Esta mañana se entregó el general Manas Kongpan, quien ha sido acusado oficialmente de tráfico de migrantes indocumentados oriundos de Myanmar y Bangladesh, del cual Tailandia era su centro neurálgico.

Antes de entregarse a la policía esta mañana en Bangkok, el general, de 58 años de edad, había permanecido escondido en un cuartel en la provincia de Nakhon Si Thammarat (sur).

Esta es el primer arresto ejemplar de un militar tras las 82 órdenes de detención y las 52 ejecutadas en las últimas semanas contra los traficantes y sus secuaces, y el traslado a sedes inactivas de decenas de policías y funcionarios. Estas acciones llegan después de años de reiteradas denuncias de la participación de los militares, especialmente de la Marina, en las repatriaciones en el mar de los que llegaban a las costas tailandesas.

La cúpula de las Fuerzas Armadas, que siempre negaron la participación militar en la odisea por la que pasan principalmente los miembros de la minoría étnica de los rohinyás en Myanmar y migrantes económicos de Bangladesh, informó que desde hace tiempo está tras la pista de Kongpan, cuyo nombre fue encontrado en registros confiscados a los traficantes, y que están investigando para hallar a otros posibles responsables.

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