¡Qué conmoción impresionante ha sido ver por televisión o a través de internet los levantamientos de los pueblos árabes! ¡Quedarse atónitos ante las movilizaciones civiles y no violentas, donde algunos eran asesinados, pero nadie desfallecía hasta lograr su objetivo!

Pero esta emoción no está reñida con intentar proyectar una mirada más detenida a todo el fenómeno y tratar de comprender otros elementos que hay en juego. Posiblemente deberemos aceptar que la revolución no violenta que está en marcha estos días no es tan pura ni espontánea como podría imaginarse a primera vista.

Sin embargo, tras esa renuncia a aceptar los hechos como se nos presentan, seguiremos encontrando valiosos elementos a desarrollar que delatan el entramado y a su vez, una fina línea de evolución que podría significar un cambio de tendencia en nuestra evolución hacia el fin de la guerras.

Por encima de cualquier duda quedará lo más indudable: el coraje de un pueblo sometido, a través del cual vuelve a expresarse *“el sentido, tantas veces torcido y tantas veces olvidado pero reencontrado siempre en los recodos de la historia”*, al que Silo hacía referencia en su libro *“Cartas a mis Amigos”*.

Hace pocos años el pensador argentino advertía que los imperialistas de hoy en día demostraban una gran incapacidad para constituirse como imperio mundial si seguían basando su expansión en la conquista militar, ignorando que en las conquistas imperiales lo más significativo no ha sido el uso de la fuerza, sino el aporte sociocultural que terminaban por aceptar y asimilar en los pueblos conquistados.

Tomás Hirsch en su libro *“El Fin de la Prehistoria”* hace referencia al recurso genial de Alejandro Magno de acuñar la moneda con su propia efigie haciéndola circular profusamente por todo el imperio persa.

También decía Silo en mayo de 2008 en una charla en Grotte sobre la venganza, que *”la esclavitud, aunque sea un hecho horroroso, es un paso más adelante en el progreso social que simplemente matar a todo el mundo y quedarse con sus cosas”*.

¿Por qué citar estas referencias en el contexto del las revoluciones en el norte de África? El motivo es la posibilidad, a la que muchos apuntan, de que estas movilizaciones hayan sido promovidas desde los EEUU. De ser esto cierto, los recientes acontecimientos indicarían al menos un giro muy interesante e inesperado hacia un modo de conquista que evita la invasión militar.

Es cierto que resulta difícil de creer que la mentalidad imperialista haya progresado algo a estas alturas. Una explicación sería que la crisis económica global del 2007 ha forzado este aprendizaje, ya que una conquista basada por la fuerza militar resulta una inversión a medio plazo que requiere de un desembolso económico muy grande y focalizado en el tiempo. Además las guerras generan división de opiniones e inestabilidad. Ya en la guerra del Golfo de 1990 se dedicó mucha propaganda a promocionar un tipo de guerra humana. Se introdujo el concepto de las *“bombas inteligentes”* y se evitó que la sangre salpicara a las cámaras en un plano a pie de calle.

En síntesis, estas circunstancias ponen de manifiesto algo que merece la pena destacar de la actualidad informativa: lo que está operando por detrás es una nueva sensibilidad social hacia el rechazo de la violencia manifiesta y descarnada.

**La difusión internacional**

Que los EEUU hayan orquestado las revoluciones en el norte de África es algo discutible, pero de lo que no hay duda es de su interés y actual implicación en todo el proceso. Después de las primeras manifestaciones en Túnez a finales de enero, el director de la CIA Leon Panetta afirmaba su sorpresa ante los acontecimientos, apresurándose en desvincular a la CIA de todo ello. Pero un mes después, el rol de dicha agencia y sus declaraciones han cambiado sustancialmente.

[En la vorágine informativa de hoy en día cabe considerar que un mes es una eternidad y por tanto una declaración produce el efecto deseado en un intervalo de tiempo preciso. Siendo de poca importancia que más tarde la información pueda resultar errónea o falsa. Esto se evidencia en múltiples ocasiones, cuando la actualidad de un nuevo momento compite con un tema desfasado por el que nadie muestra ya ningún interés, como en el caso de la gripe A].

Rastrear todos los detalles de una orquestación americana en las revueltas resultaría una tarea ardua, pero a modo de ejemplo se pueden señalar algunas circunstancias que nos permiten encuadrar ciertos acontecimientos. Esta supuesta operación no estaría exenta de elevados costes económicos, aunque sería infinitamente más barata que un despliegue militar para la conquista territorial.

Como se ha dicho de manera insistente, el magma de gestación de las revueltas surgió en Internet a través de las redes sociales, después llegaron las movilizaciones y al final entraron en juego los grandes medios, los cuales han otorgado a los acontecimientos el criterio de realidad fehaciente y una relevancia de primer orden. Mención especial para Al Jazzera, la CNN del mundo árabe, cumpliendo con el rol de generador de noticias a nivel mundial.

