A los niños en España se los asusta diciendo que si no se portan bien vendrá el hombre del saco. En Argentina se lo llama el hombre de la bolsa.

Lo que permite hacer un paralelismo inmediato entre ese ser monstruoso que infundía terror y los terroristas que trabajan en la especulación monstruosa.

Gustavo Napoli define de este modo a esta especie de seres: «El hombre de la bolsa mora en Wall Street y pertenece a la Secta del Capitalismo Financiero Globalizado bajo sus temibles corporaciones. Avaro, especulador, hace negocios millonarios fraudulentos quebrando economías reales. Luego, ávido de fondos públicos irrumpe asolando cuanto poblado haya a su paso llevando sus ganancias a lejanos Paraísos Fiscales«.

Si se los cruzan, tomen recaudos.