Afganistán justificó el bombardeo por la supuesta presencia de talibanes: «Lamentablemente los terroristas decidieron ocultarse en el hospital»; MSF lo niega.

«Estas afirmaciones implican que las fuerzas afganas y estadounidenses decidieron arrasar un hospital, lo que equivale a un reconocimiento del ataque como crimen de guerra», dice en MSF.

La ONG pide una investigación independiente para aclarar si Estados Unidos y Afganistán cometieron esta violación del derecho internacional.

Por Desalambre

Las declaraciones del gobierno afgano que justificaron el bombardeo estadounidense al hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Kunduz (Afganistán) por la supuesta presencia de talibanes en sus instalaciones, versión que niega la ONG, «equivalen a un reconocimiento del ataque como un crímen de guerra», ha afirmado Joanne Liu, presidenta internacional de Médicos Sin Fronteras.

Cuando ya se conocía que había varias víctimas mortales en el bombardeo norteamericano de un hospital de MSF – que ascendieron hasta 22 muertos–, el portavoz del Ministerio del Interior, Seddiq Seddiqi, justificó el ataque por la supuesta presencia de talibanes en sus instalaciones. «Fue terrible ver la pérdida de vidas de médicos de MSF, pero lamentablemente los terroristas decidieron ocultarse en el hospital», apuntó.

La organización humanitaria considera las afirmaciones como un reconocimiento de la intencionalidad del ataque, y por tanto, de un crimen de guerra. «En sus declaraciones, el Gobierno de Afganistán ha alegado que las fuerzas talibanes utilizaban el hospital para disparar contra las fuerzas de la Coalición. Estas afirmaciones implican que las fuerzas afganas y estadounidenses, que trabajan juntas, decidieron arrasar un hospital en pleno funcionamiento, lo que equivale a un reconocimiento del ataque como crimen de guerra», indica Liu en un comunicado.

La organización humanitaria ha negado la incursión de talibanes. «Las puertas del hospital de Kunduz estuvieron cerradas toda la noche, así que ninguna persona que no fuera parte del personal sanitario o paciente estaba dentro cuando tuvo lugar el bombardeo», afirmó la ONG en un comunicado difundido este domingo.

Estados Unidos, cuyas fuerzas ejecutaron la ofensiva militar, denominó en un primer momento el bombardeo como un «daño colateral» en una ofensiva militar contra talibanes y, más tarde, responsabilizó al gobierno afgano. «El 3 de octubre las fuerzas afganas nos informaron de que estaban realizando ataques contra las posiciones del enemigo y pidieron el apoyo de las Fuerzas Armadas norteamericanas», argumentó el general John Campbell, que dirige a las tropas de EEUU en ese país. 

La presidenta internacional de Médicos Sin Fronteras recuerda que MSF alertó de su presencia «tanto a los responsables militares afganos como a los de la Coalición, el ataque aéreo continuó durante al menos otros 30 minutos». «El hospital era muy conocido, y sus coordenadas GPS habían sido compartidas de manera regular con las fuerzas de Coalición y con los mandos militares y funcionarios civiles afganos, la última vez en fecha tan reciente como el martes 29 de septiembre», continúa Joanne Liu.

«Amparados bajo el Derecho Internacional Humanitario, los hospitales situados en zonas de conflicto son espacios protegidos. Hasta que se demuestre lo contrario, los acontecimientos del pasado sábado suponen una violación injustificable de esta legislación. Más aún, en estos momentos trabajamos bajo la presunción de que estamos ante un crimen de guerra», denuncia la organización.

Por todo ello, MSF exige respuestas a través de una investigación independiente y tranparente para esclarecer lo ocurrido.

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