¿Qué es lo que está pasando en la calle? Intentando responder a esta pregunta reproduciremos algunos testimonios de personas que estuvieron presentes y vivieron el drama y la alegría de ir a la calle para luchar por sus derechos. El siguiente texto fue escrito por una joven de 24 años, Cristiane  Rahal, que participó de varias protestas en São Paulo, capital.

06/06 – Primer acto “Con gas lacrimógeno y balas de goma. Una de ellas acertó mi pierna”

La concentración para el segundo acto contra el aumento del pasaje fue frente al Teatro Municipal. Muchos policías acompañaban los movimientos. A lo largo de la manifestación vi algunas personas grafitando autobuses y prácticamente todos los comercios que estaban en el camino. Escribían cosas del tipo “3,20 es robo”, “revolución” o diseñaban el símbolo del anarquismo. Los carteles y voces eran prácticamente unánimes: contra el aumento del pasaje.

Hasta ese momento no hubo represión policial. Entonces llegamos a la Avenida 23 de Mayo, donde había algunas barricadas con fuego para bloquear el tránsito. Fue ahí que llegó la tropa de choque e inició el ataque con balas de goma y gas lacrimógeno. Una de ellas acertó mi pierna por atrás y yo corrí para la terminal bandera con dos amigos más. Allá había mucha gente que no estaba en la manifestación y se podía ver la desesperación en sus rostros, pues no entendían lo que estaba aconteciendo. Muchos manifestantes se dispersaron para adentro del metro Anhangabaú y una parte continuó por la 23 de Mayo, con parte de la tropa yendo atrás de ellos.

11/06 Tercer acto “Presencié la cobardía de la policía”

El tercer acto tuvo su concentración en la plaza del Ciclista. Había muchos policías militares acompañando. Por momentos hubo pequeños conflictos con la PM cuando la única vía desbloqueada de la calle da Consolação era invadida por la manifestación. Comenzó a llover bien fuerte, pero nadie pareció desanimar con eso. Sólo sirvió para gritar más alto, pues sabíamos exactamente el por qué de estar allí y nadie ni nada iría a quitarnos eso.

Al llegar cerca de la Terminal Parque Don Pedro, intentaron incendiar un autobús. Nosotros nos alejamos y comenzamos a gritar “Innecesario”. Al llegar a la Terminal, percibimos que estábamos acorralados. Había mucha policía y la tropa de choque intentaba, sin éxito, dispersarnos con bombas de efecto moral y gas lacrimógeno. Pedíamos calma unos a otros y muchos portaban vinagre para amenizar los efectos del gas. En esa hora, la gente era muy solidaria y cuidábamos uno del otro, aún sin conocernos, estábamos juntos con un objetivo único.

Helicópteros sobrevolaban el local. Después de bastante tiempo de quedarnos allí parados al lado de la terminal, comenzamos a dirigirnos por otro camino para la Praça da Sé. Al llegar allá, presencié la cobardía de la policía. La gente que estaba más adelante comenzó a ser bombardeada con incontables bombas de gas lacrimógeno y hubo mucha correría, consiguieron así dispersarnos. Estaba todo planeado: no había ninguno de los habitantes callejeros que normalmente están esparcidos por la plaza. Y, en cuestión de minutos, llegaron varios coches de la PM atrás de una parte de los manifestantes que corrieron en dirección al Poupatempo.

13/06 Cuarto acto “Nos sentimos como criminales

Este fue el acto más tenso que yo presencié. Antes aún de haber comenzado, la tensión ya cundía entre los manifestantes. Llegaban mensajes de textos en mi celular y de mis amigos diciendo que estaban prendiendo personas que portaban vinagre. Oíamos rumores, que después se confirmaron como verdaderos, de que la caballería estaría presente.

Como ya habíamos sido alertados, no llevamos el vinagre y cuando entramos en la estación de subte Butantã, rumbo a la manifestación, nos callamos e intentamos no dar señales de que estábamos yendo para allá, pues nos sentíamos como criminales. Estaba siendo criminalizado el simple derecho de manifestarse.