Ha sido muy promovida la figura de Wael Ghonim. Dice Wikipedia: *“activista egipcio conocido por su participación en la revolución egipcia de 2011 que provocó la renuncia del presidente Hosni Mubarak. Informático, ejecutivo de Google responsable de márquetin para Oriente Medio y el Norte de África, sus comentarios durante las protestas publicados en redes sociales como Facebook o Twitter tuvieron amplio eco en los medios de comunicación internacionales”*.

Desde el año 2007 se vienen generando diversos programas de formación para jóvenes activistas de la sociedad civil que trabajan para el cambio político pacífico en el Oriente Medio y África del Norte. En la web de [www.freedomhouse.org](www.freedomhouse.org) ha sido publicada información referente a viajes a Washington, entrevistas con las secretarias de Estado, con miembros del Congreso, con medios de comunicación y grupos de reflexión. Promoviendo y financiando la puesta en marcha de iniciativas innovadoras, como la defensa de la reforma política a través de Facebook y mensajes SMS.

El pasado 15 de febrero, en una intervención dedicada a analizar los instrumentos para difundir *“los valores democráticos y la libertad”*, Hillary Clinton anunciaba públicamente la promesa de que su gobierno aumentará de 20 a 25 millones de dólares la ayuda para promover las redes sociales en el extranjero.

**La conquista por la vía económica**

¿Qué se pretende al incentivar las revueltas? El premio son las economías de rápido crecimiento del norte de África.

El 28 de mayo de 2010 el Banco Mundial informó que *“el norte de África ha comenzado a adoptar las finanzas islámicas, después de años mirando desde la barrera, en parte para canalizar más petrodólares del Golfo hacia la región”*.

Las grandes poblaciones musulmanas del norte de África son una gran oportunidad de negocio para la banca islámica y para otros negocios. A modo de ejemplo, Túnez ha experimentado una creciente liberalización de la economía durante la última década: En el bienio 2010-2011, según Informe de Competitividad Global del Foro Económico Mundial, fue clasificado como el país más competitivo en África, así como el 32 º país económicamente más competitivo a nivel mundial.

Para captar el interés de occidente por la banca islámica resultan muy ilustrativas algunas citas del artículo del New York Times del 22 de noviembre de 2007, unos meses después de estallar la crisis sistémica en occidente:

*“El aumento de la riqueza petrolera lleva a la banca islámica a posicionarse a nivel mundial.[…] En los próximos de tres a cinco años verán a los bancos islámicos en Australia, China, Japón y otras partes del mundo”* comentaba Khawaja Mohammad Salman Younis, director general de operaciones en Malasia de la Kuwait Finance House, que es el segundo banco islámico más grande del mundo.

*“La creencia de que el interés es injusto ahora sostiene a las finanzas islámica. La acumulación de beneficios está mal vista en el Corán a no ser que los ahorros se destinen a un uso productivo. El dinero debe ser utilizado para mejorar el país o la economía”*, informaba Maraj, *“El dinero no puede generar dinero”*.

*“Las finanzas islámicas también evitan otras prácticas prohibidas. Los banqueros que cumplen con la Shariah no pueden recibir o proporcionar fondos para cualquier cosa que implica el alcohol, los juegos de azar, pornografía, tabaco o armas”*, continuaba.

Así que el tema es sencillo, se trata de que los musulmanes del Norte de África pidan prestado a los bancos occidentales y que paguen intereses a los tipos que decidan estos bancos. Estos no quieren que los musulmanes puedan pedir prestado a los bancos islámicos y no paguen ningún interés.

Se trata de lograr la conquista económica del norte de África en pos de la reorganización estratégica del imperio frente a China, Rusia e Irán, lo cual tendría carácter de urgencia si consideramos la vertiginosa incursión de China en África en los últimos años a través de la expansión de sus negocios.

La estrategia consiste en la apropiación del futuro de una sociedad a través de la concesión de créditos, sobre todo en países donde el desarrollo en la base social ha sido una asignatura pendiente durante largos años de dictadura de estilo medieval.

Descartado el altruismo por parte de la cultura materialista dominante, está por ver que se pueda reproducir en culturas de otra complejidad un modelo de economía fracasado.

En cualquier caso sería muy limitante decir que la revolución en los países árabes se ha producido tan sólo por las estrategias secretas de la macroeconomía. Porque por encima de todo ello ha surgido una nueva sensibilidad, que es en última instancia lo que hace derivar los acontecimientos en una dirección. Hoy ha sido el mundo musulmán naciente el que ha dado una lección de valentía y de moral a un occidente perplejo que se resiste a comprender.