Continentes y contenidos: Estamos con Mariano Catoni que es un escritor y periodista rosarino que actualmente es docente universitario en Alicante, España y está presentando, ahora mismo, su segunda novela “Sin gloria morir”, que fue premiada, al igual que la primera novela que se llama “10 kilómetros de maternidad”. Contanos, entonces, “Sin gloria morir” es una novela que, por lo que estuvimos mirando, todavía no la pude leer, así que hablamos desde los bordes de la pileta. Me tiro a la pileta pero sin mojarme del todo. Lo que estaba viendo es que los medios de comunicación empiezan a difundir la pena de muerte en vivo y en directo. ¿Ese sería, un poquito, el eje de la novela? ¿El fenómeno del que parte la novela?

Mariano Catoni: Sí, está muy cerca la descripción. Básicamente, la línea argumental surge a partir de: “hay una creciente inseguridad en Buenos Aires y en todo el país y hay un Gobernador, lógicamente, de derechas, que empieza a proponer esto que es algo como la sociedad controlada, cámaras y más cámaras y más cámaras, intrusiones más grandes y mayores castigos y la sociedad festeja, un poco, esa decisión política dura. Pero, no alcanza, entonces, lo que sucede es que este personaje política un día tiene una especie de revelación, de alguna manera un poco previsible, pero propone votar mediante plebiscito la pena de muerte para Buenos Aires, no todo el país. Entonces la pena de muerte resulta vencedora, podríamos decirlo y al cabo de un tiempo y a través de un negocio o de un acuerpo político-mediático un poco opaco, nada limpio, la estructura política del poder vende los derechos para poder transmitir las ejecuciones capitales en vivo por televisión. Entonces, esto se convierte en un fenómeno mediático sin precedentes, en un fenómeno que supera cualquier índice de audiencia, incluso supera lo que puede ocurrir con un mundial de fútbol y comienza a evolucionar este formato televisivo. Algo que es como una especie de improvisación mediático, se convierte finalmente en un formato televisivo bastante claro, con su propia personalidad y estructura.

CYC: Una especie de “reality” en el corredor de la muerte.

MC: Exactamente, no es más ni menos que eso.

CYC: La primera frase, la primera cita que me viene a la cabeza viendo un poquito la trama de la novela es una frase de Malcolm X «Si no estáis prevenidos ante los Medios de Comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido». Me parece que hay mucho de ese juego, una suerte de lavado de cerebro de la gente.

MC: EL programa consiste y todo lo que rodea el programa y todo lo que rodea el aparato político consiste básicamente en un lavado de cerebro y en un manejo sin escrúpulos de la opinión pública, sobre todo. La gente tiene tanto miedo que espera cualquier solución, lo que sea con tal de salir de ese gran y grave problema que es la inseguridad, a cualquier precio. Algunas personas se oponen en esta novela, hablan de derechos humanos, que el ser humano no es capaz de tener el poder, es decir, es limitado para decidir cosas así. En fin, yo trato de copiar, por lo menos al principio, después ya adquiere su propia personalidad y su propia forma y el fenómeno social evoluciona hacia situaciones que, tal vez, son más difíciles de imaginar, pero al principio yo trabajo con todos los lugares comunes que podrían esperarse de un fenómeno como este.

CYC: En el programa repetidas veces hemos hablado sobre el tema de la pena de muerte, fundamentalmente referido a los Estados Unidos, que es por ahí el país donde más se aplica y donde más información, al menos, se tiene y me resultaba muy chocante esta propuesta de la transmisión en directo, porque se dejó de tener público en las ejecuciones, más allá de los familiares de la persona que va a morir o de los familiares de las víctimas, porque eso generaba una opinión pública negativa. O sea, realmente, si todos vieran lo que padecen las personas cuando son ejecutadas, en vivo, la mayoría de la gente se opondría a ese tipo de ejecuciones. Al menos, fue a la conclusión a la llegaron en los Estados Unidos, sin embargo, después los medios de comunicación nos han mostrado ejecuciones en vivo y en directo, que han dado la vuelta al mundo. Sin ir más lejos pienso en Saddam Husseim colgando de la horca o cuando mostraron a Kadaffi, que era matado como un perro, a golpes, en Libia, ¿cómo lo pensás ese sentimiento en el ser humano?

