Los desgraciados acontecimientos desatados en las últimas semanas, causados por la aparición de un video sobre el profeta Mahoma, fundador del Islam, motivan a Convergencia de las Culturas a hacer un llamado que consideramos de gran importancia.

En el contexto actual, las fuerzas del Antihumanismo que “moviliza el gran capital van asfixiando a los pueblos, surgen posturas incoherentes que comienzan a fortalecerse al explotar ese malestar canalizándolo hacia falsos culpables. En la base de estos neofascismos está una profunda negación de los valores humanos.”(1)

Vemos reavivarse en este momento oscurantismos y fanatismos y cómo los elementos más retrógrados de cada cultura aparecen con sus técnicos en la exaltación de la diferencia, como modernos inquisidores atizando lo peor de los pueblos. Ellos medran en toda crisis de civilización, como ya ha sucedido antes en la historia.

Pero advertimos que la preocupación sobre este fenómeno se centra en el análisis del tipo de detonante que lo desencadenó, de su origen y composición, y muy pocos se ocupan en entender la naturaleza de la “carga explosiva» sobre la que el detonante opera.

¿Cómo es posible que un video o unas caricaturas desaten semejantes respuestas y contra respuestas? ¿Cómo se ponen en marcha esos engranajes de acción y reacción que nadie parece controlar? ¿Qué pasaba antes de que esa chispa saltara? La chispa sola no es suficiente, ¿En qué tipo de atmósfera debe caer para que prenda de esa manera?.

Hoy más que nunca “Las religiones tienen responsabilidades que cumplir para con la humanidad. Hoy tienen el deber de crear una nueva atmósfera psicosocial, de dirigirse a sus fieles en actitud docente y erradicar todo resto de fanatismo y fundamentalismo. No pueden quedar indiferentes frente al hambre, la ignorancia, la mala fe y la violencia. Deben contribuir fuertemente a la tolerancia y propender al diálogo con otras confesiones y con todo aquel que se sienta responsable por el destino de la humanidad. Deben abrirse, y ruego que no se tome esto como una irreverencia, a las manifestaciones de Dios en las diferentes culturas. Estamos esperando de ellas esta contribución a la causa común en un momento por demás difícil.” (2).  Esperamos que este llamado alcance a gobiernos e instituciones y sea bien acogido, en especial por las gentes de religión.

Ojalá que el llamado resuene también en los Humanistas de todas las latitudes y culturas.

Qué llegue a todos los que quieran ayudar a que una nueva sensibilidad se abra paso.  Poniendo en marcha acciones que ayuden al nacimiento de la primera Nación Humana Universal.

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1) Silo. «Capítulo V. El campo humanista», del Documento del Movimiento Humanista, Sexta Carta a Mis Amigos, en Silo, Obras Completas Volumen I, Plaza y Valdés, Argentina, 2004.
2) Extracto de la conferencia pronunciada por Silo durante el Encuentro para el dialogo Filosófico- Religioso (sindicato de Luz y Fuerza. Buenos Aires 29 /10/95, editada en el libro Habla Silo, Octubre 1996