Algo muy interesante y profundo está ocurriendo en Colombia. Un país otrora conocido por la violencia, asesinatos, y tráfico de drogas, está siguiendo hoy otro camino. Solo hace 20 años, alguien era asesinado cada ocho minutos, y millones migraron a EUA o Europa. El eslogan generalizado era “No hay nada que puedas hacer en Colombia”. Los artistas se fueron rumbo hacia Florida o España; los últimos tres presidentes, al haber terminado sus gestiones, viajaron para trabajar en el extranjero.

Experimentamos un cambio al final de 2009, durante la Marcha Mundial por la Paz y la No violencia, cuando la inclusión de personas así como el trabajo a gran escala que se hizo para el evento, no tuvo paralelo. El evento fue cubierto diariamente por medios de prensa, adhirieron celebridades, y muchas organizaciones locales organizaron desfiles, marchas y festivales. Fue como si el país estuviera empezando a ponerse de pie en contra de la violencia.

En 2010, Juan Manuel Santos fue elegido Presidente con la promesa de trabajar con las FARC y otros grupos guerrilleros por un proceso de pacificación. Santos anunció el 27 de agosto de 2012 que el gobierno colombiano había iniciado conversaciones exploratorias con las FARC a fin de buscar un término al conflicto. Hoy, Santos fue re-elegido como el Presidente de Colombia. Se trató fundamentalmente de un referéndum sobre la forma de poner fin a los cincuenta años de conflicto armado en Colombia, el de más larga duración en Latinoamérica e indudablemente uno de los más antiguos en el mundo. Millones de personas le dieron la oportunidad de continuar el trabajo iniciado hacia una paz duradera. Teniendo el apoyo de organizaciones, personalidades y partidos políticos que trascienden las anticuadas fronteras de izquierda y derecha, han dado nacimiento a un nuevo paradigma político.

Esta re-elección podría convertirse en el punto de inflexión en la política tal como la conocemos, alejándose del concepto de izquierda y derecha que es hoy en día tan confuso, y siendo más acerca de una visión moderna basada en una mirada al Futuro.

La política del PASADO es normalmente conservadora y pragmática; necesita resultados inmediatos, usa la guerra como solución para responder a los conflictos, aprueba leyes en contra de los inmigrantes y la inmigración, y pone límite al derecho de voto.

La política del FUTURO se refiere a trabajar en una dirección, empezando procesos, usando la no violencia como medio de resolución de conflictos, aceptando la inmigración, redistribuyendo la riqueza económica, protegiendo el medio ambiente y ampliando la democracia.

Por supuesto que es difícil para cualquiera ver la propia direcciónde vida, así como ver el proceso que define esa dirección. ¿Cuál es mi mirada? ¿Cómo respondo a situaciones? ¿Tengo más tendencia al PASADO o al FUTURO?

En el caso de Colombia, es claro que la gente está sufriendo menos que lo que sufría hace 15 años. El proceso de inmigración a EUA se ha reducido dramáticamente. Las nuevas generaciones no están esperando irse a ningún otro lado, ellos quieren quedarse a trabajar y desarrollar su país cuanto sea posible, ésta es la dinámica que le da impulso al nuevo paradigma político.