MC: Bueno, por supuesto me espanta. De hecho, mi novela de algún modo es lo más violento que puede llegar a escribir una persona tan pacífica como yo. EL libro es cruel y el sentimiento que está reflejado en el libro es muy cruel. Siempre lo trabajo desde la sátira. El sentimiento del morbo yo creo que es algo natural, lo que creo que no es natural es la exacerbación de ese morbo. Entonces, eso me espanta bastante, los dos casos de los personajes que ponías, me parecen acertadísimos, estaba pensando en los mismos dos personajes. Y en esta ficción hay, tal vez, un juego que funciona y una especie de estrategia que se instaura entre el Gobernador y el programa de televisión y la audiencia y es que el programa de tv, que lleva el título homónimo “Sin gloria morir”, permite que la audiencia o los telespectadores participen y decidan sobre sus condenados. Con lo cual se democratiza la pena capital, la gente puede votar por teléfono, por mensajes de texto, puede elegir al condenado favorito, puede optar por clemencia para otro condenado. Entonces, de algún modo eso, incluso es, en la novela, irresistible, demagógico, por supuesto, pero irresistible.

CYC: Claro, pero además esa cosa de dividir la culpa es casi expiatorio, ¿no? No te sentís tan responsable de tu decisión, por así decirlo.

MC: Claro, porque es la voluntad del pueblo, tal cual lo repite el personaje protagonista “es la voluntad del pueblo”.

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CYC: La novela fue escrita en 2009, digo esto porque me parece que es importante aclarar, porque cualquier oyente escuchando la descripción que hacías de este personaje que quiere ser Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, creo que inmediatamente estarían pensando en alguno de los políticos que se presentan hoy día en todos los platós de televisión para irradiar ese discurso, ¿vos pensabas en alguien en concreto cuando lo escribiste o es una figura, realmente, ficcional?

MC: Bueno, como yo te decía al comienza, sí pensaba en algún política de derechas, porque me parece que es un papel casi obligado para este personaje, tal vez no lo haga de un nombre, si fantaseaba con un nombre, quizás ese nombre no transcendió, ni espero que trascienda. Me han preguntado otras veces, algo parecido. Y yo le tengo un poco de miedo al hecho de, claro es una novela muy política, por supuesto, pero yo siempre he tratado de separar un poco la literatura, no de la política, sino del partidismo. O de lo panfletario, porque me parece que el arte, en todo caso, es muy profundo y cuando uno empieza a trabajar con ciertas inclinaciones políticas, yo como toda persona tengo mis convicciones políticas, pero trato de que no contaminen mi literatura. Porque me parece que la política es frente al arte, todavía demasiada mundana. Es una opinión personal, ya sé que hay grandes intelectuales que han podido combinar política y literatura y han hecho obras magníficas. Yo no me siento capacitado, me parece que en tanto y en cuanto me meta en el terreno de combinar estas cosas, voy a tropezar bastante. Entonces respeto a los intelectuales que con su arte hacen una denuncia identificada con un partido político, con un candidato, yo prefiero no hacerlo porque, me parece, me gusta trabajar el arte de una manera más pura. No sé si se comprende lo que estoy diciendo.

CYC: Sí, sí, totalmente y es una posición muy justa, muy respetable y que, además, vas a tener tiempo, también, de transformar si lo ves necesario, porque sos un autor todavía joven, 33 años, que tenés todavía mucha obra por seguir brindando. Pero me parece que es interesante, hay dos cositas que no quisiera que nos queden afuera de la entrevista. Justamente, con el tema de los linchamientos hablamos mucho en varios programas, en programas sucesivos, porque era un tema que nos inquietaba mucho esa instalación del chivo expiatoria, del personaje que genera la sensación de inseguridad en la Argentina, ese pobre, ese delincuente joven que se viste de determinada manera, que vive en determinados barrios, no sé si la novela, el hecho de ir mostrando la sucesión de condenados a muerte, hay también alguna descripción o alguna denuncia de esto.

MC: En un principio sí, en un principio relaciona al delincuente con el estereotipo que la clase media tiene del delincuente, pero poco a poco se convierte en una exageración esta ficción y entonces casi que se acaba cualquier tipo de noción previa, lo que puede llamar delincuente o criminal y todos los personajes, de todas las clases sociales son candidatos también a ser ejecutados. AL punto llega que incluso una persona, un individuo que tiene intenciones de suicidarse, pero no se anima, asesina para ser ejecutado. Entonces, eso ya no tiene que ver con la pertenencia a ninguna clase social, sino que simplemente juega con otro tipo de personaje apretado por otra situación más problemática, en su psiquis. Con respecto al chivo expiatorio o a esto que comentabas de los linchamientos, bueno. Sí es verdad que en ese programa hay una sublimación del sadismo de la sociedad, sin lugar a dudas y es el objetivo que más he trabajado, es eso de “mátenlo porque hoy me fue mal en el trabajo”, “mátenlo porque me han despedido”, “mátenlo porque me va mal en el amor”. En definitiva, por eso tiene tanto éxito en la novela este programa de televisión.

