El horror sin dimensión  empujó a una respuesta concreta: el primer Paro Nacional de Mujeres de la historia argentina y una movilización a Plaza de Mayo para este miércoles 19, a las 17.

Foto Pressenza

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“Lo que se dijo, se dice y se dirá es problema del otro, no mío”, dice Marta sobre las noticias que intentan criminalizar a la víctima. “Yo sé que mi hija es Lucía. Sé que la parí y la tuve hasta los 16 años. Ella pintaba muy bien, dibujaba muy bien, le encantaba el arte, la biología, los animales, la veterinaria. Lo único que no le gustaban mucho eran las operaciones: yo soy enfermera. Era una estudiante capaz, estaba haciendo un curso en Telefónica, había sido elegida entre 60 chicos, que los capacitaban para trabajar. Ella era una de las niñas elegidas. Eso era Lucía. Una chica que le iba bien en la escuela, y que iba todos los días al colegio, bien, contenta, feliz, y tenía una perra policía que hoy la extraña horrores. También un gato. Era una niña feliz, con su vida, sus cosas. Siempre me esperaba en la escalera y me preguntaba cómo me había ido en el trabajo, me hacía unos mates. Después, se acostaba un ratito conmigo”.

Este sábado hubo dos movilizaciones en Mar del Plata a una semana del femicidio: un corte en la ruta 11 a la altura de Playa Serena con movilización al barrio Alfar, donde ocurrió la masacre, y luego una concentración frente a la Municipalidad.  Dice Marta: “Lo único que queremos es paz por Lucía y por todas las chicas que han pasado lo mismo. Queremos justicia”.

“Nunca nada igual”

Farías y Offidani están detenidos en la Alcaidía Penitenciaria de Batán, imputados por violación seguida de muerte y homicidio criminis causae (tipificación que describe el delito cometido para ocultar otro o asegurar su concreción). La carátula podría cambiar a “femicidio” de acuerdo al reclamo del Observatorio de Violencia de Género (OVG) de la Defensoría del Pueblo bonaerense. La fiscal Sánchez dijo que tuvo “una entrevista mínima e indispensable” con los detenidos. Ambos se negaron a declarar. “Farías aparentaba estar asustado. A mi modo de ver, como ocultando algo, como con ganas de hablar y no animarse. Siguiendo el consejo de su defensora, se negó a declarar. Con Offidani la impresión fue otra. Una persona desafiante, altanera, soberbia. Nunca me quitó los ojos de encima, siempre como desafiando”.

Foto Pressenza

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La fiscal contó que los hechos comenzaron el viernes 7 cuando Farías y Offidani se presentaron en las cercanías de la escuela que iba Lucía. Lucía habló con Farías y al día siguiente fue a su casa. Sánchez aclaró que Lucía fue obligada a consumir “mucha cantidad de cocaína” y luego “fue sometida a una agresión sexual inhumana”. Cuando la joven estaba agonizante, los dos detenidos la trasladaron hasta el centro de salud de Playa Serena en una camioneta Fiat Strada Adventure color azul. La fiscal Sánchez informó que Lucía ingresó muerta. Antes habían lavado el cuerpo y la habían vuelto a vestir. En la sala de salud, Farías permaneció un rato en el lugar. Offidani se fue. La policía los detuvo “cuando vendían estupefacientes en la vía pública” a bordo de la misma camioneta. Tenían medio kilo de marihuana, cocaína y billetes “que confirmaron su condición de dealers”. En la vivienda de Farías hallaron “preservativos, drogas y municiones, pero no armas”.

Durante la semana había trascendido que Offidani designó como defensor a Cristian Prada, titular del área de Control y Supervisión de los Servicios de Seguridad Privada de la Secretaría de Seguridad y Justicia del municipio, que luego se la traspasó al abogado Eduardo Toscano. Sin embargo, luego de la reunión que los padres de Lucía mantuvieron con el intendente Carlos Arroyo, diversos medios confirmaron que el jefe comunal echó a Prada.

Sobre el tercer hombre, hoy prófugo, Sánchez aseguró que “no habría participado del acto de sometimiento y la muerte”, aunque, según su presunción, habría participado del “encubrimiento posterior al hecho”, ya que “ayudó a borrar los rastros del delito”, apuntó.

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“¿Qué nos pasó?”

Según el padrón  confeccionado por la organización MuMaLá, hubo 225 femicidios en Argentina desde que se puso en marcha el grito #NiUnaMenos. Los datos corresponden a los femicidios cometidos entre el 3 de junio de 2015 y el 30 de mayo de 2016.  El 20 por ciento de las mujeres asesinadas había hecho denuncias previas y el 86 por ciento de los femicidios fueron cometidos por hombres pertenecientes al círculo íntimo de la víctima.

