Mariano Quiroga

Se acerca el 11 de septiembre y es una fecha que nos permite revisar los conceptos dominantes de la cultura y de los tiempos que corren. La realidad se transforma a ritmo diario y lo que una mañana es presentado por los medios como una verdad irrefutable a la tarde se cubre de sospecha y en la madrugada se convierte en montaje.

Si hay algo en que nunca lograremos ponernos de acuerdo es en el uso del sentido común. Lo que para muchos es pura lógica, para otros es absurdo. En el fondo el sentido común es una moda que se va adaptando, se va transformando al gusto de las mayorías. Lo cierto es que hoy esas preferencias pueden ser potentemente manipuladas por los medios masivos de desinformación.

Un periodista inglés preguntó a un joven por qué estaba saqueando. La respuesta fue directa: “No puedo dejar pasar la oportunidad de tomar algo que no podría comprarme nunca”. Una vecina reaccionó ante esta declaración del joven: “Pero, ¿no te das cuenta que luego deberemos pagar nosotros con nuestros impuestos todos los destrozos?”. No hubo respuesta.

Repasando los acontecimientos de estos últimos tiempos a uno le sacude la rabia. Nunca un adjetivo estuvo tan bien utilizado como el de los manifestantes españoles: “indignados”. Y la lista de razones para esta indignación es bien larga, pero no quiero aburrir a nadie enunciando desastres a diestra y siniestra. Pero atando cabos he llegado a vislumbrar algunas cosas…

Los indignados no toman vacaciones y en la capital española se vive un pulso entre el movimiento del 15-M y la policía. El cuerpo de seguridad del estado tiene órdenes terminantes de no dejar acceder a la Plaza del Sol a los manifestantes. La extralimitación policial alcanzó su cúspide cuando se produjo la salvaje detención de un periodista de lainformacion.com.

Hosni Mubarak se ha presentado en el juicio, donde se lo acusa de haber intentado matar a cientos de manifestantes pacíficos en la Plaza Tahrir de El Cairo, en camilla. Dando muestras de la cobardía de la clase dirigente que se mantienen en el poder a sangre y fuego, sembrando el terror durante años y luego no tienen el valor de enfrentarse a las consecuencias de sus actos.

A las crisis financiera y económica, en los Estados Unidos ahora se suma la política. Las mezquindades y las pujas por el poder hacen eclosión en el congreso norteamericano. Dentro de los dos grandes partidos, Demócrata y Republicano, hay divisiones y no votan en bloque. La cuerda se tensa y el ambiente se vuelve cada vez más asfixiante

Cuando llega el verano la ciudadanía piensa más en las vacaciones y menos en política. Al menos eso es lo que esperan los gobiernos, para así poder hacer pasar sin provocar olas ciertas leyes y/o decretos que podrían despertar rechazo si estuvieran los estudiantes activos, los sindicatos funcionando a pleno y las asociaciones contaran con todos sus adherentes.

Rafael Correa había impuesto una denuncia contra el periódico El Universo. Un juez le dio la razón y exige el pago de indemnizaciones millonarias y el posible paso por prisión de los articulistas difamadores. ¿Censura? ¿Justicia contra las mentiras? ¿Cuál es el límite de la libertad de expresión? ¿Los medios deben ser veraces o son un negocio como cualquier otro?

La partida forzada de Ben Ali de Túnez trajo consecuencias. 17 tunecinos viven en un parque parisino. Protagonistas de un periplo sorprendente, su situación está lejos de aclararse. Hemos compartido impresiones, trazado paralelismos, juzgado al represivo y controlador dictador tunecino y comprobado que estar cerca es fortalecerse, que construyendo juntos el futuro se abre.