**Situación crítica:**
Desde diciembre del año pasado se han sucedido las revueltas en los países árabes. Países con realidades tan dispares como Túnez, Egipto, Yemen, Libia, Argelia o Siria son presentados a través de los medios de comunicación como partes de un mismo fenómeno. De modo que se establece una cronología de acontecimientos que van desde la legítima protesta social no violenta a la asonada militar y ataque bélico extranjero.

Esta manipulación mediática se pone de manifiesto cuando en las agencias internacionales de prensa, de la noche a la mañana, ya no hay lugar para Túnez, posteriormente desaparece Argelia, Egipto, Bahréin… hasta centrar toda su atención en Libia.

Libia cuenta con el 3,5% de las reservas mundiales de petróleo. Esto ha dotado el país de grandes recursos que en parte ha invertido en estabilidad, a través de políticas de estado de protección social hacia sus ciudadanos que le han reportado el Indice de Desarrollo Humano más alto de África en el año 2010.

Con la flota americana en la región y la resolución parcial de la ONU, bajo la excusa de crear una zona de exclusión aérea, comienzan los bombardeos sobre las infraestructuras de la nación libia.

**Posicionamiento:**
El Centre de Recerca Humanisme Emergent expresa su total rechazo por esta incursión militar en Libia absolutamente injustificada, amparada en mentiras y cuyos fines son el expolio de los recursos energéticos.

Ha sido comprobado por imágenes satelitales que los bombardeos con aviación sobre la población civil atribuidos al gobierno de Gaddafi no existieron. Por tanto quienes han inventado esta noticia deberían ser juzgados por calumnias.

Se afirma que existe un movimiento de oposición al régimen, pero en ninguna parte aparecen imágines de civiles manifestándose sino grupos armados en el desierto. Quienes afirman que esto son manifestaciones de oposición civil no están informando, sino haciendo propaganda de guerra.

Mucho nos tememos que, tras Libia, la amenaza de la conquista político-petrolífera se cierna sobre Siria, Sudan o Irán, con el consiguiente peligro de desatar una guerra de implicación mundial.

**Expresamos:**
Nuestro repudio por el afán de conquista energética por parte de los EE.UU. con la complicidad de los países de la coalición parcial de la ONU.

Nuestro rechazo por la política actual de Europa y Estados Unidos que, insensible a los sucesos catastróficos que vivimos, invierte en destrucción y muerte, en vez de promover planes de cooperación internacional y ayuda.

**Exigimos:**
El cese inmediato del ataque y la intervención de la coalición de la ONU en Libia, así como la retirada de las fuerzas extranjeras de la región.

La toma de responsabilidad de aquellos medios de comunicación que difunden de modo consiente la propaganda bélica y la xenofobia contra la cultura islámica.

La creación de una comisión internacional de intermediación que, a requerimiento de un movimiento civil, pueda ejercer el papel de mediación de conflictos por vía pacífica y Noviolenta.

**Exhortamos:**
A la opinión pública, instituciones y organismos sociales a posicionarse y manifestarse en contra de este ataque a Libia, igual que se hiciera en el pasado respecto a la guerra de Irak.