Venimos viendo en la prensa y por internet escenas horribles de miles de personas huyendo de su tierra, vemos el pánico en sus rostros, el miedo y la angustia por la incertidumbre de lo que vendrá.

Esas personas son los miles de ciudadanos sirios, nigerianos y afganos, entre otros, que huyen del horror de la violencia que se instaló en sus tierras. Ellos viajan sin destino cierto, sólo mirando hacia adelante esperando una mano amiga que los reciba en cualquier lugar.

Creemos que cuando esas tragedias suceden, podemos y debemos rescatar lo mejor de nosotros mismos y salir en ayuda de ese hermano, de esa hermana que precisa de nosotros.

Cuando registramos realmente al otro como parte integral nuestra, no nos es indiferente lo que pase, aunque estemos lejos físicamente. Lo que sucede con otro ser humano, sucede conmigo.

Citando al pensador Silo, fundador del Movimiento Humanista, “…amo pues del ser humano su humanización creciente. Y en estos momentos de crisis, de cosificación, en estos momentos de deshumanización, amo su posibilidad de rehabilitación futura.”

Hoy, desde el Equipo de base Warmis de Convergencia de las culturas, queremos hacer un llamado a las naciones exigiendo la justa integración de esos seres humanos en las comunidades, con el tratamiento digno que todo ser humano merece; y exigimos que se respete la libre circulación de las personas eliminando la ficción que suponen las fronteras políticas.

Equipo de Base Warmis, Convergencia de las culturas