La concentración fue frente al Teatro Municipal, pero llegamos por la Plaza de la República, cuando las personas ya habían comenzado a caminar. Había mucho más gente, cerca de 20 mil personas habían confirmado presencia por el facebook y, por el número de personas que estaban allí, parecía ser más o menos eso.

De repente la tropa de choque llegó y comenzó a lanzar gas lacrimógeno. El ataque fue gratuito, no hubo depredaciones o provocaciones a los policías. Simplemente comenzaron a lanzar varias bombas aún con el coro que entonábamos “Sin violencia”. En un momento, motociclistas comunes avanzaban sobre la manifestación intentando pasar, posiblemente asustados con las bombas y sin entender lo que estaba pasando y queriendo sólo salir  de ahí.

A pesar de resistir bastante consiguieron dispersarnos. Yo y mi novio fuimos en dirección a la Plaza Roosevelt, donde hubo correría, muchos tropezaban y las bombas continuaban  viniendo en nuestra dirección.

Tuve dos amigos que fueron detenidos y uno de ellos fue muy golpeado por la policía. Derechos fueron violados en esa noche de forma cobarde y arbitraria.

17/06 – Quinto Acto “Al inicio lo que vi allí fue algo lindo

Si el acto anterior fue el más tenso, este fue el más extraño en que estuve.

Debido a la gran represión policial que tuvo el acto anterior del día 13 de junio, el movimiento por la internet creció de forma asustadora! Hasta donde yo verifiqué, eran cerca de 300 mil personas confirmadas por el evento en el Facebook.

Varios manuales y sugerencias para actuar contra armas no-letales circulaban por el Facebook. Había también muchos grupos que se articulaban para proveer ayuda jurídica y médica para quien necesitara. El miedo hacía que las personas se preparan para una guerra y queríamos estar listos para lo que nos aguardaba.

Pero los vinagres, las máscaras y el miedo envejecieron en las mochilas. No había policía en las calles, con la salvedad de algunos pocos esparcidos durante la manifestación. Ni rastro de la tropa de choque.

Al inicio, lo que vi allí fue algo lindo, miles de personas con carteles, finalmente yendo para las calles! Pero, allá por el medio de la manifestación, estaba sintiéndome infeliz por algún motivo que sólo entendería después. Fui con mi novio y durante toda la manifestación había una vibración diferente, no me sentía parte de aquello como en los actos anteriores, era como si aquellas personas volvieran a ser indiferentes una a las otras. En los demás actos las personas se sentían unidas por un único objetivo, que era la revocación del aumento del pasaje. Pero en ese acto, cada uno parecía poseer un objetivo. Y varias veces, la canción “ven para la calle, ven, contra el aumento” fue inmediatamente sofocada por el himno nacional. Varias personas portaban banderas de Brasil y estaban con la cara pintada de verde-y-amarillo.

Llegué a cantar parte del himno, hallando aquello muy extraño y toda vez que intentábamos cantar algo referente al transporte público, el pueblo insistía en cantar el himno. Aquel día creí que eso era sólo felicidad y orgullo del brasileño por estar finalmente yendo a las calles, pero más tarde percibi que aquello era muy más grave de lo que parecía.

Al llegar a la paulista: nada de PM, sólo un helicóptero sobrevolaba el local. Aquella “manifestación” estaba irreconocible. Vi gente bebiendo cerveza, coca-cola, haciendo rondas con los amigos, varios dispersos sentados en el suelo. Aquello no era más una protesta y sí una fiesta. Y para conmemorar qué? Todo! Y, lo peor, sin haber ganado nada! Las personas pedían “Contra la Corrupción”, “Mejoría en la Educación”, “Mejoría en la Salud”, “No al PEC37”, “Impeachment  de Dilma”, “Fuera Feliciano”, “Fuera Renan”… y casi nada sobre la revocación del aumento.

Nos fuimos por el subte brigadeiro, como quién vuelve de un “paseo” cualquiera. Sin entender lo que había acabado de acontecer allí.

No fui al sexto acto del día 18/06 y ni al acto-conmemoración del día 20/06.

Por Cristiane Rahal, 24 años

Nota de la Redacción: Cristiane se encuentra bien a pesar de la bala y del gas lacrimógeno. La tarifa fue reducida tras la secuencia de protestas.