Por Michael Löwy¹/BlogdaBoitempo/Traducción Pressenza

El 31 de agosto de 2016 quedará en la historia del Brasil como el momento en que la democracia de baja intensidad fue sustituida por “democracia cero”. En un total y absoluto desprecio por el voto democrático de la población brasilera, el Senado ratificó el “impedimento” de Dilma Rousseff. Tengo muchas críticas al gobierno de Dillma, que intentó desesperadamente “quedar bien” con los banqueros y los latifundistas. No le salió bien: ellos no quieren concesiones ni compromisos: quieren gobernar directamente. Dilma fue víctima de esa intolerancia de las elites parásitas que dominan el país hace siglos y que desean,  urgentemente, desmantelar las (pocas) conquistas sociales de los últimos años.

Sin ninguna base jurídica, el proceso contra Dilma fue armado sobre pretextos ridículos y absurdos. La oligarquía brasilera –financiera, industrial, rural, mediática, jurídica, etc.– puso en marcha un golpe de estado pseudo legal a través de su instrumento político, el partido dominante que controla ambas Cámaras, el PQB (Partido de las cuatro B: Bancos, Boi –ganado–, Biblia y Balas). Tal vez debería agregarse una letra: C de “corrupción”… Sucedió tal como en Paraguay y Honduras, países sufridos que casi no han conocido la democracia. Para concretar su objetivo las elites económicas capitalistas armaron una alianza de hierro con los sectores más reaccionarios, oscurantistas y retrógrados de la sociedad brasilera: los campeones de la misoginia, la homofobia, la intolerancia religiosa y la pena de muerte. El resultado es este gobierno Temer, engendro ilegal, ilegítimo, impopular y espurio cuyo primer acto será reducir el presupuesto de educación y salud…

Foto EBC (ebc.com.br)

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No es momento de lamentos o resignación sino de resistencia. Ahora tiene la palabra un personaje que no fue escuchado ni consultado durante estos meses de “proceso”: la población brasilera. Es  urgente organizar un amplio movimiento como el de 1985 contra la dictadura militar agonizante, en torno a la consigna ¡“Directas ya”! Basta de negociados parlamentarios, maniobras seudo jurídicas y golpes de estado senatoriales. Es el pueblo brasilero quien debe elegir al Presidente de la República y no una banda de políticos del PQB.

¡Fuera Temer y Directas Ya!


* Bajo la consigna “Diretas Já!”, en 1984-85 –aún bajo dictadura militar– se produjo en Brasil una fuerte campaña popular reclamando elecciones directas para la Presidencia. Hasta entonces el Presidente era designado por un colegio electoral. Las primeras “directas” se concretaron en 1986.

¹ Sociólogo y escritor brasilero, recibido en Ciencias Sociales en la Universidad de San Pablo, vive en París desde 1969

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