CYC: Una catarsis colectiva.

MC: Colectiva y absoluta. Ocupa en este libro la mente de todos los argentinos este programa, no hay nadie que se pueda resistir a ver “Sin gloria morir” en esta novela, eso es lo que yo planteo en la historia.

CYC: Es una banalización absoluta, digamos, de la ejecución de una persona. Esto lo sintetizo así porque me hace pensar en Anders Breivik, no sé si te acordás quién es, es este personaje noruego que mató a 70, 80 personas, salió a cazar por así decirlo, gente de izquierda, él con una convicción de extrema derecha y que el tipo, una vez enjuiciado, el juicio fue transmitido también en directo, el tipo dejó en los sitios webs un libro donde justifica el porqué de todas las matanzas que él ha hecho y llamando además a que se realicen más. Pero lo más, lo que más impacto me generó, más allá de su violencia es que en la cárcel recibe centenares de cartas de amor por día. Entonces, ¿cómo un personaje tan siniestro a través de la televisión se puede convertir en un suerte de héroe de masas, en un amor platónico para tanta gente?

MC: Es preocupante, pero no sé si me sorprende más que algunas otras cuestiones que ocurren en el mundo hoy en día. En la novela pasan estas cosas, pasa, por ejemplo que el verdugo, es un poco el héroe de los espectadores, o, por lo menos, intenta ser el héroe de los espectadores, pero siente una gran frustración porque siempre ejecuta, el método que utiliza el programa “SGM” es la horca, entonces cuando destraba el pestillo de la trampa, nadie le conoce la cara y es uno de los personajes más conocido del país y, al mismo tiempo, es el menos conocido. Nadie lo saluda por la calle.

CYC: Es anónimo.

MC: Es anónimo y eso le fastidia un poco. Casos como estos personajes, no trabajo mucho en el fondo, porque es una novela que está escrita a través de un narrador omnisciente, impersonal, entonces, trato de no ahondar en las subjetividades de los personajes. Justamente, para poder lograr la sensación de ubicuidad del narrador, cámara multiángulo, multiplano, que puede estar, yo piense en este narrador como en esto que ahora está tan de moda, como un dron. Este narrador se mete en casa de los espectadores, se mete en el programa, se mete en casa de los familiares de los que trabajan en el programa, se mete en el taxi de los familiares de las víctimas o de los condenados. Ese es un poco el sentido de la novela, casi. A lo mejor me estoy yendo un poco del tema o de lo que comentábamos recién, pero también me parece, si me permitís, importante contar esto. Y es que en este libro, que me ha costado mucho trabajo, he hecho algo que no había nunca tratado de hacer, que es emular en un papel, en un libro, el formato o la estética televisiva, de manera íntegra. Los capítulos representan escenas, no hay puntos y aparte, trato de imitar el ritmo de la televisión.

CYC: Ese zapping desenfrenado.

MC:  Ese zapping desenfrenado, tú lo has dicho. Se supone que entre capítulo y capítulo el lector puede imaginar una tanda publicitaria, insisto, el desafío mayor al escribir este libro, era ese, tratar de transmitir al lector la sensación, no de estar leyendo un libro, sino de estar viendo una historia, una historia muy visual, al mismo tiempo con muy poca descripción, lo cual puede ser contradictorio. Pero tiene mucha acción visual, podría decir, de algún modo.

CYC: Describir la pintura, digamos. Lo que se ve en la pantalla.

MC: Es una descripción dinámica permanente. Una descripción de las acciones más que de los escenarios. Y me ha costado mucho trabajo en ese sentido, casi crear un estilo para la escritura de una sola novela.

CYC: Es un buen desafío.

MC: Sí, eso fue lo más difícil. No tanto la documentación o finalmente la edición, sino, lo más difícil fue poder encontrar esa voz, esa voz trepidante, tal vez, que muchas personas que han leído la novela la definen así, esa voz vertiginosa, yo todos estos comentarios que hago, los hago más que nada, a partir de cosas que me han comentado los lectores y que yo, tal vez puedo ver después de sus comentarios y no durante la escritura.

CYC: Bueno, le recordamos a la gente que la novela de Mariano Catoni “Sin gloria morir” la editó Ciudad Gótica en Argentina, cuando tengas un listadito de las librerías donde se puede conseguir, mandámelo, así los oyentes se pueden sacar las ganas de leerla, que me parece que después de esta entrevista va a haber mucha gente con ganas de leerla.

MC: Esperemos, esperemos. Será un gusto.