Responsable de un desastre humano y ambiental del que aún se desconocen todas las consecuencias, la empresa minera Samarco, décimo exportador brasileño, aceptó pagar un mínimo de mil millones de reales (262 millones de dólares) por los daños causados por la ruptura de dos diques que derramaron 62 millones de metros cúbicos de fango tóxico y sedimentos, que sepultaron siete localidades y contaminaron un importante río del sudeste del país.
El acuerdo fue firmado con la Procuraduría General y la del estado de Minas Gerais, en el que se produjo el accidente dos semanas atrás, causando la muerte de por lo menos 11 personas, cuatro de ellos no identificados aún, y doce desaparecidos.
La empresa Samarco, cuyas actividades fueron paralizadas temporalmente por la justicia, deberá presentar un informe mensual explicando cómo se emplean los fondos, destinados a financiar medidas de prevención, contención de daños y resarcimiento de las víctimas.
Al margen del acuerdo, el gobierno anunció que multará a la Samarco –que pertenece por parte iguales a la gigante brasileña Vale y la gigante minera anglo-australiana Bhp Billiton– por valor de 250 millones de reales (unos 65 millones de dólares) por contaminación ambiental.
La ruptura de los dos diques destruyó totalmente la localidad de Bento Rodrigues y dañó gravemente otros seis centros habitados, para llegar luego al río Doce, uno de los más importantes del sureste brasileño. La ministra de Medio Ambiente Izabella Texeira, habló de “catástrofe ambiental” por el impacto del derrame sobre a fauna local.