En la provincia de Buenos Aires, un informe de la Procuración General de la Suprema Corte de Justicia registró en el territorio bonaerense 98 femicidios en 2015. En Mar del Plata hubo 9, es decir, una mujer cada 11 murió en ese municipio producto de la violencia machista.

Con el horror de la masacre de Lucía presente y mientras se discutían las condiciones del Paro Nacional de Mujeres, otro femicidio, también en Mar del Plata, llegó con brutalidad: una mujer de 86 años fue encontrada ahorcada con un cinturón en su casa. La policía busca al marido de la mujer, un hombre de 66 años, que ya había sido denunciado por violencia machista.

Un mismo lugar, dos mujeres, dos edades, dos vidas.

Dice Marta:

“Dos mujeres muertas: es terrible. Tenemos que reflexionar sobre esto. Basta de violencia. Hemos retrocedido como sociedad. Esto es un problema sociológico. Hemos involucionado. Es un horror. Es una sociedad que tenemos que cambiar, y nos va a costar mucho. No lo podemos permitir. ¿Qué nos pasó como sociedad? ¿Qué nos pasó?”.

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700 denuncias por mes

La pregunta la toman Noelia Barbas, coordinadora de MuMaLá en Mar del Plata, y Julia Rigueiro, referente del colectivo Mala Junta e integrante de la Comisión Organizadora del Encuentro Nacional de 2015,  precisamente en esa ciudad, que dialogan con lavaca.

“Con el femicidio de Lucía y de esta señora queda demostrada una situación que atraviesa a todas las edades”, piensa Barbas. “En las jóvenes impacta mucha más, pero no tenemos que olvidarnos de las adultas mayores, que no son muy visibilizadas. Lo que pasó fue espantoso, y se suma a cómo venimos conmovidas con casos de femicidios en el resto del país”.

¿Qué ocurre en Mar del Plata? “Desde el primer #NiUnaMenos hemos presentado al municipio una innumerable cantidad de críticas y propuestas -dice Rigueiro-. Este año, después de la marcha, se aprobó la emergencia por violencia de género y ahora estamos peleando para que se aplique. Hay una respuesta del municipio de General Pueyrredón similar a otras áreas de este Gobierno: aceptar la problemática, escucharla, pero luego un constante desfinanciamiento. En la Dirección de la Mujer, que ni siquiera es Secretaría, no hay cabeza que esté al mando de esa área y el teléfono no pueden atenderlo por la cantidad de denuncias”.

Barbas resume el cuadro de situación: “No hay cifras oficiales, pero los únicos datos que tenemos hablan de 700 denuncias por mes. Hay un sólo refugio con solo 18 camas, que no da abasto”. Barbas subraya que luego de la aprobación de la emergencia, la Municipalidad creó un Observatorio para monitorear, investigar y establecer una estadística sobre las consecuencias de la violencia machista en el distrito, que servirá para diseñar políticas públicas, pero no avanzó en ninguno de los puntos que implicaba otorgarle a ese programa un presupuesto. “Fue sólo para la foto: la emergencia se aprobó sin tener en cuenta el presupuesto municipal”.

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Ganar la calle

Rigueiro: “Después de los femicidios de Lucía y de la señora de 86 años, hay algo que sentía cuando trataba de poner unos minutos la cabeza fría luego de algo tan terrible: sentimos el corazón triste, pero las ideas más claras que nunca. Sentimos que al haber compartido los pasos con otras 80 mil mujeres en Rosario, volver a la ciudad donde organizamos el masivo Encuentro del año pasado, que nos bastardearan por pintadas, volvimos con la confianza que por lo que estamos peleando vale, sigue valiendo y va a valer más que nunca, a pesar de que la vida de Lucía y de la señora no vuelven más”.

Barbas: “Cuando las mujeres salimos del lugar de sumisión, pareciera que hay un incremento de la violencia. Por eso también el paro del miércoles: es una medida histórica. Pedimos a toda la sociedad que se pueda movilizar, que podamos salir a las calles y transformar esta realidad tan dura que vivimos las mujeres. Tenemos que movilizarnos”.

Rigueiro: “Sin temor a equivocarme, pienso que cuando un sistema de ver el mundo como es el patriarcado se siente muy atacado, no tiene otra reacción que la violencia. Por eso la represión en el cierre del Encuentro en Rosario; por eso esta situación en Mar del Plata con Lucía y la señora, y por eso esta respuesta popular, muy amplia, masiva y aceitada en términos de unidad y de ganas de ganar la calle contra el machismo”.

Marta Romero, con el grito de “justicia” tras las multitudianarias movilizaciones por Lucía en las calles marplatenses, sintetiza qué representa este Paro de Mujeres: “Que sirva para hacer una bisagra”.

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