En el inicio del mes de abril hubo gran riqueza de eventos para los actores de los oficios artísticos.

La muestra «L’empreinte du geste» (La estampa del gesto) abrió las festividades en el Museo de Artes Decorativas, hubo una serie de conferencias y la proyección de la excelente película The heart of glass de Jérome de Gerlache sobre la trayectoria del artista del vidrio Jeremy Maxwell Wintrebert.

Las Jornadas Europeas de los Oficios de Arte permitieron también visitar los talleres y por último el Festival Internacional del Cine de los Oficios de Arte proyectó una selección de documentales sobre el tema.

En esta ocasión la pregunta fue por el rol social que desempeñan estos oficios y sus ejecutores.

¿Por qué son creadores de vínculos? ¿Cuál es su dimensión humana?

En Francia, según los Ateliers d’Art de France (Talleres de Arte de Francia), el sector de oficios se concreta en unas 38.000 empresas que emplean más de 60.000 personas. No es poco decir.

El vínculo a través de la materia, el objeto y la intención de su creador.

El encuentro se produce también en el intercambio en torno al objeto.

El trabajo del objeto refleja la sensibilidad del artista y se crea un vínculo entre el creador, el comprador y el usuario.

La historia que relata el creador a través del objeto puede entrar en resonancia con su propia historia y su propia humanidad, como si las intenciones del artista estuvieran «estampadas» en su creación.

De esta manera, el objeto en común, mediante las emociones que evoca, une al artista con la persona que recibe el objeto.

Según Manon Clouzeau, una ceramista, «la belleza es una puerta abierta directa hacia el corazón, y esto sucede incluso si el que adquiere el objeto no se encuentra directamente con el creador, simplemente percibe su estampa. Esto puede pasar gracias al despertar sensorial que producen la forma, la textura y el color del objeto».

Emmanuelle Manche, también ceramista, lo expresa de este modo: «Transmito una parte de mi universo a través de los objetos que creo».

Los artesanos de arte tienen esa habilidad para transmitir en sus creaciones aquello que los habita.

Se comprende entonces por qué una producción en serie hace que se pierda el sentido y por qué a los artistas les importa tanto sensibilizar en cuanto al valor de la obra, al tiempo transcurrido.

El vínculo por la transmisión de los gestos y los oficios

Existe la transmisión directa entre un maestro artesano y su aprendiz que sucede en el entorno de los talleres y que se refiere al savoir-faire (saber hacer) y al savoir-être (saber ser).

Este aprendizaje es un encuentro humano hecho de diálogos. Los gestos muestran y las palabras definen y explican, y así el que transmite continúa aprendiendo igual que aquel que recibe.

Los otros sentidos están también fuertemente convocados, en todo proceso de creación no todo pasa por la palabra. ¿Cómo se transmite lo sensible? La atmósfera tan particular de los talleres, donde flotan la sensibilidad, las búsquedas y los cuestionamientos es un testimonio.

El que transmite y que también fue en su tiempo un aprendiz lega más que su propia experiencia, se convierte en el transmisor de una historia mucho más antigua, la historia de la humanidad que se perpetúa a través de él

El vínculo con el traspaso de la historia y de las tradiciones

Cuando las técnicas ancestrales perduran porque se han conservado correctamente, lo que se transmite son tradiciones: las de una región, de una cultura o de costumbres simbolizadas en los bordados de un delantal, los dibujos de un vitral, la forma de las esculturas, la materia de las joyas, etc.

Los oficios de arte forman el vínculo entre el pasado y el futuro cada vez que una técnica tradicional se utiliza de manera innovadora o se reinventa porque es fuente de inspiración.

Así el pasado lleva estos oficios de tradición al futuro.

La película premiada en el FIFMA, Génération Y à l’heure du thé (Generación Y a la hora del té) de la cineasta Pauline de Chassey lo ilustra perfectamente.

Una clase de diseño de la Escuela de Artes Decorativas de Paris, acompañada por su profesor creerá objetos en porcelana con Haviland, una de las manufactureras más antiguas de la ciudad de Limoges. ¿Cómo mantener las exigencias de su expresión artística y aprender al mismo tiempo las complejidades de una técnica?

¿Cómo se dará el encuentro entre estos dos universos?

El documental va siguiendo el proceso a través de las preguntas, las dudas, los frenos, las decepciones y la fascinación de una y otra parte hasta el nacimiento del objeto, fruto de todas las intenciones y atenciones del conjunto.

«Hacer cosas que estarán dirigidas a la parte luminosa del ser humano», dice el profesor. «Crear objetos es hacer un vínculo entre una persona y otra, y después nos damos cuenta que hay unos savoir-faire y gente que tiene las manos de oro», dice el aprendiz.

Unir la materia y el espíritu es sin ninguna duda una manera de transcribir la propia interioridad.